Capítulo 38

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LEXA

Gustus le había informado de que el dichoso niño rico volvía a salir de viaje y que quería de nuevo sus servicios para el cuidado de sus coches. Sabía que debía rechazarlo esa vez, pero la idea de poder volver a ver a Clarke era demasiado fuerte. Esa mujer se había convertido en una droga para ella. No sabía cómo ni en qué momento había pasado, pero había llegado a adentrarse en lo más profundo de su ser. Y ahora el deseo de volver a verla y pedirle una explicación por su plantón en la estación era demasiado fuerte. Claro que Clarke no estaba obligada a ir, pero... ¿Ni un mensaje? ¿Ni una llamada? ¿Había hecho algo tan mal para que Clarke ni si quiera le dirigiera la palabra? Era como estar de nuevo ante esa rubia que conoció las primeras veces, esa chica con un muro levantado entre ambas, una chica que no quería sentir, porque lo tuvo claro al paso del tiempo, Clarke no quería sentir, se había resignado a esa estúpida vida que llevaba, esa estúpida vida que no tenía nada que ver con ella ni con su forma de ser ni ver la vida. La Clarke que conoció con el paso de los días, su Clarke, era totalmente distinta. Una Clarke que quería volver a disfrutar y sentir completamente.

Lo que no esperaba para nada fue encontrar la escenita cuando el portón de la casa se abrió. Finn estaba dando órdenes a un trabajador para que metiese un par de maletas en uno de los coches mientras Clarke observaba desde cerca, o al menos eso parecía, porque nuevamente vio que su mirada estaba completamente perdida. Así lo supo cuando Finn exclamó su nombre y Clarke dio un leve respingó al escucharlo.

-¡Lexa! –Exclamó Finn casi emocionado. –Tenía yo ganas de verte. –Decía sonriente. –Vamos acércate. –Dijo haciendo un movimiento con la mano.

En su camino y mientras Finn seguía dando órdenes, observó a Clarke. Vestida con un pantalón largo, una camisa de manga larga y un pañuelo que no pegaba mucho con la buena temperatura que estaba haciendo últimamente.

La observó algo nerviosa cuando la distancia entre ellas cada vez era más corta. Esquivándole la mirada en todo momento. Como si no quisiera que sus ojos conectaran como en tantas otras ocasiones había ocurrido. Ahora en cambio se encontraba mirando concienzudamente las llantas del coche, como si eso fuera lo más llamativo del mundo.

-Me gustaría que revisaras el todoterreno. –Dijo Finn frente a ella. –Creo que necesita un cambio de aceite.

-Claro. –Contestó ella.

-Y la tapicería del Ferrari. El otro día se me cayó un café.... –Decía poniendo mala cara. –Prueba a ver si sale. Si no, cambiaré toda la tapicería.

-De acuerdo.

-Por lo demás, pues lo de siempre. Un repasito a todos ¿Si? –Dijo dándole un leve achuchón con su brazo, como si fueran amigos de toda la vida.

-Así será. –Contestó ella moviéndose incómoda tras la situación.

-Voy un momento dentro. Se me ha olvidado mi maletín. –Dijo Finn sonriente, dejando un beso en los labios de Clarke antes de volver al interior de la casa, y despertando en ella una terrible rabia al contemplar la escena. Maldito capullo.

Casi sin pensarlo avanzó hacia la rubia, haciendo que ésta retrocediera.

-Clarke. –Dijo llegando a ella con rapidez. -¿Qué ocurre? ¿Estás bien?

-Sí. –Contestó Clarke sin mirarla.

-¿Por qué no me miras? –Se quejó Lexa agarrando con suavidad su mentón.

-Déjalo. –Dijo Clarke apartándose un poco más y dirigiéndose hacia la puerta del copiloto del coche.

-Dime que estás bien. –Dijo Lexa agarrando con rapidez su muñeca para frenarla, viendo como Clarke ponía un gesto de dolor en su cara. –Lo siento, no pretendía hacerte daño. –Decía observando su amarre y soltándola despacio, observando una marca tras apartar su mano. -¿Qué es esto? –Preguntó desconcertada moviendo su mirada desde la pequeña marca que Clarke presentaba en su muñeca hasta sus profundos ojos azules completamente rotos.

90 escalones  (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora