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PoV Adrien

No podía creer que ella se haya disfrazado de Chat Noir. Se ve tan tierna vestida así. Quizás le preste mi miraculous para ver cómo se vería de verdad. Verla así me dan ganas de olvidarme de todo y besarla, besarla como nunca lo había hecho.

-Me encantaría pero... no sé bailar- me dijo un poco avergonzada. Se puso roja, me fascina cuando se pone así, se ve tan dulce.

-Oh vamos, yo te enseño- le dije y extendí la mano- ¿Qué? ¿Acaso no confías en mí?- le dije y ella me miró a los ojos. Suspiró y tomó mi mano.

La llevé a la pista justo cuando tocaron una canción lenta. Todas las parejas se acercaron a la otra y bailaron abrazados. Esto me recordó a la fiesta de aniversario que nos hicieron, a Ladybug y Chat Noir. Pero, entonces, bailé con Ladybug, es decir, Marinette si sabe bailar.

-Es mi idea o... eres pésima para mentir- le dije y ella sonrió avergonzada.

-No es eso. Si, bailé contigo en esa fiesta pero era siendo Ladybug. Las cosas son mucho más fáciles cuando uso el traje. Ahora soy solo Marinette, la chica más torpe que puedes conocer. Me moriría de vergüenza si empiezo a bailar y se me enredan los pies y caigo. Eso nunca le pasaría a Ladybug- me dijo mirando el suelo.

-Oye- le dije alzando su cabeza- No tienes que preocuparte. Lo hiciste bastante bien esa vez, ahora lo harás igual. Y si te sientes muy insegura estoy yo aquí para agarrarte por si caes.

Dicho estas palabras me abrazó y empezamos a bailar al ritmo de When I Was Your Man de Bruno Mars. Puse mis manos en su cintura y ella colocó sus manos en mi cuello. No paraba de sonreír, se veía radiante. Nunca había visto sus ojos brillar tanto como ahora.

Terminó la canción y pusieron una canción más movida. Ella se detuvo y me quedó mirando con una sonrisa pícara. Me tomó de la mano y me tiró afuera de la pista. Subimos unas escaleras y ella se detuvo al llegar al borde de la terraza que hay en el tejado.

Ella se sentó allí y se quedó mirando el cielo. Estaba oscuro, repleto de estrellas. Me acomodé al lado de ella y ella apoyó su cabeza en mi hombro. Era una noche perfecta.

-Wow- dijo de repente- La fiesta está muy buena. Tu padre si que ayudó.

-Lo sé... me resulta extraño viniendo de él.

-¿Por qué? Es decir, por qué él te trata de esa forma. Por qué llega al límite de golpearte en la espalda. Cuando fui a ti casa se veía muy simpático pero esa persona no sería capaz de hacerte eso ¿cierto?

-Lo sé. Sabe esconder muy bien sus acciones. En las sesiones de fotos no tengo que posar sin polera, así nadie sabrá que tengo esas marcas en la espalda. Supongo que todo esto partió cuando mi mamá se fue. Puede que haya sido duro para él- le dije y ella se acercó más a mi para consolarme.

-Debes extrañarla demasiado ¿cierto?

-Más que nada- dije mirando el horizonte que no se veía- Me gustaría que las cosas volvieran a ser como eran. Los tres de nuevo- le dije sollozando- Desde que se fue me sentí tan solo... mi padre nunca estuvo ahí desde que se fue... me hacía a un lado... yo traté de que me preste atención pero... bueno ya sabes... conseguía golpes a cambio...

-Adrien...- me dijo besándome la mejilla- No tenía idea, lo siento. No debí haber sugerido el tema.

-No. Está bien. Me hace bien hablar con alguien sobre esto, para desahogarme. Además, quiero que me conozcas. Cuando soy Adrien soy solo el hijo del famoso diseñador Gabriel Agreste, pero quiero ser más que eso. Soy Chat Noir pero... solo puedo ser totalmente yo junto a ti- le dije mirándola a los ojos.

-Adrien... tú siempre fuiste más que el hijo de un diseñador famoso para mí. De hecho, cuando te conocí, te odiaba, y lo sabes. Sabía que eras modelo y todo pero aún así me alejé de ti pero fue por tu "actitud", por lo que yo creí que habías hecho. Pero cuando te disculpaste conmigo supe que en realidad no eras un chico egoísta hijo de papi, eres mucho más que eso. Puedes llegar lejos sin necesitar nombrar el nombre de tu padre, yo lo sé. Tú dejaste una huella en mi, puedes hacer lo mismo en todo el mundo. Eres Chat Noir, el héroe de París que lucha contra el mal. Aunque no sepan que eres tú en realidad eres alguien importante para muchos. Eres esperanza.

La miré por un rato. Ella me sonreía. Pasó su mano por mi rostro limpiándome las lágrimas que tenía. No me puse resistir más y la besé con todas mis ganas. Con una mano mía en su mejilla y la otra por su espalda. Ella me acercó más a ella tirándome de la camisa. Puso sus manos alrededor de mi cuello. No podría desear algo mejor.

-Je t'aime Marinette- le dije y ella me besó de nuevo con fuerza. Pude sentir como ella sonreía mientras me besaba. Ojalá esta noche sea para siempre.

-Yo también gatito- me dijo acariciando mi pelo con una sonrisa.

-Eres increíble. No sé cómo es que tú te has fijado en alguien como yo.

-No seas tonto... por supuesto que me fijaría en ti. ¿En quien más entonces?

-No lo sé... quizás Nathaniel...

-Nathaniel...- dijo separándose de mi.

-¿Qué ocurre?

-Aún no le he dicho. No vino ayer y no pude ir a verlo ya que me habían castigado. No sé qué voy a hacer.

-No te preocupes- le dije acercándola a mi- Preocupémonos por el ahora. Mañana pensamos en lo demás- le dije abrazándola.

Nos quedamos así por un largo rato contemplando el cielo. Se podía escuchar la música que provenía de abajo y las risas de nuestros compañeros pero en realidad no nos importaba, estábamos juntos.

Se empezó a escuchar Andas en mi cabeza de Chino y Nacho y todos empezaron a gritar. Me levanté justo para el coro y empecé a cantar.

-Andas en mi cabeza nena a todas horas- me acerqué a Marinette y traté de levantarla para que bailara conmigo- Vamos, no me dejes bailando solo.

-Noooo, no quiero. Apenas sé bailar lento, esto no sé bailarlo- me dijo y yo me acerqué a ella y la tomé en mi brazos. Ella no paraba de reírse y agitarse. Finalmente la bajé y la acerqué a mi.

-Mira abajo- le dije y ella lo hizo- Mira como todos bailan, tú solo haz lo mismo que ellos hacen.

-No sé si pueda hacerlo, Adrien- me dijo sonriendo nerviosa.

-Ven- le dije y la acerqué. La di vuelta para que su espalda esté contra mi pecho- Solo sigue el ritmo de la música- le dije y bajé mis manos lentamente hasta llegar a sus caderas. Ella se puso tensa un momento pero luego se empezó a relajar. Empezamos a movernos juntos al ritmo de la música. Después de un rato Marinette se dejó llevar, empezó a moverse más, la cadera y los brazos.

De pronto sus brazos llegaron a mi cuello y se dio vuelta para verme más de cerca. Estaba agitada. Me acerqué a ella y la besé en los labios.

-¿Ves? No es tan difícil- me dije y ella se rió.

-Apuesto a que me veía horrible- dijo riendo.

-Si horrible fuera sexy... si, te veías súper horrible- le dije y ella me dio una cachetada suave sin parar de reír.

-Tonto.

-Y se supone que yo no debería saber bailar. Te tuve que enseñar. No me esperaba eso- le dije riendo.

-Será mejor que nos vayamos- me dijo se empezó a ir cuando yo la tomé de la muñeca y la atraje a mi para darle y tierno y dulce beso. Estaba vez no la quería dejar ir. Quién sabe cuando sea la próxima vez que pueda hacer esto.

-¿Marinette?- se escuchó detrás nuestro una voz entrecortada. Nos separamos rápidamente y miramos al dueño de esa voz. Esto no es bueno...

Tienes mi mundo de cabeza (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora