Diciembre, característico por llevar el espíritu navideño por todas partes. A cada lugar que vas puedes oler la Navidad cerca, desde guirnaldas, muñecos, luces y los gorritos de color rojo con un pompón blanco al final. Para el dieciséis de diciembre ya era normal que las decoraciones por las fechas próximas se estuviesen haciendo.
- Dos cafés, por favor – indicó el castaño a la señorita que había llegado a atenderlos.
Yixing asintió con la cabeza, diciendo un gracias por lo bajo cuando la mujer se retiraba.
- ¿Entonces de qué íbamos hablando, Junmyeon-sumbae? – preguntó metiendo sus manos a los bolsillos de su saco.
Con los días transcurridos o mejor dicho madrugadas transcurridas las conversaciones se extendieron cada vez más. Empezaron a charlar a horas normales, cuando el menor preparaba el desayuno el contrario le preguntaba qué tal había dormido, lo cual siempre tenía una respuesta positiva ya que cuando se quedaba a acompañarlo por la madrugada e inevitablemente el sueño lo vencía el castaño lo llevaba a su cama, no lo acompañaba pero algo es algo. Junmyeon almorzaba en el trabajo, sin embargo para la cena traía la comida y el pelinegro le preguntaba sobre su día, si hubo mucho trabajo o si despidió a otra secretaria.
Fue cuando se sintieron listos para salir, ir a cenar públicamente o cuando el coreano se libraba de trabajo iban a almorzar a un restaurante cerca de su oficina. Ya se sentían seguros fuera del apartamento.
- De tu familia – indicó mientras revisaba la carta en busca de algún aperitivo que ofreciera el lugar.
- Mh, no tengo hermanos – indicó -. Mi papá era profesor de ingeniería y mi mamá no fue a la universidad, mis abuelos no pudieron costearle la carrera de medicina – explicó -. Se endeudaron para comprar la casa de sus sueños para que cuando tuviesen un hijo este viviera bien, aunque no midieron los gastos de colegiatura luego – se encogió de hombros.
Yixing a duras penas había podido ir a un colegio particular, las cosas mejoraron cuando le permitieron ir a una academia de idiomas donde lo becarían en el curso de coreano. Incluso le dejarían viajar a Corea del Sur para sus estudios superiores, ahí fue cuando las cosas empeoraron. Pero ustedes ya conocen esa historia.
- ¿Y tu familia? No he oído nada de ellos.
- Ni yo – se rio amargamente -. Mis padres eran el señor y la señora Kim, no representaron una gran imagen de padres ya que no es como si fuesen malo conmigo pero tampoco buenos. Solo existían y listo – explicó irguiéndose sobre su asiento -. Tampoco tuve hermanos, así que en cuanto conocí a Chanyeol y Baekhyun ellos empezaron a ser la mejor compañía.
El contrario sonrió enternecido y algo triste.
- Pensé que llevabas una buena relación con ellos – confesó.
- No es que los odie, solo que fueron muy nulos para mí – se aclaró la garganta -. Cuando habían entregas de diplomas o medallas asistían, pero de camino a casa eran Chanyeol y Baekhyun quienes me felicitaban en el auto, mi padre conducía y mi madre revisaba su celular.
- Ya veo – murmuró.
No tardó en notar que el gesto ajeno había cambiado un poco.
- Pero no te preocupes, Chanyeol y Baekhyun eran muy buena compañía – se apresuró en decir -, además ya no interesa.
La mesera trajo el par de cafés que fueron ordenados, colocándolos frente a sus respectivos comensales. Dio una pequeña reverencia antes de retirarse de vuelta a la cocina.
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Injurias conyugales
Fanfiction«Maldita Chorong, mi matrimonio es perfecto, mucho más que el tuyo en tantos sentidos, él es hermoso, inteligente, y me ama ¡Me ama!» «A ver si entendí bien lo que me estás diciendo... Tú me vas a pagar ¿Por participar en tu matrimonio ficticio...