Capítulo 55: Odio.

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Mi corazón seguía jodida mente loco y él solo estaba  ahí con la cabeza agachada y con las manos hacía el frente, le pise al acelerador junto con el freno para hacer sonar la camioneta.


—¡¿Estas loco, Zayn?!—Pregunta asustada con temor que quite el freno.

La miré con ojos llenos de rabia y dolor.

—¿Que te ocurre? ¡es tu hermano!—Dice Eleanor alterada

—El no es mi hermano, la sangre no hiere y el me golpeó donde mas me dolía.  

— ¡¿De que demonios hablas, Zayn?!— Dice sin darse cuenta y me giré para mirarla con los ojos rojos del coraje y el pecho vuelto loco.

— Zayn.... por favor escúchame— Dice tomando mis mejillas— Sea lo que sea que el te hizo, no tiene que llenarte la cabeza de mierda, es tu sangre y eso no va a cambiar, es tu única familia-

La interrumpí.

  — Tú eres mi única familia, a partir de ahora y siempre.— Le dije y ella solo sonrió y acarició mi mejilla.

— Amor, no siempre estaré contigo, quizá muera pronto y necesitaras de él, lo que quiero decir es que no somos quienes para juzgarlo, el supremo lo hará, si me amas, ve y abrázalo y aleja el odio de tu corazón.— Me mira suplicante—  Por favor...

Regrese la mirada al frente y lo vi aun en el suelo.

  — Te amo más que a nada en el mundo, pero realmente no sé si pueda perdonarlo...

— Ve cariño...— Fue lo ultimo que dijo y abrí la puerta de la camioneta, baje y continué caminando.


Amaba a Eleanor, pero no podía perdonar lo, él había causado tanto daño, la había dañado y eso me dañaba también, no lo perdonaré, él no merecía piedad así que saqué mi arma y lo apunté.

Steve levantó su rostro empapado de lágrimas y sangre, su barba estaba larga y descuidada, esta sucio y su ropa rasgada. Pero no me importó. Lo mataría, lo mataré.

  — Ha..z..lo hermano, lo merezco.— Dice débil.

Y quité el seguro.  

  —¡No Zayn!— Gritó Eleanor detrás de mi— No lo hagas, amor, ya no más sangre, ya no...

Mi quijada se tensó y puse mi dedo sobre el gatillo.

Eleanor me rodea con sus brazos, pero no la miro, solo veo a mi blanco.

  — Escúchame, Escúchame por favor, tú no eres un asesino, no lo eres, mi amor, eres más que el coraje que te domina, no lo hagas, por favor...— Escuché un sollozo.

Ella me abrazaba fuerte y yo no deje de apuntarle al hombre que la violó.

  — Suéltame, Eleanor... necesito acabar con él. —

  — ¡No! Zayn, mimare..— Dice tomando mis mejillas para que la mirara, y la mire, sus mejillas empapadas de lágrimas y mejillas rojas.— No lo hagas, amor.

— Lo hago, por ti amor, ya no te volverá a hacer daño... te lo prometo.— Le dije con los ojos llorosos.

— ¿De que hablas mi amor? El no me ha hecho nada, por favor Zayn.

— No me mientas por favor, tú no...— Digo.

Ella me miro y negó.

— Yo te amo, Zayn. Y eso nunca va a cambiar.— Dice aun con sus manos en mis mejillas y besándome. Cuando sus labios tocaron los míos, el sabor de apapacho, de hogar me llenan. Y era por lo que seguía viviendo, por lo único que deseaba seguir respirando.


Bajé el arma y la abrace tan fuerte sin llorar, dejando el nudo en mi garganta.

  — Dale una oportunidad de reparar lo que ha hecho, ve y abrázalo. 

La miré y seguí hacía el hombre que solía llamar hermano, me coloqué frente a él y le di mi mano, él confundido tomo mi mano y se levantó. Lo abracé y no sentí absolutamente nada más que ganas de matarlo, y es cuando decidí que era el comienzo de mi venganza.


  — Perdóname hermano, por tratarte como te traté.

  Sentí como se deslizaba hacia el suelo cayendo desmayado y solo lo cargué para subirlo a la camioneta.

Cerré la puerta de la camioneta y pedí a dos de mis hombres que se llevaran a Stevie al cuarto de servicio. Henry se encargó de hacerlo reaccionar, le sacó sangre para unos estudios.

Henry, me tomó del hombro y me dijo:— él va a estar bien, Zayn.

Sólo asentí y seguí mirando al sujeto en la cama matrimonial.

Stevie, tardó dos horas en despertar, pero lo hizo. Miró su brazo donde le habían extraído sangre y parecía preocupado.

  —¿Donde estamos?— Dice.

— En mi casa.

— Zayn, ¿Porque no me mataste?

— Porque no soy un asesino, no aún.— Lo miré molesto.

— Gracias por darme posada.

— No será por mucho tiempo, Jones, pero mientras estás aquí, tienes que acatar mis ordenes, ya no eres líder, hay reglas, y las vas a cumplir. NO tienes permitido acercarte a Eleanor, No tienes permitido subir a la segunda planta, y tendrás que obedecer. Ahora soy yo tu puto amo, que te quede bien claro— Dije sin compasión.


El me miró confundido pero sin embargo solo asintió. 

  — Cuidado con que te vea cerca de ella, soy capaz de matar por ella, y lo haré si es necesario. En tu pie derecho, he colocado un dispositivo GPS el que no permite llegar a más de 50 metros de la casa, si intentas pasar este límite serás polvo, se autodestruirá y será tu fin. 

— ¿Porque haces todo esto?

— La vida da mil vueltas, Jones, ahora estas en mis manos, MI CASA MIS REGLAS.

Lo miré y me giré.

— Gracias hermano— Escuché.

— Agradécele a Eleanor y al supremo, que por ellos estas vivo. 

Don't forget me |Español.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora