Capítulo 10

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CLARKE

Finn había vuelto, y con él su cruda realidad se estampaba contra ella. Había vuelto las visitas al club de forma más continua, a eventos y reuniones entre gente a las que no quería ni ver. Sin quererlo estaba echando de menos los piques de Lexa, hasta estaba echando de menos el antro ese llamado Grounder. Allí todo era relajado, no se fingía ni se pretendía ser quien no era. Simplemente un grupo de amigos que se dedicaban a desconectar un rato entre risas sinceras y verdaderas.

Soltó un suspiro sonoro mientras Finn hablaba con uno de los nuevos empresarios del lugar. Ella más que nada parecía un florero allí puesto. Algún objeto más perteneciente a toda la decoración. No le había hecho caso prácticamente en toda la noche. Ni un; oh Clarke que guapa estás, ¿ese vestido es nuevo? Te favorece. ¿Te parece que vayamos a cenar antes a otro sitio? Nada. Absolutamente nada de atención. Como siempre. No pudo evitar pensar en qué le hubiese dicho Lexa si la hubiese visto así. ¿Le hubiese gustado su vestido? ¿Le gustaría la forma en que se había recogido el pelo? Completamente perdida en sus pensamientos, en cómo la situación sería diferente fuera de allí, lejos de todas esas personas y estando realmente dónde quisiera estar.

-Podrías fingir un poco de interés. –Le dijo Finn susurrando cuando se apartaron de la conversación.

-¿Y para qué? –Dijo ella de forma desganada.

-Pues porque sí. ¿Qué actitud es esta, Clarke? –Preguntó Finn enfadado. –No me gusta tu comportamiento.

-Quizás éste sea mi comportamiento de verdad. –Dijo ella mirándolo con la ceja levantada.

-Ya no estás en la universidad, compórtate. –Le regañó el cogiéndola del brazo. –Vamos que quiero hablar con alguien.

-Pues ve tú.

-He dicho que vamos. –Le dijo con gesto serio y enfadado.

¿El resto de la noche? Más de lo mismo. Conversaciones nada interesantes. Sonrisas y miradas falsas con todos los que se iba cruzando. Fingir además alguna muestra de atención, y pasearse al lado de Finn. Todo eso le era completamente agotador.

Cuando llegó a su piso lo primero que hizo fue quitarse los tacones y tirarse sobre el sofá. Estaba agotada de esa maldita noche. Se preguntaba que estaría haciendo Lexa en ese momento. Llevaba casi una semana sin saber de ella, había sido tan tonta que ni si quiera le había pedido el número de teléfono. Y ahora realmente agradecería que la sacase un día de su odiada vida y tomarle la palabra para esa noche de cine.

Sí. Lo reconocía. Había algo en Lexa que le atraía. Tenía algo, aparte de que era guapísima, su carácter aunque un tanto estúpido e infantil, le llamaba la atención. No podía negarlo. Era por decirlo de alguna forma...su vía de escape a su aburrida y estúpida vida.

Pero claro, estaba Finn y su vida real, y además, ya no estaba en la universidad cómo bien se lo había hecho recordar su novio durante la noche. Tenía que centrarse y olvidarse de todo lo que su cabeza estaba maquinando, y de todo lo que su cuerpo estaba experimentando. ¿Cómo hacerlo? Difícil. Bastante difícil. Quizás lo más sensato sería apartar del todo a Lexa, quizás.

Decidió distraerse un rato llamando a Raven, llevaba días también sin hablar con ella, y como su bien duendecillo de la alegría que era, siempre que hablaba con ella terminaba desconectando y acababa con una sonrisa de oreja a oreja sin quererlo.

-¡Hola mi rubia! –Dijo Raven nada más descolgar completamente alegre.

-Hola entusiasta de la vida. –Contestó Clarke sonriente. -¿Dónde andas?

90 escalones  (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora