Capítulo 14

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LEXA

No sabía ni cómo se había dejado convencer. Odiaba el tema médicos, pero ya el tema dentista le sobrepasaba. Los odiaba con toda su alma, el simple olor de las salas le ponía los pelos de punta, era superior a sus fuerzas.

Estuvo a punto de largarse cuando comprobó que eran las diez menos diez y que aún estaba a punto de darse a la fuga mientras esperaba en la puerta de la clínica, pero Clarke apareció al fondo de la calle y no pudo salir huyendo, más que nada porque se perdió en observarla caminar hacia ella. Vestida con unos pantalones largos oscuros que se dejaban ver a través de un abrigo de color camel, y un pañuelo que abrigaba su precioso cuello. Se perdió observando concienzudamente la forma que tenía de caminar, con paso seguro y firme. Se perdió en observar cómo su corta melena se movía de forma graciosa y algo sensual gracias al suave viento. Se perdió en el momento en que esos ojos azules conectaron con los suyos al levantar la vista del móvil, y en cómo sus labios dibujaban una sonrisa perfecta. Perdida. Completamente perdida.

Se había prometido a ella misma no tener nada con Clarke. No quería meter la pata con Anya, tampoco quería meter la pata con Clarke. La chica le caía muy bien y por alguna extraña razón no quería apartarla de su vida. Además, se repetía una y mil veces en su cabeza que eso no podía ser posible. También estaba el tema beso, del que no habían vuelto a hablar, pero que dentro de ella se sentía un poco desconcertada, y porque negarlo... también dolida. Su orgullo propio había sufrido un traspié del que aún no se había recuperado.

-¿Lista? –Preguntó Clarke sonriente cuando estuvo a su alcance.

-No sé qué hago aquí. –Contestó Lexa sinceramente y algo nerviosa. Podía sentir que le temblaban las piernas.

-Anda vamos. –Dijo Clarke con un ligero movimiento de cabeza mientras le regalaba una ligera sonrisa.

Nada más entrar por la puerta sintió un escalofrío horrible invadir por completo su cuerpo. Ahí estaba ese olor que le revolvía por dentro. El olor a clínica dental. ¿Podía ser más desagradable esa sensación?

-Eres una cagada. –Susurró Clarke a su lado.

Fijo que se había dado cuenta del miedo que sentía con la expresión de su cara. Si hasta tuvo que pasar sus manos por los vaqueros para limpiar el sudor de sus palmas.

-¡Clarke! –Exclamó una chica joven, también rubia, mientras avanzaba hacia Clarke y se fundían en un abrazo.

Por un momento quiso ser esa chica. Esa chica que ahora mismo estaba sintiendo el contacto directo de Clarke sobre su cuerpo, sintiendo su aroma, su tacto, encajando sus cuerpos, sintiendo el gran pecho de Clarke contra ella, sintiendo cómo la humedad empezaba a invadir su entrepierna...

-Mierda. –Se quejó para ella misma, regañándose al pensar todo aquello en un momento. –Ufff. –Se pasó la mano por la cara. Joder, es que lo estaba intentando, estaba intentando controlar sus hormonas, pero es que Clarke no hacía nada por su parte, todo provocar.

-Lexa. –Dijo Clarke llamando su atención, la cual ahora sin querer estaba completamente perdida de nuevo en observar a Clarke, concretamente en la zona dónde la espalda pierde su nombre. –Ven anda. Esta es Harper.

-Hola. –Dijo Harper con una gran sonrisa.

-Hola. –Contestó ella un poco nerviosa por la situación de estar un poco...animada por culpa de Clarke y por los nervios de estar en la dichosa clínica.

-Todo tuyo. –Dijo Harper a Clarke haciendo un movimiento de manos. –Te he dejado una bata en rayos.

-Gracias. –Contestó Clarke.

90 escalones  (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora