Capítulo 53: Me vuelves loco

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Eleanor

Estacionamos la camioneta grande, miré por la ventana y tomé una bocanada de aire.

—Está bien si decides regresar a casa—Dice el chico de ojos marrones, acariciando mi mano en total apoyo.

Negué sin dejar de mirar esa casa abandonada. El cielo nublado y triste no nos ayudaba en lo absoluto.

— Soy fuerte, Javadd. Solo necesito cinco segundos, y tomaré valor.—Dije mirándolo, el formo una sonrisa melancólica y asintió.

—Toma tu tiempo amor.—Dice— Te dejare sola, necesito un cigarrillo.

Asentí para en seguida el besará el domo de mi muñeca y cerrará la puerta. Observé los movimientos de mi chico, y dejé que mi cabeza tomara valor.

Realmente perdí la cuenta de los años que decidí huir de casa, y la última vez que vi a mi abuelita. Su mirada alegre seguía en mi cabeza junto con sus ojos cansados.

Mirar la casa casi cayéndose hacia que mi corazón se quebrará, tanta felicidad y tanto amor en una pequeña casa de madera en mi pueblo natal.

Era tan  doloroso el tener que ordenar a mi cabeza que una vez que entre a esa casa no veré a mi abuelita tejiendo o preparando la cena, con el delicioso olor a café por las mañanas y el ruido del televisor dando las noticias. ¿Como puedo pedirle tal cosa?

Tomé valor, y tomé la palanca de la camioneta, Zayn estaba sentado, fumándose un cigarrillo en el escalón de madera de la entrada de mi anterior hogar.

Abrí la puerta y bajé de la camioneta. Enseguida cerré la puerta y Zayn dirigió su mirada a mi, dejando a un lado el cigarro y pisándolo sin importarle cuánto le faltaba por consumir.

Me dirigí a él en pasos lentos, abrazándome a mi misma y Zayn poco a poco se levantó para besar mi frente.

—Eres muy valiente cariño—Dice.
—Intentó serlo...—Digo y lo abracé.

Todo el vecindario estaba abandonado, as casas dañadas y empolvadas, no habitaba ni un alma aquí. Cada vez las regiones se iban acabando, la humanidad estaba dejando de existir en USA. Todos eran esclavos o terminaban muertos como mi abuelita o mi mejor amiga.

Caminamos hasta la puerta, Zayn iba detrás de mi, abrí la puerta. Y entramos, cerrando la puerta detrás de nosotros, mi piel se erizó al sentir la falta de calor y al sentir el vacío, miré cada rincón de la casa  y comencé a recordar los momentos que compartí con mi abuelita. Zayn miraba las fotografías con telarañas y polvo en la sala y me dirigí a la cocina.

Abrí el inútil refrigerador y el olor a comida inservible llegó a mi, toda la comida podrida y con gusanos, no hacían nada fácil la situación, miré las flores en la mesa que prácticamente eran polvo, los ventanales sucios y tierrosos.

Me giré y vi a Zayn aún admirando la sala  y lo tomé de la mano. El me sonrió.

—¿Quieres conocer mi antigua habitación?—Dije y el asintió.

Subimos las escaleras y en cada paso estás rechinaban de lo viejas y abandonadas que estaban.

Frente a mi habitación, miré el estampado de flores que tenia la puerta y no pude evitar sonreír. Abrí la puerta y mi habitación estaba acomodada como la había dejado aquel día que mi vida cambió. Los muebles empolvados y la habitación con ese sentimiento de vacío. No pude evitar sentirme nostálgica y las lágrimas me acompañaron.

—Me gusta tu habitación.—Dice acostándose en la cama.

No lo miré y solo emití una risa con mi garganta.

Don't forget me |Español.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora