Puerta

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Ni bien amaneció, tal como Jongdae había predicho, Minseok levantó a Yixing en silencio y con el gesto aún fruncido, entregándole el desayuno en la mesita que había enfrente.

Le pidió disculpas por haber explotado, sin quitar que él tenía la razón, pero que igual lo iba a ayudar. Le colocó bolsitas de té en sus párpados hinchados, también le dio unas pastillas para su garganta que podría llegar a inflamarse.

- Yixing, ¿tienes llave de su apartamento? – preguntó limpiándole los ojos.

El aludido asintió con la cabeza, segundos después la extrajo de su bolsillo.

- Bien, no puedes usarla – indicó tomándola -. Junmyeon ahora necesita su espacio por lo sucedido y debes respetar eso, solo él puede dejar que tú ingreses al apartamento.

Volvió a repetir el gesto, un poco dolido por las palabras de su mejor amigo.

- Eso no quita que no debas intentarlo – explicó-. Intenta ir a verlo, lo más seguro es que no te lo permita, pero debes mostrar interés en arreglar las cosas – le acomodó el cabello -. Pero solo hazlo si en verdad lo deseas.

- Sí lo haré – susurró.

- Me parece bien – finalmente le sonrió.

El chino se quitó el pijama que el castaño le había entregado la noche anterior, colocándose nuevamente la ropa que llevaba ayer. Se miró al espejo, era horrible verse de nuevo en esas condiciones, sin embargo esta vez él había sido el causante directo de la desgracia.

Caminó al departamento en el que vivía, sin muchas esperanzas, pensando en absolutamente todo y a la vez en absolutamente nada mientras observaba la acera. Quería pensar que Junmyeon le abriría la puerta, a pesar de las negativas de Minseok en verdad añoraba que su mayor le permitiera explicar las cosas, o bueno, disculparse más que todo.

Llegó frente a la puerta del apartamento del coreano, incluso con su copia en el bolsillo no se atrevería a irrumpir en el espacio ajeno, así que tocó la puerta dando un gran respiro, preparándose para lo que sea.

Unos segundos después la puerta se abrió.

- H-Hola, Baekhyun, yo vine para---

- Ya sé para qué viniste, Yixing – le interrumpió -. Lo siento, pero no te dejaré ver a Junmyeon.

Hablo tajante, contrario a la manera jovial y animada que tenía de expresarse. Tenía el gesto serio, cruzando los brazos y manteniendo el agarre en la puerta con su diestra, por si el contrario intentaba ingresar por la fuerza.

- Baekhyun, por favor – pidió.

- No estoy bromeando, te pediré amablemente que te retires.

Nadie, absolutamente nadie le haría daño a Junmyeon, no como antes. Detestaba ver a su mejor amigo en las condiciones en las que ahora se hallaba.

Cuando el dueño del apartamento despertó esa mañana no saludó a sus amigos, no tenía ni siquiera la fuerza para hablar. Los observó con la esencia del dolor, con esos ojos lastimados que solo deseaban seguir durmiendo a pesar de que ya eran las nueve de la mañana y él acostumbraba despertar siempre a las seis. No lograron que dijera siquiera un déjenme en paz cuando empezaron a saltar en el colchón, desesperados por sacarle una pequeña sonrisa. Volvió a recostarse, mirando al vacío y abrazando a Asfalto por debajo de las colchas.

- Baekhyun---

- Por favor.

Asintió con la cabeza, obediente y marchándose con los ojos aguados.

Injurias conyugalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora