5

1K 80 1
                                    

Capítulo 5: El integrante del Clan "extinto".

Una cálida mañana, todos los habitantes se encontraban tranquilos, un ambiente de paz regocijaba a la aldea llamada Konohagakure, la cual se encontraba al mando del Sexto Hokage, Hatake Kakashi.

En esa mañana parecía tener mucho trabajo, alrededor de él había pilas de documentos que tenían que ser leídos y firmados. Sí, ser Hokage no era fácil pero hacía lo mejor.

Aunque detuvo todo movimiento cuando se escuchó un pequeño ruido que provino de la ventana del despacho. Su vista se enfocó a la ventana que estaba abierta y se podían ver las calles de Konoha las cuales eran iluminadas por los cálidos rayos de sol.

En el marco de la ventana se encontrando a un halcón con un pergamino que sostenía en su pico. Reconoció que no era un halcón cualquiera, sabía a quién le pertenecía, y eso le preocupaba un poco.

Dejo a un lado los papeles, se acercó y extendió su mano para recibir el pergamino.

- Vaya, vaya... ¿Qué tenemos aquí?-

- Su querida alumna se lo envía-

- ¿No simplemente sería más fácil que me dijeras tu qué es lo que pasa?

- ¡Ella no quiere que sepa que es lo que está escrito ahí, además no me quiso decir nada!- recalco moviendo sus alas de un lado a otro

- Ya veo...-

- Bien, yo me voy, nos vemos- el ave desapareció. Kakashi sin perder más tiempo abrió el pergamino y leyó su contenido.

- Seré breve y te diré lo que ocurrió. He encontrado un pueblo el cuál fue atacado, supongo que te han mantenido al tanto, si es o no así, no importa, te informo que regresare a Konoha para hablar contigo. Necesito resolver esto, puede que sea algo relacionado con el clan Koyarki y parece muy serio. Llegare dentro de unos 2 días. Espero y no le informes de nada a nadie-

- Así que nos volveremos a ver-

No tenía mucho que la había visto por última vez, suponía que tal vez no había cambiado nada desde que se fue de Konoha de nuevo hacia su camino de penitencia, al igual que Sasuke.

Tal vez, solo tal vez, suponía que ese corto plazo de tiempo ayudo para poder mejorar sus ojos que aún se habían encontrado deteriorados por las guerra.

Entonces, solo tenía que esperar y poder volver a ver a aquella chica que alguna vez había sido su alumna.


Mientras que en un lugar devastado, con ruinas de aquí a allá se podía sentir la tierra temblar. Entre las sombras los ataques chocaban, ninguno se dejaría vencer hasta conseguir lo deseado.

Uno necesitaba realizar la misión
Y el otro evitar ser atrapado y sobrevivir.

- ¡Hasta aquí! ¡Deja de seguir con esto y colabora!-

Frunció el entrecejo. Si claro, lo llamado "colaborar" para ellos, significaría "destrucción" no sólo para ella, sino para todo el mundo.

- Lo repetiré cuantas veces sea necesario. No iré con ustedes...

- Estás cometiendo un error.

Se colocó en posición de ataque y comenzó a atacarla de nuevo.

La forma con que su contrincante se movía y atacaba mostró que no había duda de que era un ninja.

Ella no tuvo problema. Sus manos se juntaron y formaron unos cuantos sellos manuales.

Su dirección fue específica, golpeó el suelo con sus manos.

- ¡Niña tonta!- exclamó al ver que nada había ocurrido, al parece ningún jutsu había llegado hacía él.

Sonrió triunfante. Pero siempre tenía que recordar; 'nunca clames victoria antes de tiempo'.

Realizó rápidamente sus sellos manuales.

-¡Suiton: Suiryūdan no Jutsu!-

Creo una gran columna con forma de dragón con la intención de causarle algún daño. Pero no sabía que había cometido un error.

Sus ojos se abrieron de par en par al ver que su jutsu se había cristalizado. Estaba convertido en una gran columna de cristal, ya no era agua.

Se quiso mover, mantener su distancia. Pero, no pudo. Miró sus pies los cuáles poco a poco estaban siendo envueltos en una prisión.

- Lo siento, odio matar a personas que no lo valen-

- Te... arrepen... tirás-

A duras penas podía hablar y mover su cuerpo, todo a su alrededor lo estaba aprisionando. Dentro de poco todo acabaría para él.

- No me amenaces, no me atemorizas en lo más mínimo.-

- Hayami...-

Antes de que siguiera hablando ella chasqueó los dedos y la prisión se convirtió en una pequeña esfera de cristal la cual poco después se pulverizo.

Era escasa la luz del día, no se veía todo con claridad. Lo único que se alcanzó a ver... Fue el logo que tenía en su espalda.

El logo del Clan Koyarki. Su amado clan y claramente... La única sobreviviente.

Uchiha Hiden: Una Historia Jamás ContadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora