Capítulo 5

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Peeta.

Ha sido muy raro para mí el hecho de haberme cambiado de escuela.

Mis padres decidieron que lo mejor sería cambiarme a la escuela donde está mi hermano, para que él de alguna manera se sienta vigilado y que de esa manera él finalmente se aplique y comience a dedicarse más a la escuela.

Lo único que me alegra de haberme cambiado de escuela, es el hecho de que estoy más tiempo con mi novia Delly.

Me apresuro a llegar a la escuela, este es mi primer día de clase y no puedo llegar tarde.

Camino más deprisa cuando veo que ya no hay nadie por los pasillos, creo que a pesar de mis esfuerzos voy a llegar tarde a mi primera clase.

Busco con la mirada el aula A-19.

Cuando finalmente llego, toco la puerta y la abro lentamente.

Lo primero que encuentro, es a un señor de mediana edad con cabello un poco canoso. Él me saluda y se presenta cómo Plutarch.

Después de saludarme, pide silencio a los alumnos y me pide que me presente.

Digo mi nombre tratando de decirlo lo más claro posible.

Aunque no se note, la verdad es que me siento un poco nervioso.

Me tranquilizo un poco al ver que al parecer mi presentación salió bien.

Cuando termino de decir mi nombre, el profesor me pide que tome asiento.

Miro con detenimiento el lugar, en busca de un lugar vacío.

Me doy cuenta de cómo algunas chicas tratan de captar mi atención para que me siente junto a ellas, pero prefiero no hacerles caso porque sé cuales son sus intenciones y tengo novia.

Continúo buscando con la mirada un lugar disponible.

De repente, distingo un rostro conocido, estoy seguro de que a esa chica la vi en algún lugar...

Recuerdo que la vi ayer en la pizzería.

Siento un poco de alivio al experimentar que conozco a alguien de este salón lleno de desconocidos.

Me doy cuenta de que hay un lugar vacío a un lado de ella, por lo que opto por sentarme junto a esa chica.

Estoy seguro de que ella no me reconoce, pero yo sí a ella.

Veo que ella de vez en cuando alza la mirada para verme y luego la aparta rápidamente.

No sé, pero hay algo en sus ojos que me hace sentir diferente, no sé de qué forma y prefiero no saberlo, porque ya tengo novia.

Continúo con mi camino sin dejar de verla.

Al momento de llegar al lugar vacío, saludo a la chica.

Ella me mira de manera confundida y más cuando le doy un beso en su mejilla a forma de saludo.

Me arrepiento por mostrarme tan confiado con ella por la manera en que me está mirando, incluso llego a pensar que va a golpearme.

—Hola, tú estabas ayer en la pizzería, ¿cierto? —le digo, para que se dé cuenta de que no tengo malas intenciones con ella.

Ella sólo me mira unos momentos, luego baja la mirada y asiente con la cabeza.

Creo que ella es un poco tímida, así que mejor le doy su espacio

Ella se queda callada, pero la chica pelirroja que está sentada junto a ella, se presenta cómo Annie.

¿Destino o coincidencia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora