Capitulo 50

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Me quedo fascinada con lo grande y bonita que es la universidad Teryen, aún no puedo creer que ya esté aquí y que es mi primer día de clases.

El tiempo realmente pasó volando.

Veo a mi alrededor que varias chicas y chicos se agrupan para conversar entre ellos. Otros se encuentran caminando, y por la duda en sus rostros me doy cuenta de que están igual de perdidos que yo.

Los nervios no me han abandonado desde que me levanté esta mañana, no sé muy bien porque me siento de esta manera, supongo que es algo normal.

En mi camino, me encuentro con un chico con una playera negra que por alguna razón me recuerda mucho a Peeta.

Apenas es mi primer día aquí y ya lo echo de menos, debo de admitir que lo extraño incluso más que a mis amigas.

Puedo imaginarme la escena de él y sus amigos en Alpert disfrutando de su primer día de universidad, y a mis amigas también, a excepción de Johanna que decidió dejar pasar este año para cuidar a su bebé e incorporarse hasta el próximo año.

Hablando de ella, hace tiempo que me comentó que ya habló con sus padres sobre su embarazo y no lo tomaron nada bien, por lo que ella decidió que lo mejor era irse a vivir con Gale a ese departamento del que ya habían hablado antes. Le recomendé a Johanna que trate de hablar de nuevo con sus papás para arreglar las cosas, porque estoy segura de que van a apoyarla en esto y además ella y Gale necesitan ayuda para poder salir adelante.

Ella de antemano sabe que Annie, Madge y yo estamos para apoyarla, en especial ahora que su vientre ha crecido y es demasiado notorio. Aún faltan algunos meses para que nazca el bebé, pero ya hemos comprado algunas cosas para él.

Es cierto que el bebé no llegó en un momento oportuno en sus vidas, pero me alegro ver que ellos dos parecen ser felices a pesar de ello.

Me siento debajo de un árbol para descansar de mi primera clase y para esperar la siguiente que me toca, que es en una hora.

La universidad si que es bastante diferente la preparatoria

Para empezar, los salones son más reducidos y por lo tanto somos pocos alumnos. Lo cual no está mal en realidad, algo que me agradó bastante es que puedo elegir mis horarios y no es necesario estar la mayoría del día escuchando clases, como sucedía en la preparatoria.

Desbloqueo mi celular y veo que me ha llegado un mensaje de Annie.

Oye Kat ¿A qué hora sales de la universidad? Porque estaría genial poder vernos en la tarde ¿Te parece bien?

Después de leer el mensaje, le contesto que está muy bien su idea y que nos vemos más al rato.

Continúo revisando mi celular y me sorprende no ver ni una llamada ni un mensaje por parte de Peeta. Realmente me gustaría saber que tal estuvo su primer día o saber lo que sea de él.

De hecho, llevamos mas o menos una semana sin vernos.

Realmente lo extraño.

Tengo mi otra clase hasta dentro de una hora, por lo que decido quedarme aquí y relajarme.

Transcurren algunos minutos hasta que mi celular suena, una sonrisa se extiende en mi rostro al ver que se trata de Peeta.

—Hola, corazón. ¿Cómo estás? —escucho su inconfundible voz cuando contesto.

—En realidad bien, acaba de pasar mi primera clase y no está nada mal, de hecho me agrada mi nueva vida de universitaria.

—A mí igual, sólo que hay algunas cosas que no cambian.

¿Destino o coincidencia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora