Riesgos necesarios

12 2 0
                                    

Esa misma fatídica noche del 2 de septiembre, los chicos se encerraron en sus habitación y lo único que decidieron hacer fue escribir una sola carta, donde colocaban las ultimas palabras que ellos no pudieron decirles esa noche. Ya era tarde y aun que Leo tenia llave del departamento de Brenda, solo entraría para dejar la carta, mas no para despedirse de ella. Donatello pensó lo mismo, tener la llave del departamento de Itzel en estos momentos no le seria nada útil, no soportaría ver la indiferencia de la chica o que Jaeline lo atrapara en la movida. Mientras, que para Miguel Ángel fue un completo dilema si despertaba a Isabel o la deja seguir durmiendo, no quería dejar las cosas mal entre ellos y mucho menos verla mal por una simple despedida. Raphael, por su parte había sido despertado por su padre dos horas antes de que partieran a su dimensión.

Mientras todo eso pasaba en la casa de Misifus, algo muy interesante estaba pasando. Un chico estaba en una de las habitaciones junto con Alexander, ambos hablaban pero por alguna razón el rosto del chico no se lograba definir por completo.

Alexander: El que te pidiera un favor, no significa que ahora tengas que venir conmigo a otra dimensión.
X: Yo quiero ir contigo y ayudarte.
Alexander: ¿Que pasara con Jaeline? Le romperás el corazón y tu sufrirás por ella.
X: No importa, le diré que regrese a Argentina.
Alexander: (Molesto) ¡No Agustín! ¡Es mi ultima palabra!

La única verdad es que Agustín si se había enamorado de Jaeline y sin saber que ella era una de las chicas de las que Alexander se quería vengar. Claro, que esa información lo terminaría poniendo la espalda contra la pared entre decidir si hacerle caso a Alexander o ayudar a Jaeline.

Alexander: No seas necio... seras mas útil aquí que en la otra dimensión y no vas a tener el corazón roto. Te estoy haciendo un favor y tú solo lo vez como si te estuviera quitando una oportunidad.
Agustín: Es eso lo que estas haciendo.
Alexander: Agus, tu no sabes lo que matar a alguien y no seres capaz de eso. Por eso te quedas aquí. El venirte conmigo no te hará ser nadie. Te quedas.

Agustín solo bufo por lo bajo y salio de ahí. Eran las 12 de la noche y se dirigió a su casa.

Sin duda alguna a Agustín nunca le había explicado bien lo que tenía que hacer, de lo contrario tal vez nunca se hubiera enamorado de Jaeline.

Mientras Agustín salia, Karai entraba a la habitación donde Alexander estaba. Mirando a la distancia como él chico molesto simplemente golpeaba una de las paredes con su puño, aboyando un poco la pared.

Karai: Si desde el inicio sabias que era una mala idea... ¿porque lo dejaste continuar?
Alexander: No lo se... no pensé que se fuera a enamorar hasta que llego y me dijo que no sabia nada de ella.

Un puñetazo mas a la pared, dando a la misma marca que había dejado hace unos instantes.

Karai: Ya, eso no importa. Era un riesgo que se tenia que correr y tu lo sabes.
Alexander: Lo se... pero no con una de ellas.
Karai: Pero ya paso, no te puedes seguir lamentando por eso y lo mas raro, es que siento que te importa mas eso que el despedirte de mi... aun sabiendo que no me veras en mucho tiempo.

Alexander no dijo nada, ni se inmuto por el comentario de Karai, quien después de eso simplemente se fue a su habitación, dejando de lado a Alexander y sus problemas. Ella se sentía devastada, no se habían hablado bien en semanas y casi no se veían. Tal vez por eso ella se había decidido quedar, para aclarar sus ideas y dejar un momento solo a Alexander. Darse cuenta si realmente valía la pena mantener esa relación....

Destinos Unidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora