Capítulo 39

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CLARKE

El viaje había sido una auténtica pesadilla. Aunque no tuvo que soportar más contratiempos con Finn, al parecer se había logrado calmar de su orgullo herido, o básicamente es que pasaba demasiado tiempo entretenido fuera entre reuniones y a saber qué cosas. Cosa que verdaderamente agradecía. No le apetecía nada compartir ni tiempo ni espacio con ese nuevo Finn que había conocido hace semanas. Un Finn que nada tenía que ver con el joven que parecía ser.

Durante los días fuera ella prácticamente los pasaba encerrada en la habitación del hotel. No tenía ganas de salir a visitar nada, ni a perderse por las calles, ni si quiera hizo el intento de salir de esas cuatro paredes durante los cinco días que duró aquel maldito viaje. Tan sólo se refugiaba en su habitación, al menos Finn había respetado el que estuvieran en habitaciones diferentes, así no tenía que verle la cara continuamente.

Pasaba las horas entre la cama y el sofá, viendo alguna película, y en los momentos más rotos se refugiaba bajo las sábanas y martirizándose aún más, repasaba su galería del móvil para revisar una y otra vez las fotos que tenía de Lexa. No eran muchas. Ahora se arrepentía de no haberle hecho un gran reportaje y así poder seguir contemplando sus preciosos ojos verdes y su increíble sonrisa.

A su vuelta todo había seguido como siempre. Reuniones. Club. Apariencias. Y más apariencias. Ahora más que nunca. Debía comportarse como esa novia ejemplar que Finn había dispuesto. Lo único que realmente le preocupaba era la presencia de Raven, luchaba por no tener que enfrentarse a ella. Sabía que esta vez no podría. Que Raven le recriminaría y ella no tendría con que argumentarle la situación. Porque básicamente se encontraba hundida y sin escapatoria. Por mucho que le dio vueltas al asunto no encontraba una salida. Por un lado si hablaba con sus padres, sabía que su madre pondría el grito en el cielo y que su padre podría volver de vuelta al hospital al contarles todo lo relacionado con Lexa. Y si se lo contaba a Lexa, sabía que la castaña podía ser de acciones más radicales que su propia amiga, y lo que no quería era un enfrentamiento Lexa – Finn, era una guerra que por mucho que le doliese la realidad estaba clara, Lexa no tendría mucho que hacer ante Finn y sus influencias.

Era una de esas tardes que pasaba en el sofá envuelta en una mantita mientras veía una y otra vez la única película que había sobrevivido al ataque de Finn, aquella que Lexa le regaló. Prácticamente ya se sabía de memoria los diálogos y comentarios del gracioso muñeco de nieve.

Tocaron a la puerta y se levanto con parsimonia, realmente no esperaba visita. Y realmente le apetecía bien poco. Pensaba en que excusa poner a quien estuviera tras la puerta.

-¿Qué...? –Dijo nada más abrir la puerta y ver a Lexa tras ella.

Su idea era que la castaña hubiese abandonado por completo la idea de verla y visitarla. Para nada esperaba volver a encontrarse con ella, y menos que fuese hasta su piso.

Se quedó paralizada. Ni tiempo le dio a preguntar nada. Lexa entró como un huracán hacia el interior.

-Noventa. –Dijo al girarse y mirar sus ojos, contemplando una vez más esos increíbles ojos verdes. Unos increíbles ojos verdes completamente rotos.

-¿Noventa? –Preguntó ella extrañada sin poder apartarle la mirada.

-Noventa escalones hay desde el portal a tu puerta. –Contestó Lexa. –Noventa escalones en los que he estado pensando en qué y cómo decirte lo que tengo que contarte. Noventa escalones pensando en cómo expresarme porque... porque esto no... esto me sobrepasa. –Decía nerviosa pero a la vez firme en sus palabras.

90 escalones  (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora