El día del partido de Tyler estaba emocionada, no podía parar de imaginarme su hermosa carita de niño sorprendido, aunque no estaba segura de si le gustaría lo que hice, haría todo lo posible para que se sintiese seguro en su partido.
Había decidido llevar mi uniforme de porrista para este partido, quería que me viera apoyándolo y que le diera la seguridad de que siempre iba a estar para él. Le había dicho a Meredith que necesitaba que se levantase temprano para alistar todas las cosas para su partido.
Al cabo de unas horas estábamos arregladas y con todas las cosas listas para la sorpresa de Tyler, su partido no empezaba hasta dentro de una hora así que Meredith no quiso irse ni un minuto antes, yo sentía que debía estar ahí desde antes que empezase el partido, estaba nerviosa por si algo no salia bien, quería que todo fuera perfecto, sentía que él lo merecía, que merecía todo mi esfuerzo, todas mis sonrisas, todo.
Llegamos al partido 15 minutos antes que empezaran, el tiempo suficiente para preparar todo en la grada mas baja para que fuese visible para él, al cabo de unos minutos de nuestra llegada al campo comenzaron a llegar sus compañeros, muchos me saludaron con una sonrisa cálida y otros se acercaron a abrazarme y a decirme que era un gran detalle lo que hacia por él, y otros tantos solo se acercaban a saludarme y a decirme que todo mi esfuerzo no iba a valer la pena, decidí que esos comentarios no me afectarían, y que seguiría con la misma actitud.
Meredith como siempre, estaba malhumorada y desconfiaba mucho en mi idea, decía que algo iba a salir mal y la que tendría que pagar los platos rotos seria ella.
-Tris, ya te dije que esto no me huele nada bien- dijo mientras se cruzaba de brazos.
-Claro que no, es un campo de americano lleno de jugadores sudorosos, es obvio que no va a oler bien- dije en tono divertido para que Meredith dejara de estar tan malhumorada.
-Deja de hacerte la graciosa Tristan, sabes lo que me refiero.
-Si Mer, se a lo que te refieres, pero no puedo dejar que ni tu ni nadie me pongan de pésimo animo, estoy aquí para animar, no para desanimar- dije y me di media vuelta en busca de la grada para acomodar las cosas.
Iba caminando mientras pensaba en lo que me había dicho Meredith y me maldecía a mi misma por darle tanta importancia, al llegar a la grada deje todas las cosas en una esquina y cuando voltee hacia el frente ahí estaba...
Con una chica en os brazos, riendo y de un momento a otro estaban de pie besándose, me frote los ojos para comprobar que esto no era una pesadilla, pero no, no lo era.
Ahí estaban todas mis esperanzas, todas mis ilusiones, la persona a la que mas he querido, derritiéndose en un beso con alguien más...
Era todo, se había acabado, estaba perdida.
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The Next Three Girls
Teen Fiction"La amistad lo puede todo" Suena lindo ¿ah? Lo cierto es, que muchas veces nos pone en las encrucijadas más grandes de nuestra vida, nos gusta creer en los cuentos de hadas pero lo cierto es que no sabemos que es lo que pasará más adelante, y a que...