Epílogo

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PoV Marinette

Hace casi un mes salí del hospital. Las cosas estaban complicadas, en especial para Adrien. La muerte de su padre no es algo fácil, si hubiera muerto mi padre no hubiera salido de mi habitación en un año. Adrien a sido muy fuerte y ha cargado con su pérdida bastante bien pero... sé que lo extraña mucho.

Lo que lo alivió fue charlar con su kwami, Nooro. Le contó todas las anécdotas sobre su padre antes de dedicarse a hacer cosas malas. Eran buenos amigos, Nooro y el señor Agreste.

Ahora la ciudad está mucho más tranquila y salió a la luz de que Ladybug y Chat Noir habían derrotado a Hawkmoth, pero no saben quién es por lo menos. Así que decidieron hacernos una ceremonia en nuestro honor, incluyendo a Queen Bee y a Fire Fox. Pero no creo que sea una buena idea que Adrien vaya, se va a sentir peor de lo que ya se siente, lo van a felicitar por perder a su padre de cierta forma.

-Adrien... si quieres nos podemos quedar aquí y no ir. No es necesario que vayamos- le dije sentada en su cama viéndolo acostado de espalda sobre ella.

-No... debemos ir. Somos los héroes de París, es nuestro deber.

-No, nuestro deber es derrotar a los malos, no asistir a ceremonias estúpidas, no saben qué fue lo que ocurrió ni el daño que te causó. No quiero que te sientas mal- le dije pasándole la mano por su cabello.

-Voy a estar bien- me dijo sonriendo- No te preocupes- dije sentándose a mi lado- En todo caso... te tengo a ti por si algo pasa. Todo va a salir bien.

-¿Seguro?- le pregunté no muy convencida.

-Seguro. Además, va a ser divertido- dijo fingiendo estar bien, pero se le notaba que no lo estaba, o al menos eso pienso yo.

-Si tú lo dices- dije rendida. Me levanté de la cama y me dirigí a la puerta para irme cuando él me tomó la mano y me acercó a él.

-Gracias- me dijo sonriendo.

-¿Por qué?- dije confundida.

-Por preocuparte por mi. Eres la mejor- me dijo frotando su pulgar sobre mi mano. Yo le sonreí y le besé en la mejilla.

-Será mejor que el maestro Noir se prepare para la ceremonia- dije bromeando. Desde que el maestro Fu se ha ido nosotros tenemos el deber de cuidar los miraculous y entregárselos a la persona indicada por si el mal acecha la ciudad. Así que para molestarlo un poco empecé a llamarlo maestro Noir.

-Bueno, maestra Bug- me dijo tratando de molestarme.

-No te sale, simplemente no funciona si lo haces tú- le dije riendo- Mejor me voy, ya va a empezar la ceremonia.

-Oye y ¿por qué no vamos juntos?- transformémonos aquí y luego salimos juntos.

-¿En serio?

-Si, sería como el "siguiente paso" de nuestra relación- me dijo causando que yo riera.

-Claro, como quieras- le dije y me acerqué al ventanal- Tikki ¿estás lista?

Cuando me contaron que Tikki y Plagg se habían fusionado temí de no volverla a ver y no volver a ser Ladybug, pero cuando Adrien vino a visitarme al hospital venía con Tikki en las manos. Estaba tan asustada pero cuando la vi no pude evitar sonreír como nunca lo había hecho, no sabría qué hacer si la perdía, es la mejor.

-Siempre- me dijo sonriendo- ¿Y tú Plagg?- le preguntó al kwami del gato negro.

-Pues claro- dijo cruzando los brazos. Adrien y yo nos reímos al ver a nuestros kwamis interactuar. Adrien me contó que a Plagg le gustaba Tikki así que desde entonces estoy atenta a todo lo que hacen juntos.

-Ya Plagg. Es hora, Plagg, la garra- dijo estirando el brazo y Plagg entró en su anillo. Alrededor de un minuto Adrien ya tenía el traje de Chat Noir.

-Mostrémosle como se hace- le dije a Tikki sonriendo- Tikki, motas- dije y Tikki entró a mi arete izquierdo. Me demoré casi lo mismo que se demoró Chat y luego salimos por la ventana hacia el parque donde se encontraba nuestra estatua.

Nos topamos con Queen y Fire en el camino a la ceremonia así que llegamos todos juntos. Nos paramos al frente de la estatua y todo empezaron a victorearnos. El alcalde Bourgeois estaba a cargo de la ceremonia así que estaba detrás de un micrófono mirando al público.

-Querida ciudad de París. Hoy celebramos a nuestro héroes por haber hecho lo imposible y haber derrotado al malvado que nos atormentaba a todos- dijo con energía provocando que el público abucheara a "Hawkmoth". Puse mi mano sobre el hombro de Chat para ayudarlo por si se empezaba a sentir mal, para que sepa que yo estaba ahí para él.

La ceremonia duró más o menos una hora y luego todos nos fuimos a deshacer nuestras transformaciones pero Chat me detuvo antes de que yo me fuera. Se le veía preocupado.

-¿Me podrías acompañar un ratito?- me preguntó tímidamente. Yo solo le sonreí y asentí. Nos fuimos saltando por la ciudad hasta llegar a un parque bastante lejos de la ciudad donde apenas se escuchaba el ruido de ella.

Allí fue donde enterramos al padre de Adrien. Era uno de esos días donde la lluvia llegaba a todas partes, era un día oscuro y frío. Yo apenas había salido del hospital pero no quería perderme la ceremonia. Ahora el señor Agreste descansa al lado de la mujer que ama.

Adrien se acercó a la lápida y se arrodilló frente a ella. Yo me alejé un poco a buscar unas flores rojas que habían cerca. Me arrodillé al lado de Adrien y las puse cerca de la lápida. Apoyé mi cabeza en el hombro de Adrien y nos quedamos mirando la lápida.

-Me hubiera gustado que él haya asistido a nuestra boda- dijo rompiendo el silencio con un par de lágrimas en el rostro. Yo lo miré extrañado, ni siquiera nos hemos graduado del colegio, ¿cómo nos íbamos a casar?

-¿Cómo...?- empecé a preguntarle dudosamente- ¿Por qué crees que llegaremos a casarnos?

-Por qué, después de todo lo que ha ocurrido, estoy seguro que no hay alguien más con quien quiera estar Marinette. Tú eres la única, y te prometo esto en la tumba de mi padre, que cuando tengamos la edad suficiente te propondré matrimonio. Y si no aceptas, bueno, tendré que hacerlo contra tu voluntad- me dijo y nos reímos.

-Eso no va a pasar- le dije sonriéndole mientras le corría un mechón de pelo de la cara- Él estará ahí, siempre estará ahí. Aunque no lo podamos ver. Yo lo sé, y pensará "qué gran hombre se ha convertido mi pequeño, estoy orgulloso de ser su padre"- le dije y él sonrió.

-Y yo de ser su hijo- dijo mirando con cariño su lápida- Te extraño- le dijo sonriendo- Espero que ya estés al lado de mamá, después de todo, lograste estar a de nuevo con ella.

Nos empezamos a levantar y caminamos tomados de la mano por el parque. Era un día soleado, muy peculiar tendiendo en cuanta que estamos en pleno otoño. Una mariposa blanca pasó frente a nuestros ojos. La seguí con la vista y vi cómo se posó en la lápida del señor Agreste. No pude evitar sonreír.

-Y, entonces, ¿qué es lo que quiere hacer la futura señora Agreste?- me preguntó Adrien.

-Mmm... te voy a enseñar a cocinar galletas- le dije decidida.

-¿Qué?- dijo pensando que era una broma.

-Oye, no es broma. Te voy a enseñar a cocinar. No voy a cocinarte toda mi vida, señor Agreste.

-Bueno- dijo haciendo un puchero. Él se detuvo un momento y me miró- ¿Sabes? Dentro de toda la mala suerte, soy el hombre más afortunado al tenerte a mi lado- me dijo sonriendo y me acerqué para besarlo pero él se me adelantó. Puso sus manos en mis mejillas y yo en su cuello.

Tiene razón, dentro de todas las cosas malas que han pasado, soy muy afortunada de tenerlo a él. Dicen que los cuentos de hadas no existen, y puede que me historia no se clasifique como una pero por lo menos estoy junto a mi príncipe, mi príncipe felino.

Tienes mi mundo de cabeza (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora