Uchiha Hiden: Una Historia Jamás Contada

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Capítulo 1: La raíz del comienzo de una nueva misión

La aurora estaba brillando en lo más alto, el fenómeno provocaba que el cielo se llenara de manchas y columnas luminosas de varias tonalidades. Era un espectáculo realmente hermoso.

Muchos disfrutaban de ello, otros solo seguían con sus labores. Varios lugares del pequeño pueblo que ahí se encontraba comenzaban a cerrar. Los niños que habían pasado jugando con sus amigos se dirigían a casa para cenar y después descansar.

Perecía que otro día normal terminaba.

Solo se veía la luz de la luna iluminar el lugar que trasmitía tranquilidad. Era un pequeño pueblo con habitantes felices y honrados. Aunque también se veían varias personas con aquel sentimiento de tristeza reflejado en sus ojos gracias a las cicatrices de la guerra pasada. Pero sabían que debían ser fuertes, que debían salir adelante.

El canto de los grillos no se hizo esperar cuando todo el lugar quedo en silencio. Los habitantes dormían plácidamente en sus dulces camas, nadie se preocupaba por nada.

Lo único raro por el perímetro eran las siluetas que miraban atentamente el lugar, no se podía observar su rostro lo único que se veía era que todos llevaban sus rostros cubiertos detrás de una máscara.

- Recuerden nuestro objetivo...- se escuchó decir a uno de los hombres -ella no querrá error alguno-

Tal vez detrás de esa mascara se encontraba el líder, o la mano derecha de quien los había mandado.

- ¡Si señor!-

Era una orden, y debían cumplir como cual.

El viento soplo fuertemente, las hojas de los arboles caían sin parar. El profundo silencio cayó por un estruendo. Uno de los extraños aterrizo sin hacer ruido en el lugar. Él tenía semblante de un ninja.

- ¡Adelante!-

- ¡¿Q-qué es eso?!- exclamo alguien

El ruido se tornó más molesto, todos los habitantes se colocaron alerta. Algunos comenzaron a realizar sellos para detener a los invasores. La tierra temblaba, el fuego aparecía... ¡llamas color carmesí! El lugar se quemaba.

- ¡He-hey! ¡¿Qué está pasando!-

Protegían a sus seres queridos. Los extraños se movían de aquí para allá buscando su objetivo.

- ¡No se interpongan!- exclamo uno de los extraños.

Un tsunami apareció. Algún enemigo podía efectuar aquella técnica sin tener agua a su alrededor. Parecía ser una técnica poderosa.

Liberación de rayo.

El inmenso poder del elemento rayo se colocó entre el suelo abriendo grietas en este, sin más algunas casas del lugar comenzaron a desmoronarse.

Una tormenta de fuego apareció de repente.

Todos temblaban de miedo, el no saber qué hacer, el ver que algunos comenzaban a morir por una razón que desconocían pero necesitaban saber.

¿Qué hacer ahora?

Solo defenderse y dar el todo por el todo.

Un extraño sin esperar más entro a una de las casas. Miro a su alrededor, encontró una mujer y dos niños. Los tres lo miraban mientras sus ojos temblaban y lágrimas corrían por sus mejillas.

- ¿Qué quieren de nosotros?-

El extraño se quitó la máscara. Sus ojos eran de color pardo casi un amarillo intenso, su cabellera era negra con mechones rojizos.

Era alguien alto y con un semblante bastante serio.

Él los miro fijamente, pero solo frunció el ceño. No era quien buscaba, tal vez el objetivo de él y sus camaradas no se encontraba en ese lugar.

- "¡nuestro objetivo es primordial, maten a quien sea necesario, pero encuéntrela!"-

La orden resonó en su cabeza. Cerró los ojos y desvaino su espada. Debía hacerlo, había sido una orden al final de todo.

Un grito desgarrador se escuchó, y las paredes solo se mancharon de sangre. Era una imagen horrible... pero aun así, la misión debía seguir.

- ¿la encontraron?-

Un grupo se reunió, al escuchar la pregunta todos se miraron entre sí.

- ¡No señor!-

Si su objetivo no estaba ahí... ¿Dónde estaba? Acaso ¿había escapado antes de que ellos llegaran?

No. ¡Eso era imposible!

- ¡Señor!-

La voz del chico pelinegro llamo a su líder. Enseño lo que había encontrado, era un mechón de cabello.

- Estuvo aquí...- susurro el líder -¡verifiquen el perímetro, interroguen a esta gente! -

Pero en su rostro se formo una sonrisa de arrogancia

- ¡Llévense a los que estén vivos!- les grito a sus camaradas -¡Recuerden que necesitamos saber dónde está!

Todos asintieron, y se dispersaron por el lugar.

- Necesitamos encontrarla...-

Parecía que la buscarían hasta el fin del mundo si fuera necesario. Su objetivo estaba fijo, sus intenciones eran desconocidas, pero... no parecían ser buenas.