Extra #1: Aprendizaje

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Lo que sucede es que nunca te cuentan lo que pasa después del final, así que hoy lo haremos, ¡literalmente!

El coreano llevó la tercera caja con suéteres de lana pertenecientes al menor a la habitación, dejándolas a un lado agrupadas para empezar a organizar la ropa en el armario que ahora compartirían.

Por sí mismo empezó a abrir los contenedores de cartón uno por uno para vaciar su contenido y organizarlo en las distintas gavetas que tenía, pero fue cuando notó al contrario tallarse los ojos, podía notar lo cansado que estaba, no podía culparlo.

- Ya es tarde, será mejor que descanses, Yixing - le habló.

- No, no, no, no - negó irguiéndose de golpe -, está bien, te ayudo a desempacar.

Junmyeon lo detuvo y le tomó las mejillas, pasando sus pulgares por allí, levantando el rostro ajeno para verlo mejor con la luz.

- Tus ojos están bastante hinchados, seguro la cabeza te debe doler - indicó -, es lo malo de llorar.

Lo dijo con total sinceridad, él también tenía una ligera migraña. Luego de soltar tantas lágrimas y con tanta carga emocional era normal que una persona terminara así, en ese momento en especial se le hacía un poco difícil tolerarlo por haber dejado de expulsar sus pesares en forma de gotas saladas.

- Ya es la una de la mañana, tampoco es la hora más adecuada para empezar a acomodar tus cosas - comentó con la voz tranquila.

Yixing no reclamó más, sin embargo el castaño podía leer claramente en el rostro ajeno un mañana no tendrás tiempo bastante angustiado.

- Ni bien despertemos empezamos a desempacar, ¿te parece?

El empezamos en plural lo hizo sentirse bien. De cualquier modo Junmyeon no se perdería el estar con su ahora novio por nada en el mundo, sus secretarias podrían encargarse de mantener todo en orden, después de todo era un capricho que merecía darse.

- Vamos a la cama - le sonrió.

Abrió los ojos como platos, enrojeciendo al instante hasta las orejas.

- ¿A-A-A la c-cama? - preguntó nervioso.

- Yo hablaba de dormir, Yixing - se rio fuerte -, ¿ahora quién es el pervertido?

- ¡N-No soy pervertido! - se excusó sonrojándose más.

Entre pequeñas risas se cambiaron la ropa por los pijamas, Junmyeon procedió a quitarse los lentes de contacto y finalmente tener los ojos más relajados mientras que el menor subía a los gatos a la cama, dejándolos a los pies del colchón.

A pesar del sueño Yixing sintió algo de nervios hacerle cosquillas en la punta de los dedos cuando se acurrucaba entre los brazos ajenos, los brazos de su pareja. Cerró los ojos para dormir finalmente, pero su corazón ahora se le daba por alborotarse.

- Descansa - susurró abrazándolo correctamente.

- Sueña bonito, Junmyeon-sumbae - murmuró.

Estuvo a punto de decirle por supuesto que lo haré si estás a mi lado, pero lo consideró muy cursi y decidió guardarlo para otro momento.

Despertó más tarde cuando el sol ya había salido por completo y se lucía un poco en el cielo, no fue a fijarse la hora en su celular, permaneció allí, observando el rostro pacífico del chico con el que salía. Y es que se sentía tan ensoñado con la idea de finalmente tenerlo como pareja que hasta rosaba con lo absurdo.

- Junmyeon-sumbae - susurró -, ya amaneció.

El nombrado asintió con la cabeza, respirando profundo y abriendo los ojos que estaban un poco hinchados. Quitó el agarre que tenía en el cuerpo ajeno, pasando las palmas de sus manos por su rostro como si así se limpiara el sueño.

Injurias conyugalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora