Capítulo 38: Un arduo trabajo
Ambas cruzaron con rapidez entre todas las personas a su alrededor, evitando que las atacarán y con la esperanza de avanzar hacia donde estaban Hayami, Takeshi y lo que claramente era una falsa Aira.
Una de ellas saltó al llegar a uno de los tantos grupos en los que se había dividido el batallón. Con su espada siendo sostenida, la alzó por los aires y con fuerza rompió las hojas de las dagas que estaban incrustadas en el pecho o espalda de todos sus "enemigos".
Uno de ellos tomo la ventaja de que ella se distrajo al pensar que no había alguien más cerca. Tomó la espada, ambos forcejearon, pero él la arrebató y la lanzó lejos.
Ambas chicas, al igual que sus compañeros, ya conocían esa técnica. Habían investigado varios años pero al fin sabían que era lo que pasaba:
Aquella daga, no era simplemente eso, era algo sumamente especial en el Clan Wakusei, pues contenía una especie de droga que al momento de impactar cerca del corazón hace perder el libre albedrío en la víctima y que obedezca cada una de las órdenes que mande aquella persona que haya efectuado esa técnica.Así que sin ninguna otra opción ella se quedó quieta.
- ¡Alto!- colocó una mano enfrente de ella y todo se detuvo, literalmente.
Nadie se movió, excepto aquellas dos chicas, así que su compañera tomó la oportunidad y con el tiempo límite, agarró la daga de aquella persona que tenía incrustada en su espalda, la sacó del cuerpo y la destruyó con sus propias manos sin recibir daño alguno.
Aquella daga se convirtió en polvo.
El tiempo se agotó.
Miro que sus "enemigos" estaban inconscientes en el suelo. Entonces, tomaron su Kibō y abrieron un portal. Ellas sabían que ese portal daba a la bóveda celeste, así que con cuidado tomaron a cada uno y los ingresaron en una de las amplias celdas.
Mientras todo terminará, no había otro lugar más seguro que aquella prisión preventiva para mantener a salvo a aquellos que sólo habían sido utilizados para recuperar algo que, para su buena suerte, no sabían que era.
Un poder por ahora desconocido para ellos.
- ¡Mantenlos!- se escuchó como ordenaron una vez más.
Rápidamente el portal se cerró, guardaron el Kibō y corrieron en busca de sus compañeros o por más enemigos.
Vaya que sentían que había pasado una eternidad, pero probablemente solo habían pasado un par de horas, en las cuales todo su equipo había sido separado obligatoriamente en dos equipos.
Esperaba que sus dos compañeros aún siguieran con vida.
Mientras tanto, él vio la oportunidad, se agachó mientras escuchaba, a lo lejos, como su compañero luchaba constantemente, sin embargo siguió escribiendo sobre la ardiente nieve.
壁 (Muro)
Cuando terminó de escribir, una barrera sólida de la misma nieve se colocó a su alrededor.
- ¡Intenten acercarse!- grito mientras empuñaba su espada.
Pero sí, ellos no dudaron en acercarse. Él lo sabía, ahora todos ellos ya no tenían miedo de la muerte para empezar, sino se habrían preparado para alejarse. Aunque ese no fue el caso.Todos ellos los enfrentaron con toda su fuerza.
- ¡Eri! ¡Ahora!- ordenó al ver que su escudo no aguantaría demasiado tiempo.
Eri uso la nieve que seguía cayendo y acomulando. Colocó ambas manos en la nieve está se volvió pegajosa en el área de todos sus "enemigos", y para ellos era difícil seguir andando por una gran área.
- ¡Eri, Hiro!
Ellos levantaron la mirada. Ahí estaban ellas, sus compañeras. Podían estar tranquilos ahora al saber que estaban bien.
- ¡Es el momento! ¡Eri, Yoshio, Aiko!-
- ¡Sí!
Todos asintieron ante la petición de Hiro. Cada uno se colocó alrededor de todo ese conjunto de Shinobi's que aún tenían la intención de asesinar a esos chicos.
Pero ellos no se detendrían porque tenían la intención de salvarlos.
- ¡Ahora!
Cada uno golpeó el suelo con fuerza.
- Tokubetsu kenshū: ¡Shikaku hoshi!
Debajo de los pies de aquellos Shinobi's se dibujó una estrella de cuatro picos.
- ¡Chūshutsu!
De los picos de la estrella salieron varios hilos de metal que se enroscaron en el mango de todas y cada una de las dagas. Qué consecutivamente fueron extraídas.
Sus "enemigos" cayeron al suelo.
- Hay que llevarlos a la bóveda celeste.
Pero, el ambiente cambio de repente a un lugar donde había un lago rojizo, bastante extraño pues salía vapor del agua.
- ¿Creen que han ganado?-
Eri creó una vez más el muro, pero está vez era de aquella extraña agua.
-Eso esta por verse.
Takeshi sobresalió entre ellas dos.
- Takeshi. Mátalos.- ordenó Hayami
- Como ordené.
Él hizo unos cuantos sellos de mano y después procedió a morder su pulgar.
- Kuchiyose no jutsu.
Las bestias de humo aparecieron una vez más.
- Yajū.
Trono los dedos y las bestias se acercaron a ellos; en el trayecto aquellos humeantes seres se unieron formando una bestia mayor parecida a un gran león feroz.
- ¿Creen que podamos vencer algo como eso?
Por alguna razón sintieron algo de decepción hacia ellos al recordar que (tn)____________ había sido quién los salvo anteriormente ante una bestia similar.
- Kiyoshi no nos perdonaría si perdíeramos- Hiro dijo - Sólo existe una forma de averiguar si podemos o no.
Ellos se prepararon para su siguiente batalla.
- En este momento, creo que él ya habrá cumplido la orden. - dijo Aira mientras abría un portal.
- Entonces, ¿Iremos ahora con Lady Aratani?- preguntó Hayami
- Así es, el Uranai de una vez por todas será destruido de una vez por todas.
Ellas sentían que ya habían ganado.
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Uchiha Hiden: Una Historia Jamás Contada
FanfictionHa pasado un año y medio... la Cuarta Guerra había terminado. Las 5 Naciones Shinobi estaban unidas. Con esto nos lleva a un sitio donde una joven realizaba su viaje por el mundo. Si quieres saber y completar los misterios aún no resueltos, si quie...