Voy caminando por el pasillo de la escuela, tratando de no chocar con los chicos que pasan corriendo. Desafortunadamente no lo logro, porque siento cómo alguien me empuja.
Estoy a punto de caer a el piso, pero por fortuna logro recuperar el equilibrio a tiempo. Lamentablemente, mi carpeta no corre con la misma suerte, ya que muchos papeles salen volando de ella al tocar el suelo.
Llego a creer que el chico que casi me tiró, va a ayudarme o a pedirme una disculpa, pero no es así, por lo que empiezo a recoger mis hojas sueltas. Trato de levantar las hojas, pero me cuesta trabajo porque muchas personas me empujan al pasar junto a mí.
Pareciera que nadie se percata de que estoy en el suelo intentando recuperar lo que cayó de mi carpeta, todos pasan a un lado de mí con indiferencia.
Cuando termino de recoger todas mis cosas, decido buscar a mis amigas.
Después de unos minutos, visualizo a Johanna, Madge y Annie.
Inmediatamente me dirijo a ellas.
Al llegar, Johanna guarda su celular cuando se da cuenta de que me acerco a ellas.
—Katniss, te estábamos esperando.
—¿Enserio? —frunzo el ceño—. ¿Para qué?
—Teníamos pensado salir hoy en la tarde —sonríe Annie—. ¿Qué opinas?
Hago el intento de no hacer una mueca que delate que su propuesta de salir en realidad no me emociona.
—La verdad... —busco la mejor manera de denegar su propuesta—, hoy no tengo ganas de salir, tengo mucha tarea y...
—¡Por favor! —exclama Johanna—. Deja de poner excusas, puedes hacer eso después, hace mucho tiempo que no salimos y necesitamos pasar más tiempo juntas.
—Venga, va a ser divertido —Annie intenta de animarme—. Es más, hasta Madge se animó a ir.
Eso sí es sorpresa, Madge es de las personas más tímidas y tranquilas que conozco, ella casi nunca se ánima a salir al menos que le insistas mucho, pero es una gran amiga, también es muy divertida.
Suelto un suspiro de resignación.
—Está bien —accedo a regañadientes.
Veo que Annie sonríe.
—Genial —se entusiasma la pelirroja—. Entonces vamos.
—¿A dónde? —frunzo el ceño.
—Ya lo verás cuando lleguemos —dice Johanna, comienza a avanzar.
Todas tomamos rumbo al estacionamiento, donde Johanna tiene su auto.
Antes de llegar, me doy cuenta de que a unos metros de nosotras está el automóvil de Finnick, dónde está él, al igual que Cato y Marvel. Ellos son los chicos más populares de la escuela, admito que ellos son realmente atractivos, pero eso no es todo, ellos creen que nadie los merece e incluso hay ocasiones en las que molestan a los demás poniendoles apodos y también menospreciándolos.
Además de ellos, ahí también se encuentran Delly, Glimmer, Clove y Cashmere, las chicas más populares de la escuela.
Llegamos al automóvil de Johanna y nos subimos.
Todas tomamos asiento y esperamos a que arranque el coche.
Cuando el automóvil se detiene, me doy cuenta de que Johanna nos trajo a comer pizza.
Mi ánimo automáticamente cambia, ahora me alegro de haber aceptado venir.
Las cuatro nos acercamos al pequeño restaurante y entramos.
El lugar es muy bonito, es estilo italiano y huele delicioso a una gran variedad de pasta y pizza.
En el restaurante lugar no hay mucha gente, por lo que hay varias mesas disponibles para nosotras.
Annie es quien se sienta primero en una mesa que está cerca de una ventana, todas nos sentamos en los lugares vacíos.
Hacemos nuestro pedido y entablamos una conversación sobre algunos asuntos de la escuela. Durante la plática, me doy cuenta de que Johanna parece algo desanimada, e incluso habla muy poco.
—El amor es raro —dice de repente, por lo que todas la miramos confundidas.
Me desconcierta su comentario, ya que no tiene nada que ver con lo que estábamos hablando. Aunque me recuerdo que esta actitud de Johanna no debería de extrañarme, porque ella generalmente dice las cosas que piensa sin importar el momento.
—¿Porque lo dices? —pregunta Madge, y le da un sorbo a su refresco de naranja.
—Bueno, lo digo porque aveces te enamoras de alguien y casi siempre es con la persona menos pensada, sólo pasa, no es algo que se puede controlar.
—Si, es muy extraño —dice Annie pensativa e incluso parece algo triste.
Miro a ambas sin comprender el porqué de su repentino desánimo.
—No quiero ser grosera —comienzo—. Pero sinceramente no creo que sea posible el hecho de que te enamores así de fácil de alguien y menos sin saber porque, no creo que exista ese tipo de enamoramiento.
Johanna dirige su atención hacia mí, distingo que mi comentario ha logrado molestarla.
—No lo entiendes Katniss, para ti es muy fácil decir que eso no es posible porque no lo has experimentado, pero es algo que no se puede controlar sólo pasa —responde, un tanto a la defensiva.
Madge al ver que estamos apunto de discutir, decide intervenir.
—Chicas, cálmense —intenta tranquilizarnos—. No vamos a discutir por una tontería como esta.
—¿Qué les parece hacer un experimento? —propone Annie.
—¿Sobre que? —pregunto confundida.
—Sobre tu teoría, que si se puede evitar el hecho de enamorarse.
La miro con incredulidad.
¿Enserio quieren probarlo?
Es algo completamente absurdo.
—Por mí esta bien —Madge se encoge de hombros—. ¿Qué apostamos?
—La que pierda, debe pagar los cafés de la próxima salida —Johanna alza una ceja, evidentemente complacida—. ¿De acuerdo?
—No puedo creer que estén haciendo esto por una tontería —me burlo—. ¿Realmente vale la pena?
—Ya lo veremos —.comenta Annie.
Después de decidir lo de la apuesta, llega la pizza y afortunadamente ese tema queda olvidado y comenzamos a hablar de cosas triviales.
Mientras comemos, me dedico a observar la decoración del lugar.
Al momento de voltear a la entrada de el restaurante, es cuando veo a un chico alto, de cabello rubio cenizo y que me resulta bastante atractivo. Él lleva puesta una camiseta negra un poco ajustada, que deja ver un poco sus músculos.
Nunca había visto a alguien cómo él en mi vida, suena absurdo pero siento cómo si ya lo conociera, y con sólo verlo me hace sentir algo muy raro en el pecho.
Él de repente levanta la mirada y puedo apreciar sus hermosos ojos azules que me observan por unos segundos, eso provoca que mi corazón palpite al grado de sentir que se va a salir de mi cuerpo.
El chico voltea a ver a su amigo, que tiene cabello castaño y ojos grises, y lleva puesta una playera blanca.
El castaño igual es atractivo, pero por alguna razón, el chico rubio es el que acapara mi atención.
Al ver que el rubio se acerca a mí, me pongo nerviosa.
De repente surge en mí la necesidad de salir de aquí.
Entonces, Johanna se acerca a mí y me susurra:
—El mío que sea un capuchino moka —sonríe con malicia.
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¿Destino o coincidencia?
FanfictionVersión [Everllark] [Los Juegos del Hambre] Algunos dicen que si miras a los ojos a alguien por más de 3 segundos, puede que te enamores de esa persona. Katniss Everdeen, una chica que es invisible para muchas personas, nunca espero encontrarse y m...