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Fly trap.

Armin podía sentir como el estómago se le estrujaba de la carencia de aire que había en aquél salón repleto de soldados. Tenía la urgente necesidad de salir corriendo de allí en busca de oxígeno y quizás un poco de agua, pero sabía que trotar hasta la salida sería una confesión para los oficiales que se dedicaban a interrogar a sus compañeros.

Aquella mañana habían sido descubiertos los restos de los titanes que la Legión de Reconocimiento utilizaba como sujetos de prueba, y se organizó una revisión a los engranajes de todos los soldados presentes en el distrito en tan solo hora y media. Alan, quién se encontraba de pie a su lado, parecía estar tan sumergido en sus pensamientos que en ningún momento se percató de la mirada nada discreta que Armin le proporcionaba. No le hizo falta preguntarle en que razonaba, porque el rubio pensaba en lo mismo.

Jolene no pudo haber hecho esto.

Arlert estaba totalmente convencido. Jolene no sería capaz de atentar contra su propia afiliación y, aunque ella tuvo un pasado bastante dudoso del que se sabe poco y nada, no había razón lógica para que cometiera tal acto. ¿Con que finalidad? ¿Odio a los titanes? No, ella no los odiaba. ¿Quería vengarse del ejército por capturarla? A Jolene nunca le había gustado involucrar a los demás y, si ese realmente fuera su objetivo, habría atacado directamente a las Tropas Estacionarias.

Entonces, Armin recordó un dato muy importante que era la prueba definitiva de la inocencia de Jolene.

Su adoración por el capitán Levi jamás la habría dejado hacer tal cosa.

No se le ocurría ningún otro adjetivo calificativo más que "adorar" para describir aquel brillo en los ojos de su compañera en cuanto vio al soldado más fuerte de la humanidad. Y se sentía mal por verla en ese estado. En realidad... se sentía celoso. Muy celoso.

Quiero que ella me vea así.

— ¿Cuándo fue la última vez que cambiaron los ejes?— El oficial que se encontraba al otro lado de la mesa de madera arrastró su dedo por encima de la hoja que tenía enfrente, analizando todo lo que esta tenía escrita mientras echaba un ojo a los engranajes delante de sus ojos.

— Hace seis días, después de la operación de limpieza.— Respondió Sasha en modo automático, pues ella también pensaba en Jolene y trataba de convencerse de que su compañera no había hecho nada.

— Eso mismo dicen los registros.— Confirmó una oficial luego de leer un manojo de papeles entre sus manos. El hombre a su lado se levantó de su asiento y suspiró. Él también necesitaba aire.

— Bien, siguiente.

La pequeña cadete rubia y de ojos profundamente azules dio un paso al frente con las manos detrás de su espalda, casi tropezando con sus propios pies.

— Christa Lenz... escuadrón cuarenta y dos.— Su voz tembló cuando pronunció su nombre, pero logró recuperarse para informar en que división se encontraba.

— Comprueben el desgaste.

Dos soldados detrás de Alan y Armin hablaban de toda la situación, y ni Arlert ni Serkin pudieron evitar oír la conversación disimuladamente.

— Supongo que sí te pueden castigar por matar titanes...— Comentó uno de ellos que parecían ser mayores a los recién graduados.

— Es raro, pero eran valiosos sujetos experimentales.— Respondió su compañero un tanto desinteresado.

— Aun así, ¿no hay rumores de que lo hizo un supuesto prodigio de la Legión de Reconocimiento? ¿Por qué buscan al culpable entre nosotros cuando podría ser uno de ellos?— La curiosidad del soldado con el que hablaba despertó y se volteó a observarlo con una ceja levantada.

Young Blood |Levi Ackerman|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora