Destinos Unidos.

La declaración de amor.

Brenda salió de su habitación con una chamarra de mezclilla, un pantalón negro pegado, una blusa negra con una flor en el centro rosa y unos tenis negros.

Brenda: Lista :).

Brenda se acercó a Leo, quien no dijo nada, ya que estaba anonadado por ver como se había vestido la chica.

Leonardo: Realmente te vez hermosa.

Leo se acercó a Brenda con la intención de besarla, pero la chica fue un tanto más lista que el, moviendo su rostro para evitar el beso en sus labios.

Brenda: Quieto tigre...

Y ante el comentario de la chica, Leo sólo recargo su cabeza en el hueco entre su hombro y cuello, para después soltar una risita...

Leonardo: ¿Nada se te pasa por alto verdad?
Brenda: Tienes mucha razón.
Leonardo: Y ya que no puedo hacer nada respecto a eso. Bueno, en realidad si puedo.

Leo le abrió la puerta y le ofreció su brazo como un buen caballero.

Leonardo: ¿Me permite llevarla a un hermoso lugar esta tarde?

Brenda no pudo evitar reír ante el comentario del chico de ojos azules frente a ella. Al mirarlo a los ojos, sus piernas no fueron muy confiables como ella lo esperaba. En efecto, era la gran cantidad de nervio que tenía por dentro de su cuerpo, y para aumentar más esa sensación, se le cruzó la gran idea de mirarlo a los ojos y sus miradas se encontraron.

Brenda:Esta bien, siempre y cuando sea el lugar más hermoso que mis ojos jamás hayan visto.
Leonardo:Consideralo hecho.

Leo se acercó a Brenda y le dio un beso en su frente, para después posar su mano en una de sus mejillas y acariciarla con el dedo pulgar. Esas acciones tan dulces no la ayudaban en nada, el nerviosismo fue aumentando y eso se reflejó en sus manos que empezaban a su sudar como si recién se las hubiera lavado.

Cuando la caricia en su mejilla ceso, Brenda se dio media vuelta para cruzar la puerta abierta, seguida por Leo, quien tenía una gran sonrisa que nadie podría quitar. Estaba a punto de pasar la mejor tarde de toda su vida en compañía de una chica que no sería ni Karai ni Abril, si no una chica a la que le estaba su verdadera identidad. Y ella había sido demasiado honesta con el, aunque no le creyera todo lo que alguna vez le dijo. Los dos se dirigieron con paso seguro al elevador que había en el departamento, para que así pudieran llegar a la planta baja del mismo edificio y de ahí a encaminarse a su segunda cita.

Una vez abajo, se acercó a Leo y le abrazo el brazo con ambos brazos y al final entrelazo sus dedos con los de Leo.

Brenda:Y dime Leonardo, ¿a donde me vas a llevar a pasear?
Leonardo:Es más un secreto. Estas últimas semanas me la pase paseando por todo New York para ver que lugares te gustarian. Así que espero poder darte una gran sorpresa inolvidable.
Brenda:Me gustan las sorpresas, pero sabes algo, hay algo más que me gusta aun mas que las sorpresas.
Leonardo:No se, asi que dime. ¿Que te gusta más que las sorpresas?
Brenda:Estar con tigo...

Ambos chicos se detuvieron en la esquina de la calle del edificio de Brenda. La chica, posó ambos brazos alrededor de su cuello, para después ponerse de puntitas y acercar sus labios con los del chico de ojos azules. Mientras, que el muchacho ponía sus brazos alrededor de su fina cintura y la acercaba aun más a su cuerpo para poder intensificar el beso y así poder contestar de mejor forma. Brenda fue la primera en quedarse sin aliento, mientras que Leo seguía besándola, ya que el parecía que no le faltaba el oxígeno. Y siendo asi, Brenda fue la primera en separarse de aquel beso entre ambos.

Leonardo:¿Y ese beso?
Brenda:N-no lo se...
Leonardo:Pues dejame decirte que me tomaste por sorpresa.
Brenda:Pues no parecía he... casi me dejas sin aire.
Leonardo:Que me tomara por sorpresa, no significa que no me haya gustado.
Brenda:(Sonrojada) Me- me di cuenta de eso...