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The world is ugly...

"Se dice que en algún lugar del gélido y extenso universo, dos estrellas de constelaciones totalmente diferentes se enamoraron observándose desde sus lugares, con los ojos mucho más brillosos que su presencia propia y con el corazón latiéndoles tan rápido que era capaz de destruir cualquier asteroide que se dignara a pasar por allí.

Estaban tan lejos que el hueco espacio entre ellos no podía medirse, era infinito, pero aún así no se dignaban a olvidarse del profundo amor que no habían escogido sentir. Se observaban desde la ventana de sus habitaciones, brillaban incluso más que el sol y clavaban el iris sobre la luna para al menos sentir que no estaba tan lejos como lo aparentaba. Tenían el deseo de trazar corazones entrelazados sobre el helado vacío del universo e ir de vacaciones a todas las constelaciones habidas y por haber en aquel espacio, y en los que existiera.

Pero con soñar no era suficiente; se resignaron a vivir separadas, alejadas por el frío, hueco y silencioso infinito, así que decidieron quebrar el perfecto orden del universo. Una noche se escaparon de sus órbitas convirtiéndose en estrellas fugaces, buscándose desesperadamente para cumplir con todos los sueños que tanto habían construido a lo largo de su imposible amor.

Sólo querían besarse, darse su primer y último beso aun sabiendo que sus vidas terminarían junto con él, aceptando su destino suicida. Hasta que se encontraron. Se fundieron en un gran abrazo, un beso de muerte que los hizo estallar en miles de pedazos pequeños repartidos por el gélido espacio mientras que las otras estrellas los observaban morir de la manera más trágica.

Fueron las primeras; pero si alguna noche de otoño, mirando el cielo, tus ojos chocan con una estrella fugaz debes saber que se escapó de su hogar, buscando encontrarse con otra en algún lugar del extenso cielo, siguiendo los pasos de aquellos dos locos que inventaron el amor."

El calor en el Distrito Shiganshina se hacía presente con el pasar de las horas, pero para Jolene y Levi era casi imperceptible ya que la sombra de los árboles los cubría del sol por completo. Levi, al ver que Jolene no se dignaba a prestarle atención, soltó las correas de los engranajes que sostenía entre sus manos y se cruzó de brazos preguntándose por enésima vez en el día como una niña de su edad podía pasarse horas enteras sumergida entre las páginas de un libro con años de antigüedad.

— Jolene. — La llamó después de soltar todo el aire que estaba reteniendo. Jolene no le hizo caso y siguió leyendo aquel libro como si de eso dependiera su vida.

Levi se amargó aún más al darse cuenta de que le sería imposible hacer que Jolene le prestara el mínimo de atención y lo único que se limitó a hacer fue pararse en frente de ella, con la esperanza de que se diera cuenta de que él seguía allí. Fue totalmente en vano y ella siguió leyendo como si nada.

Se inclinó hacia adelante, observando las páginas del libro por debajo de la cabeza de Jolene y finalmente se lo arrebató de las manos al mismo tiempo que ella saltaba sobre sus piernas del susto y se levantaba rápidamente mientras trataba de recuperar su tan preciado manojo de hojas amarillentas.

— ¡Oye!— Exclamó mientras Levi se alejaba de ella y leía el texto que Jolene ojeaba tan solo unos segundos atrás.

Levi levantó el libro en el aire para que la niña no pudiera alcanzarlo y las mejillas de Jolene se tornaron rojas ya que consideraba que aquella historia que estaba leyendo era muy vergonzosa y algo irreal. ¿Morir por amor? Vamos, nadie se arriesgaría por algo tan patético.

A Levi se le escapó una sonrisa burlona al terminar de leer la hoja y se volteó para devolverle el libro a la niña, quien lo cerró entre las manos del amigo de su padre para después arrebatárselo de su agarre y apretarlo contra su pecho, avergonzada. Le dio la espalda y se clavó las uñas en los brazos, tratando de controlar el creciente sonrojo que le abarcaba toda la cara y la punta de las orejas mientras Levi apoyaba sus manos sobre su cintura, sin saber exactamente cómo reaccionar.

Young Blood |Levi Ackerman|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora