Destinos Unidos.

Me explican

El momento confuso...

Los hechos... indescriptibles.

El tiempo, simplemente dudoso.

Lo único que saben, es que sus cabezas giraban y que sus corazones palpitaban a mas no poder, solo sabían que ellas estaban bien y que ellos solo tenían algunas heridas que se podían curar, pero lo que mas les preocupaba era que ellas despertaran pronto y que cobraran conciencia.

Raphael: ¿Que les habrá pasado?
Inuyasha: Están agotadas. Solo les recuerdo que les callo una bomba de amencia, no lo olviden.
Miguel A.: ¿Cuanto tiempo se supone que dura el efecto?
Inuyasha: Varia un poco en cada una.
Leonardo: ¿Porque tu no estas inconsciente?

Inuyasha no contesto, solo se limito a ver como Jaeline se comenzaba a mover un poco, y de igual forma a quejarse. Parecía que el dolor de su cabeza la estaba matando. Su medio hermano, se acerco a ella para ver si necesitaba algo o si algo le pasaba que no fuera normal. Terrible idea.

Inuyasha: ¿Como te siente?
Jaeline: Muy mareada...
Inuyasha: Tranquila, es normal. Te cayo una bomba de amencia, te sentirás así por un tiempo.
Jaeline: Tengo nauseas.
Inuyasha: No creo que llegues a vomitar siempre te pasa. Solo no te pares esta vez.
Jaeline: Esta bien...

Los cuatro hermanos intercambiaron miradas, no entendía como era posible que el supiera el tipo de síntomas que sentiría Jaeline, si según ellos era la primera vez que experimentaban algo como esto. Ahí había algo que ellos no sabían, y que en algún momento tenían que enterarce.

Miguel Ángel se dio cuenta de que la mas pequeña de todas, empezaba a quejarse y a mover un poco su rostro. El, se acerco corriendo a ella, y algunas lagrimas empezaron a caer por sus mejillas, aun no podía creer que al fin la habían encontrado y de no ser porque estaba inconsciente, dirían que esta bien. Solo esperaban que no le hayan hecho algún daño que la haya dejado marcada de por vida.

Isabel: ¿Donde estoy?
Miguel A.: Estas en casa. Tranquila, ya estas a salvo.

Mikey la tomo entre sus brazos y rodeo su pequeño cuerpo con ellos. Final mente ella estaba a salvo y lo mas importante a su lado.

Isabel: ¿En casa?

Ella apenas y comenzaba a digerir la información, de ser la prisionera de Alexander a estar en su casa y no recordar nada, le ocasiono una gran duda en su cabeza, que empezó a doler le la cabeza.

Isabel: ¿Como llegamos aquí?
Raphael: Es una larga historia, pero no tranquila, no hay nada de que preocuparte.

Isabel solo siguió soban doce la sien, mientras que Mikey la seguía sosteniendo entre sus brazos.

De un momento al otro, el grito de Inuyasha capto la atención de todos, menos de Isabel, quien por supuesto lidiaba con un fuerte dolor de cabeza.

El motivo por el cual, Inuyasha grito, fue nada mas y nada menos porque su hermana vomito casi sobre el.

Inuyasha: Te dije que no te paras esta vez.

Leo, fue en busca de algo para ayudar a limpiar a Inuyasha y por algo que le quitara el mal sabor de boca a Jaeline.

Inuyasha: Y tu no entiendes nada de esto, ya te ha pasado tres veces y nunca me escuchas.

Le dijo a su hermana, intentando de que ninguno de los otros hermanos los escucharan. Pero, uno de ellos lo escucho, y eso le planto una gran duda que tendría que ser aclara por una de ellas y si ella no despierta pronto la duda dentro de el seguiría creciendo y en algún momento saldría de su boca sin que el lo quisiera y seria algo que terminaría en pleito seguro. Uno que esta vez no seria solo con su hermano mayor y su padre, si no donde incluirían a las chicas y ellos saben bien que con ellas nadie puede jugar; y un pleito contra ellas significarían problemas para todos. Raph tendría que pensar muy bien su siguiente movimiento, como obtendría la información que ellas se empeñan en ocultar y que sin se dieran cuenta daban indicios constante de que con ellas la muerte siempre estará asechando por lo menos a uno de ellos.

Jaeline: (Lenta y débil) Me siento muy mal...
Inuyasha: Ya pasara, solo no te levantes. Por millonésima vez.

Leo apareció con algo para que Inuyasha limpiara el vomito de su  hermana.

Micky por otra parte, no se despegaba de Isa. La tenia tomada de la mano, ya que no quería alejare de ella ni un solo centímetro. Quería ver cuando ella despertara y que lo primero que viera fuera a el, pero eso tardaría un poco, ya que la cantidad de humo que había entrado a sus pulmones le haría difícil recobrar el sentido. Pero la escena, de verdad era algo conmovedor de ver, verdaderamente el sentía algo por ella, algo que iba mas aya de la amistad. 

La cruda realidad era que nada de lo que pudiera pasar entre ellos dos tendría mucho sentido y menos duraría algo como para tener la relación estable, ya que ellos en algún momento se tendrían que regresar a su dimensión.

Los chicos ya se estaban enamorando perdidamente de las chicas, y  por mas que lo intentaran negar, en el corazón nadie puede mandar. Y por muy crudo que pueda llegar a sonar los corazones de todos ellos suspiraban por una de las chicas.