¿Destino o coincidencia?

Capitulo 31

Sostengo la propaganda de la universidad Alpert que nos dieron en clases. Analizo la información, tratando de encontrar una razón convincente para ir ahí. Sin embargo, leo lo mismo que hay en las propagandas de otras escuelas, que tiene un excelente plan de estudios, grandes oportunidades...

Debo admitir que las imágenes del campus son impresionantes, pero eso no logra convencerme. Busco aunque sea un motivo para ir a esa escuela, porque no quiero perder a Peeta ni a mis amigas, pero desafortunadamente debo tomar una desicion lo antes posible y me temo que no voy a quedarme en esa universidad.

Hablando de mis amigas, tengo miedo de encontrarlas porque no sé si ya se habrán enterado de mi relación con Peeta o no.

Realmente temo su reacción.

Arrugo el papel y lo tiro en un bote de basura.

Mientras camino, siento que unas manos se posan en mis ojos. Me detengo y trato de averiguar de quién se trata, paso mis manos por las de la persona que cubre mis ojos.

-¿Quién eres? -pregunto confundida.

A cambio recibo un beso en la mejilla.

Sonrío, sabiendo de quién se trata.

Siento su nariz rozar con mi cuello.

-¿Ya me tienes alguna respuesta? -al escuchar su voz, mi cuerpo inmediatamente se paraliza.

Sintiéndome asustada, separo sus manos de mis ojos.

Adam sonríe seductoramente.

-¿Entonces? -pregunta.

Miro a los lados, en busca de ayuda.

-Yo...

Él se acerca a mí.

-No es necesario que lo digas -toma mi rostro con su mano derecha.

Niego con la cabeza y me separo de él.

-Lo siento Adam, pero no puedo.

Él frunce el ceño.

-¿Por qué no?

-Porque ya estoy con alguien -admito apenada.

Él se cruza de brazos y me mira con seriedad.

-¿Con quién? -pregunta molesto.

-Con Peeta.

-¿Mellark? -frunce el ceño.

-Si.

Él suelta un bufido.

-¿Pero cómo? Si jamás los vi juntos, ni siquiera sabía que se hablaran, él nunca...

Se calla y parece comprender algo, porque permanece sumido en sus pensamientos.

Adam hace una mueca de fastidio.

Se pasa una mano por el rostro, evidentemente molesto.

Él me mira con seriedad.

-No entiendo cómo pasó, pero quiero que sepas que cuando él haga alguna estupidez y lo eche todo a perder como siempre, ahí estaré. ¿De acuerdo? Y mientras eso pasa, me gustaría que podamos seguir en contacto, claro, si tu quieres.

Sus palabras me inquietan, si ya de por si tenía algunas dudas sobre Peeta, esto me preocupa más.

-Si, no hay problema -respondo confundida.

Él pone su mano en mi cintura y me da un beso en la mejilla, el cual es cerca de mis labios.

-Nos vemos -se aleja sin esperar a que me despida.