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Begin.

Jolene tomó una buena bocanada de aire antes de saltar desde aquel precipicio alejado del centro del Distrito de Shiganshina. Estaba asustada, pero no era la primera vez que saltaba desde un lugar elevado.

Después de todo, él le había dicho que tenía que aprender a controlar su fobia a las alturas si quería usar los engranajes correctamente.

Su cuerpo voló por los aires durante algunos segundos antes de caer al suelo, pero divisó uno de los árboles que estaban frente a ella y disparó el ancla, clavándola en el tronco de este. Se movió hacia adelante siendo empujada por el poco gas que le quedaba y esquivó los árboles que se cruzaban en su camino más de una vez.

La primera vez que había usado los engranajes sentía que todo pasaba por delante de sus ojos muy rápido. Todo a su alrededor la mareaba y más de una vez su equipo se había enredado con las ramas, dejándola colgando cabeza abajo.

— Te he repetido más de tres veces que no sostengas todo tu peso en las correas.— Se paró sobre la rama de la que Jolene desprendía y ella solo alcanzó a acomodarse la camiseta para que su estómago no quedara al aire. Nunca le había agradado la idea de usar la camisa dentro del pantalón.

— Lo sé, pero podré entenderte mejor cuando mi cabeza no cuelgue dos metros sobre el suelo.

Él, en lugar de ayudarla, pisó la rama con fuerza, haciendo que las cuerdas del equipo de Jolene se desenredaran, dejándola caer al suelo. Ella sólo atinó a soltar un grito y a cerrar los ojos con fuerza, esperando el impacto, pero al ver que no fue así volvió a abrir los ojos. Seguía colgando de la rama, solo que a pocos centímetros del suelo.

Cuando miró hacia arriba, pudo verlo sosteniendo uno de sus pies con la mano izquierda, de cuclillas sobre la rama y sin ningún esfuerzo.

— La próxima vez dejaré que tu cabeza termine en pedazos, Jolene.

Él le había repetido varias veces que no podía usar los engranajes en la ciudad, debido a que las Tropas Estacionarias rondaban por allí todo el tiempo. El único lugar en el que podía usar libremente su equipo era en el bosque y sólo cuando él estuviera presente. Pero Jolene no siempre seguía esa regla.

Como no podía volver al centro del Distrito Shiganshina con los engranajes, siempre los escondía dentro del tronco del árbol más grande del bosque para no perderlos y él sólo podía darle dos tanques de gas a la semana, para no levantar sospecha alguna. En otras palabras, el uso de su equipo estaba muy limitado.

El aire fresco golpeaba su rostro, lo que la obligó a entrecerrar un poco los ojos. Estaba yendo tan rápido que su suministro de gas se agotaba en menos tiempo, pero se sentía tan bien que no le importó no poder volver a usar los engranajes en lo que restaba de la semana.

Gastó lo poco de gas que le quedaba en empujarse hacia arriba, hacia el cielo. En cuanto estuvo en el aire estiró los brazos y cerró los ojos, disfrutando el momento de sentirse como el viento. Fue eterno, o al menos así lo sintió ella.

Se sintió libre... Se sintió libre a pesar de estar encerrada en una jaula.

Young Blood |Levi Ackerman|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora