Fue el incidente en el baño que desencadenó el desastre completo. Tal vez no era un desastre, pero para la finalidad de que todo suene más dramático lo dejaremos como desastre.
Porque Junmyeon había empezado a corromper al pobre chino, quien había llegado a Corea del Sur en busca de paz mundial. Está bien, tampoco era para tanto, sin embargo ahora Yixing experimentaba con cosas distintas, como si reviviese una especie de virginidad de hace años con el mayor. Gracioso o no, sucedía.
- Junmyeon-sumbae – gimió sin acallar su voz.
Apoyó con más fuerza sus manos en el escritorio, utilizando sus brazos como soporte de su cuerpo. Sus piernas temblaban como nunca, a cada lado del torso ajeno, dándole el acceso deseado al castaño.
El coreano ayudaba a sostener al contrario, tomando sus muslos para no dejarlo caer del borde de la mesa donde se hallaba, únicamente con una camisa celeste abierta, dejando a la vista su torso con un poco de sudor y besos que apenas coloreaban en un rosa bajísimo sus clavículas.
Golpeaba incesantemente el interior del menor, provocándole espasmos y olas de placer a ambos que recorrían sus cuerpos de un extremo a otro.- A-Ah – jadeó entrecortadamente, arañando un poco la superficie en la que estaba.
Había llegado hace varios minutos con algo de comida para el castaño, irrumpiendo en su estudio y toda la tranquilidad que este tenía. Debió retirarse con solo dejar el plato, sin embargo tenía que distraer al mayor del trabajo que fingía hacer. Fue cuestión de minutos para que terminaran besándose y pronto deshaciéndose de prendas como si de un deporte se tratase.
- M-Más rápido – balbuceó tirando su cabeza hacia atrás.
Junmyeon empezó a besar el cuello ajeno, incrementando la velocidad e intensidad de sus estocadas, obligando a que el menor aumentara el apoyo en sus brazos para no caerse por los espasmos que debilitaban su estabilidad. También masajeó con rapidez el miembro ajeno, disfrutando de la sinfonía que había dentro de su oficina en casa.
- ¡Junmyeon-sumbae! – gimió con más intensidad.
Se corrió a pocos segundos de haber encontrado el punto dulce en su interior, liberándose en la mano y dedos del dueño del apartamento. El coreano se detuvo también, frenando sus movimientos para no hacerle daño al cuerpo ajeno.
- Ah... - respiró agitado, acercándose al pecho ajeno, apoyando sus manos y cabeza allí.
Respiraba agotado, tragando saliva mientras cerraba los ojos. Fue cuestión de segundos para que notara algo importantísimo. Junmyeon no había terminado.
No sentía su interior lleno como siempre, hasta podía notar la rigidez del miembro ajeno dentro de él.- J-Junmyeon-sumbae.
Se separó preocupado, todavía con la respiración errónea. Observó el rostro ajeno, que sonreía a pesar de lo sucedido.
- L-Lo siento – susurró con el rostro quemándole por la vergüenza -, l-lo siento mu-mucho.
Tal vez era el factor de no estar en una habitación que había acelerado el proceso para el menor, la combinación de sensaciones como el placer y los nervios a mil pudieron haberlo causado, sin embargo él no estaba aún cerca de acabar. Dolía, demasiado, sentía el deseo reprimido y retenido en su ingle.
No dijo palabra alguna, se dedicó a limpiar el abdomen del chino con algunos pañuelos de su escritorio bastante desordenado, quitando el semen de su piel.
Lo observó sintiéndose culpable aún, su respiración se regularizó con los minutos. Junmyeon se retiró del interior ajeno. En efecto, tenía una erección pronunciada que no había sido solucionada. Yixing se cubrió el rostro más que avergonzado, deseando que el contrario no se hubiese molestado.
ESTÁS LEYENDO
Injurias conyugales
Fanfiction«Maldita Chorong, mi matrimonio es perfecto, mucho más que el tuyo en tantos sentidos, él es hermoso, inteligente, y me ama ¡Me ama!» «A ver si entendí bien lo que me estás diciendo... Tú me vas a pagar ¿Por participar en tu matrimonio ficticio...