Capítulo 52: Juntos eternamente

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Cuando curaba sus heridas, Ian sostuvo mi mano y al verlo así lo único que imagine hacer era besarlo, pero primero debía asegurarme que estuviera bien pues Max realmente lo había dejado muy golpeado.

—Nicole —dijo Ian tomando mi mano de nuevo— lo siento

—Shh —le dije— no es culpa de nadie más que mía, siempre es mi culpa y lo siento.

—Tienes que saber algo, sobre ayer, tengo que hablar contigo— me dijo

—Sé que quieres hablar pero ahora tienes que descansar, debes de tener dolor de cabeza, así que tómate esto e intenta dormir, hablaremos cuando te sientas mejor.

Sabía que Ian iba a seguir insistiendo en que habláramos, así que mejor salí de mi habitación y baje a la sala. Mis padres se habían ido de paseo con Drew, así que yo estaba sola, ahora sabía que no había sido un sueño lo de la noche pasada y que por lo tanto, Ian no se había casado y también sabía que ahora más que nunca tenía que decirle la verdad a Drew y todo eso no dejaba de dar vueltas en mi cabeza.
Afuera aún estaba tirado en el suelo el ramo de rosas que Max me había dado y un poco más alejado estaba una sola peonia, la que Ian me iba a dar, la recogí y regrese a casa, ya había pasado una hora desde que había dejado a Ian en mi cuarto así que subí a verlo.

Aun dormía, así que no quise despertarlo, pues verlo dormido era una de las cosas más hermosas que existían, pero debió sentir mi presencia pues se despertó de golpe.

—Nicole —suspiró— verte al despertar siempre me ha hecho bien

—Hola— le dije— ¿Cómo te sientes?

— Bien, solo un poco adolorido pero bien, gracias por curarme y cuidarme.

—No es nada, tú hiciste lo mismo conmigo, gracias por cuidarme ayer, porque ya sé que no fue un sueño.

— ¿Podemos hablar de eso ahora? Dijiste que en cuanto despertara— dijo Ian

—Ok— dije un poco temerosa y me senté en la cama pero no a su lado, sino enfrente

—No sé ni por dónde empezar... — me dijo

—Podemos ser directos... ¿Por qué no te casaste? te veías tan seguro.

—Y lo estaba, realmente estaba muy seguro de lo que iba a hacer hasta que...

—Hasta que Drew y yo aparecimos? — lo interrumpí— Siento que tengo toda la culpa.

—No, no... es solo que el día que fuimos a cenar todo cambio, fue como si fuéramos una familia y pronto me di cuenta que no podía hacerlo, además cuando te bese fue porque me nació hacerlo y después de lo que ocurrió con Max debo de admitir que no lo sentí ni un momento.

— ¿Por qué seguiste con los planes de la boda entonces?

—Porque yo no sabía cómo habías reaccionado tú, intente convencerme que lo mejor era que te hubieras alejado porque quizás así podría olvidarte completamente, pero un día antes de la boda, en el supuesto ensayo me di cuenta de que no me imaginaba una vida con alguien a la que no amaba... y estando en el ensayo me imagine viendo en el altar a la única mujer que ame... te imagine a ti Nicole... te amo y no puedo imaginar estando toda una vida con otra persona.

Yo no sabía que decir, las palabras de Ian alteraban todos mis sentidos, no sabia cómo reaccionar y al final rompí en llanto.

—Ian no sé qué decir — le dije disimulando mi llanto

—Entonces no digas nada— dijo Ian, se acercó a mí y me beso.

Y yo no quise ni pude negarme, le regrese el beso y no quería separarme, Ian se acero a mi oído y dijo:

Un profesor muy especial || Segunda ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora