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Capítulo 40: Momento delicado

Cuando despertó se dio cuenta que sus manos se encontraban vendadas y en su boca podía sentir un sabor amargo. Sus oídos reaccionaron y pudo escuchar el sonido de agua fluir rápidamente.

- Vaya... al fin despiertas.-

Aquella voz hizo eco en el lugar, él inspeccionó primero para ver dónde se encontraba, se sentía cálido pero no había mucha luz, en donde se encontraba recostado era pasto... Todo parecía ser una cueva.

Entonces, miró de donde provenía la voz.

- ¿Qué pasó?- preguntó un poco confundido

- Fuiste envenenado... Por Kioshi.

Entonces fue cuando pudo recordar lo que había pasado. Nunca llegó a imaginarse que su hermano fuera bastante habilidoso.

Estaba apunto de preguntarle algo más a (tn) ____________ pero, en vez de eso se quedó mirándola por un instante. Los ojos de ella, esos ojos azabache miraban la luz que entraba por la entrada de aquella cueva en donde se encontraban y provocaba que sus ojos obtuvieran un brillo singular.

La miró con más atención, nunca había tenido tiempo para admirarla como ahora, tenía que admitir que era bastante hermosa. Pero, le llamo más la atención la cicatriz que se asomaba desde su nuca y él presentía que aquella cicatriz había sido consecuencia de una ardua batalla con alguien.

Inconscientemente levantó su brazo y guío su mano con intención de tocar aquella marca, que conllevaba seguramente dolor y sufrimiento.

Ella no se dio cuenta y siguió mirando la hoguera. Sabía que tenía cosas más importantes en que preocuparse. Probablemente ahora aún seguía la ardua batalla entre Aiko, Hiro, Yoshio y Eri contra todos aquellos quienes habían sido capturados por Aratani.
Quería saber si estaban bien, pero verdaderamente esperaba que sí.

Su mente se quedó en blanco cuando sintió la mano vendada de Kiyoshi en su nuca y que con su pulgar acariciaba aquella cicatriz.

- ¿Por qué haces esto?- soltó Kiyoshi inesperadamente.

- No sé de qué hablas.- contestó (tn)___________

Curiosamente, y ella tampoco supo explicar el porqué pero, no sintió la necesidad de alejarse.

- Hay algo que aún no me has dicho. Aira te dio el Uranai, pero ¿Por qué?

Él tenía razón. Ella nunca había dicho exactamente el porque, y sólo por eso sintió una gran vergüenza, así que su única opción fue escapar de la situación.

- Me tengo que ir.- se levantó bruscamente del suelo -Iré en busca de Aratani, ¿Está bien?-

Antes de que tan siquiera se atreviera a dar un paso más Kiyoshi la tomó por su muñeca.

- ¿Crees que podrás? Eres el objetivo del enemigo, para evitar problemas es necesario que te acompañe.

-"¿Acompañarme en ese estado?"- se preguntó mentalmente (tn)______________.

- Deberías confiar más en mí.- afirmó sin miedo - Debes saber perfectamente que no moriré. No mientras el Uranai deba proteger.

Ella reflexionó la profecía que quería mantener viva.

- Si mi mundo en algún momento está por perecer, sé qué habrá un poco de esperanza... Tú mundo y mi mundo, podrán ganar.

No tenía duda en su corazón. En su mente mantenía marcado el recuerdo del porque hacía esto, tal vez sí solo la deuda de vida era lo único que había conectado al clan Koyarki con ella.

Uchiha Hiden: Una Historia Jamás ContadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora