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Cuando entré a la mansión Agreste se me acercó la misma señora cuando vine la otra vez, me parece que es la asistente de Gabriel Agreste. Detrás de ella apareció Adrien caminado rápidamente, seguramente él quería recibirme, no la asistente.

-Natalie, ya te puedes ir. Gracias- le dijo Adrien con una sonrisa.

-Como desee, Adrien- le dijo ella y se retiró de la sala.

-Parece que se te fue volando el tiempo en el zoológico ¿no?- me dijo tratando de entablar un tema de conversación.

-Un poco. Es que me quedé pensando en lo injustos que somos los humanos con los animales. No tenemos derecho a hacerles eso- le dije con los brazos cruzados.

-Es cierto. Nos creemos superiores pero eso es solo por la inteligencia, si no tuviéramos eso estaríamos indefensos.

-En especial por los felinos, están en la cima de la cadena alimenticia.

-Conque felinos ¿eh?- me dijo alzando las cejas.

-Oye, que tu miraculous sea casualmente de un gato negro no significa que seas un felino.

-No, pero soy tu minino- me dijo sonriendo provocando que yo riera- Ya deberíamos entrar- me dijo señalando la oficina de su padre. Me acuerdo de la primera vez que vine, estaba súper nerviosa, no sé qué pasará ahora. Yo tan solo asentí.

Nos acercamos a la puerta de la oficina pero me quedé petrificada. ¿Qué pasa si no le gusta como quedó? O ¿no le gusta la idea de que yo modele el vestido? ¿Qué hará él? Con todo lo que me ha contado Chat sobre él podría hacer algo terrible.

-¿Qué pasa?- me preguntó riendo Adrien. Lo miré y su sonrisa se fue de su rostro- Tranquila, irá todo de meow-ravilla- dijo tratando de hacerme reír pero no funcionó.

-¿Qué pasa si no le gusta lo que tenemos preparado? Tú me presentaste a él, si no le gusta se sentirá defraudado de ti. Y Chat me había contado lo estricto que era él, hasta me mostraste tus cicatrices- le dije aterrorizada.

-Tranquila- dijo abrazándome- No me va a pasar nada, no te preocupes por mí.

-¿Seguro?- le dije mirándolo a los ojos, para asegurarme que no me esté mintiendo, que no se vea el temor en ellos, pero me decía la verdad.

-Estoy seguro- me dijo y tocó la puerta para llamar la atención de su padre.

-Adelante- dijo su padre del otro lado. Ambos entramos, yo primero porque él me hizo entrar primero, ya saben "damas primero", y luego entró él.

-Hola padre- le saludó Adrien.

-Señorita Dupain- me saludó ignorando el saludo de Adrien- ¿Qué está haciendo aquí?

-Hola, señor Agreste- le saludé nerviosa- Vine a mostrarle el vestido terminado. Sé que debía entregarlo el lunes pero creí que querría verlo antes por si hay que hacerle algún cambio.

-Pero qué considerada, señorita Dupain. Veamos lo que tiene- me dijo acercándose a mi. Empecé a sacar el vestido de la bolsa donde lo traje. Él lo observó detenidamente, cada detalle con el ceño fruncido, no sé si es bueno o es malo.

-¿Qué te parece padre?- le preguntó Adrien tratando de ser parte de la "conversación".

-Estoy sorprendido. Esta tela es perfecta para el vestido y los detalles están muy bien elaborados. El diseño ya era bueno pero esto está mucho mejor. Felicitaciones, señorita Dupain.

-De hecho, tuve un poco de ayuda de Adrien. Él fue el que compró las telas y participó en el proceso de costura. Es muy talentoso- le dije mirándolo sonriendo.

Tienes mi mundo de cabeza (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora