Cumpleaños

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Con el frío refrescante que proporcionaba la mañana la alarma del chino resonó con una música bastante suave y relajante, las de rock pesado empezaban dentro de media hora si es que él aún no estaba despierto.

Se acurrucó más en el pecho de Junmyeon, cerrando los ojos con fuerza e intentando retomar el sueño, no deseaba cambiarse el pijama aunque ya no tuviese algún trabajo por cual hacerlo, ya que su jornada como profesor iniciaba el lunes.

- Yixing, tu alarma.

Al coreano también lo había despertado, un poco, acomodando mejor al contrario entre sus brazos, soltando un poco de aire y retomando el sueño.

- No quiero moverme – se quejó.

- Apaga tu alarma, Yixing – reiteró.

Lo liberó de su agarre aunque así no lo deseara el menor, de ese modo al menos él desactivaría la molesta notificación musicalizada.

- Ya está – bostezó sentado en el colchón, observando cómo el mayor se estiraba un poco y abría los ojos.

- ¿Fue tan difícil? – se burló aún somnoliento.

- Cállate, Junmyeon-sumbae – parpadeó con lentitud.

El último en ser nombrado se levantó, sentándose al borde del colchón y colocándose las pantuflas para poder caminar por la casa. Pelusa se estiraba mientras sacaba su lengua desde la parte inferior de la cama, Asfalto se bajó en cuanto su dueño ya estuvo de pie, yendo a exigirle sus mimos de siempre.

- Hey, Yixing.

Se acercó hasta él, quien estaba a punto de caer dormido otra vez, tiró de su mejilla derecha provocando que abriese sus ojos por la impresión.

- Espero te regocijes en el aniversario de tu nacimiento, joven poco autosuficiente para su edad que a pesar de todo, ni para la luz pone.

Le sonrió de forma honesta, con algo de burla también, pero sobre todo era una sonrisa pura del gran Kim Junmyeon. Por suerte el pelinegro había despertado cuando tiró de su cachete.

- Gracias, Junmyeon-sumbae – devolvió el gesto mientras se frotaba la zona del rostro que había sido afectada.

Era cierto, ese día Yixing cumplía 28 años, cuando volvió a prender la pantalla de su celular leyó la notificación del mensaje de Minseok, que al deslizarla dio con la conversación que tenía con él. Un largo párrafo había sido mandado a la media noche, incluso cuando el cumpleañero se hallara durmiendo. Sonrió por el gesto.

Desayunó con el dueño del apartamento, luego de ello recibió una llamada de su madre que junto a su padre le cantaron el feliz cumpleaños haciendo los sonidos incluidos, lo cual le dio mucha gracias que no pudo contener. Recibió y agradeció los buenos deseos de sus padres, e incluso cuando estaba hablando en chino Junmyeon sonreía disimuladamente porque algo que no sabía el contrario era que sabía cuatro idiomas además del natal; uno de ellos era chino y por ello acababa de enterarse que la madre del pelinegro sacudía las alfombras todos los viernes.

- ¿Entonces qué quieres de cumpleaños? – preguntó el castaño dándole de comer a los gatos.

- Quisiera que por hoy no te burlaras de mí, Junmyeon-sumbae – achicó los ojos.

- Eso es imposible, plebeyo – sonrió.

Suspiró en medio de una risa.

- ¿Te parece si vemos unas películas antes de ir a cenar con Minseok? – propuso luego de dejar agua para los mininos.

Injurias conyugalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora