Heal.
¿Por qué estoy aquí?
Si tan solo los hubiera protegido como ellos lo protegían a él. Si tan solo él no se hubiera ido quizás las cosas habrían sido muy diferentes. Un año entero había transcurrido desde el día que se esforzaba terriblemente por olvidar pero que recordaba sólo para poder ver sus rostros, aunque sea en su memoria.
Ese día se cumplía un año de la muerte de Farlan e Isabel.
Jolene lo sabía. Shekina se lo había comentado y le dijo que Levi estaría un poco irritado aquella tarde — más bien estaba triste, pero su madre no quería dar muchas explicaciones al respecto — y le pidió que no lo molestara como solía hacerlo. Jolene se cuestionó internamente que se sentía perder a alguien, pues jamás lo había experimentado, y aunque la curiosidad era bastante sabía que si le preguntaba a Shekina ella se enfadaría.
¿Preguntarle a Levi sería demasiado?
Levi estaba sentado debajo de un árbol y la niña se percató que desde que llegaron al lugar típico dónde entrenaban, el azabache no había pronunciado ni una sola palabra. Tampoco la miró fríamente o la insultó como esperaba que hiciera. Estaba tan destrozado que Jolene se vio afectada por su dolor y al ver que él no planeaba hacer nada, se sentó debajo del árbol que se encontraba en frente de su compañero.
Se abrazó las piernas y apoyó la barbilla sobre sus rodillas mientras clavaba los ojos somnolientos encima del abrigo que se encontraba a su lado. Entre las capas de tela se encontraba escondido su libro favorito. Lo leía cada vez que se sentía mal y tan sólo unos minutos antes de salir de casa supo que podría ser un regalo perfecto, aunque Shekina desaprobaba completamente que Jolene obsequiara los libros que tanto le costaba conseguir.
Por primera vez en su vida estaba desobedeciendo a su madre y, por alguna razón, no se sentía mal. De hecho era todo lo contrario; porque estaba desobedeciendo por una buena causa, aunque Shekina pareciera la reencarnación de un demonio cuando supiera lo que había hecho. Aun así había otro conflicto al que Jolene se enfrentó cuando varias astillas del árbol en el que estaba apoyada se enterraron en su espalda.
¿Cómo iba a darle el libro a Levi si él no quería hablar con ella?
Pensó en varias estrategias, cómo simplemente tirárselo a la cara y salir huyendo. O quizás distraerlo fingiendo no poder usar el equipo de maniobras para que por fin hiciera algo y luego de un rato entregárselo. Pero a pesar de que lo meditó tanto que se quedó sin ganas de leer por el resto del día, supo que si no se lo daba Levi jamás sabría que muy en el fondo — o quizás no tanto — Jolene lo quería. Y se preocupaba por él más que por sí misma.
Se enfadará.
Mientras más lo pensaba más insegura estaba y poco a poco sentía como las ganas de salir corriendo se apoderaban de sus piernas. Y la verdad era que Jolene podía entender todo acerca de Levi, pero jamás había tenido la oportunidad de saber cómo reaccionaría ante la más mínima muestra de afecto; Incluso creyó que no tendría que preocuparse por eso durante un largo tiempo, pero la hora de conocer la verdad parecía haber llegado sin previo aviso.
Necesitaba que Levi confiara en ella tanto como Jolene lo hacía. Necesitaba que supiera que por más que él la odiara, ella jamás sería capaz de sentir tal cosa y, a pesar de eso, lo entendería. El aire que tomó parecía estar muchísimo más frío que antes, pero la realidad era que sus nervios habían convertido su cuerpo en una fogata mientras aplastaba el libro envuelto en su abrigo contra su estómago. Se puso de pie con las piernas temblando y se dio cuenta de que moría de miedo.
¿Levi le daba miedo?
No.
Lo que realmente le daba miedo era que él la ignorara.
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Young Blood |Levi Ackerman|
FanfictionLevi lo era todo para Jolene. Aun sabiendo que él y su madre la engañaban todos los días de su vida, siendo totalmente consciente que la ausencia de su padre no se debía al tan molesto pretexto de "Está luchando contra los titanes para que podamos a...