Cuando abrió los ojos no tenía conciencia de lo que había hecho la noche anterior, no por causa de alguna droga extraña ni por excesivo consumo de alcohol como en las películas de comedia romántica donde los dos protagonistas se veían en una situación rara al despertar luego de una noche salvaje, o bueno, en esta ocasión no era por ello.
Gracias a la somnolencia tardó en procesar los recuerdos, acomodando mejor su cabeza entre el hombro y brazo ajeno, colocando sus manos cerca de su cuello y acurrucándose junto al cuerpo contrario.<< Espera... >>
Abrió los ojos de golpe, notando que estaba a pocos movimientos de abrazar a su mayor, quien dormía pacíficamente. Ahora recordaba todo y la vergüenza no tardó en ordenarle que se alejara, que ocupara el lado vacío que sobraba y que dejara de invadir el espacio personal del coreano.
Desde siempre había tenido la costumbre de abrazar algo mientras dormía, tal vez acurrucarse entre los brazos de alguien si hubiese la oportunidad, pero normalmente terminaba con una almohada o peluche, a veces conseguía que Minseok permitiese ser su peluche humano y así lograr descansar en paz, porque de no hacer eso se le hacía imposible concebir el sueño correctamente. Esa costumbre también había sido un problema dentro de su relación con su expareja, pues él siempre detestó que Yixing lo abrazara luego de una larga noche, o a veces cuando simplemente descansaban odiaba que se acurrucase en su pecho.
Se separó con cuidado, evitando moverse mucho para no despertarlo.
Esta vez dejó su cabeza reposar en una de las almohadas, hundiendo su rubor en esta y evitando pensar que dormía desnudo junto a Kim Junmyeon luego de haberlo hecho la noche anterior.
Decidió dormir, recuperar un poco de fuerzas no estaba mal, sin embargo no podía retomar su siesta, pues eran tantas las pulsaciones que su corazón emitía que el mismo sonido de sus latidos lo desconcentraba del descanso.
- Junmyeon-sumbae – susurró.
Tocó levemente el hombro ajeno con su índice, esperando que este despertara.
- Junmyeon-sumbae – repitió con el mismo tono de voz.
El nombrado al fin comenzó a despertar, abriendo los ojos con lentitud y frunciendo el ceño.
- B-Buenos días, Junmyeon-sumbae – saludó levantando ligeramente su diestra.
- Buenos días, Yixing – saludó somnoliento - ¿Qué hora es?
Al mismo tiempo que preguntó se incorporó en la litera, apoyándose en sus brazos para finalmente mantenerse sentado sobre el colchón, pero con las piernas aún envueltas en las sábanas y parte de los cobertores.
Yixing tomó su celular, dispuesto a responderle con solo echarlo un vistazo a la pantalla, sin embargo el aparato se le resbaló de las manos, impactando en su rostro cuando notó las marcas rojas en la espalda ajena. Eran esos rasguños que él mismo le había hecho por la noche. No eran enormes arañazos, tampoco se veían dolorosos, pero ahí estaban, provocándole un inmenso sonrojo al chino.
- Está bien que tu mejor momento no sea en la mañana, pero creo que tu torpeza está excediendo los parámetros usuales – rio quitando el celular de la cara del contrario.
- No te burles de mí – sollozó avergonzado.
- ¿Y el respeto?
Abrió los ojos y notó la mirada acusante de su mayor sobre él.
- Lo siento, Junmyeon-sumbae – se hundió entre las almohadas.
- En fin, parece que te has despertado temprano, así que - dejó el teléfono ajeno en la mesita de noche que se hallaba junto al lado de la cama en que había dormido –, lo prometido es deuda.
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Injurias conyugales
Fanfiction«Maldita Chorong, mi matrimonio es perfecto, mucho más que el tuyo en tantos sentidos, él es hermoso, inteligente, y me ama ¡Me ama!» «A ver si entendí bien lo que me estás diciendo... Tú me vas a pagar ¿Por participar en tu matrimonio ficticio...