Capítulo 16

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CLARKE

Era extraño, pero le molestaba que ella y Lexa estuviesen así. Sintió angustia e incluso opresión en el pecho al ver la única y triste mirada que Lexa le regaló el día que fue con Raven al taller. Una situación para nada cómoda y más tras el voto de confianza que la castaña le había ofrecido con el tema del dentista. Y claro que le dolió el hecho de cerrarle la puerta aquella noche, pero es que no le quedó más opción, no le quedó más remedio. Tuvo una visita de su madre, y esas visitas nunca eran buenas, siempre eran para recriminarle algo, pedirle algún favor o simplemente comprobar que la vida que le había montado era perfecta. ¿Qué le diría a su madre? Mira mamá te presento a Lexa, la mecánica que se encarga de los coches de Finn que por arte de magia ha aparecido en mi casa. No. Era obvio que eso no iba a funcionar ni a la de tres.

Cómo si de una película se tratase empezó a recrear la conversación con su madre la noche pasada en lo que esperaba a Raven para cenar.

Flashback

-¿Qué son todas esas cosas? –Dijo su madre señalando las películas de Lexa, las que aún tenía sobre la mesa baja mientras las miraba con escrutinio.

-¿Películas? –Le respondió ella de forma irónica y mirándola fijamente.

-De verdad, hija. A veces tienes un carácter... No hay quien te entienda. -Decía su madre inspeccionando todo el lugar con la mirada. Intentando buscar algo más fuera de sitio.

-No me dejáis otra opción. –Dijo ella cruzándose de brazos y ganándose de nuevo otra mirada de reproche de su madre.

-No sé de qué te quejas. –Le contestó su madre mirándola con altanería. –Vives bien. En un bonito piso y tienes un novio perfecto. Cualquier chica moriría de envidia por estar en tu situación. Te quejas por nada.

-¿Y te has planteado si es lo que tu hija realmente quiere? –Le preguntó ella, haciendo que su madre se asombrase.

-Clarke. No me gusta esta actitud. No quiero a la Clarke de la universidad. –Dijo su madre examinando ahora la cocina. -¿Cerveza? –Preguntó tras abrir la nevera.

-Voy a volver a trabajar. –Dijo ella mientras su madre revisaba los cajones.

-Bromeas. –Sentenció su madre. –Estás bien así. No necesitas trabajar.

-Pero yo quiero hacerlo. –Contestó ella con firmeza.

-¿Por qué no te riges a seguir así y ya está? –Le dijo su madre mientras salía de la cocina y se dirigía a las habitaciones.

-Porque estoy harta. ¿No lo entiendes? –Le dijo casi gritando, aunque su madre no pareció hacerle caso, perdiéndose en su habitación.

Fue cuando escuchó el timbre y se dirigió rápidamente para abrir, retirándose algunas lágrimas en los ojos debido a la impotencia y rabia que estaba sintiendo. No entendía porque su vida tenía que ser así. Ojalá hubiese nacido en una familia en la que el dinero y el status importase cero, absolutamente nada.

Se encontró con esos preciosos ojos verdes tras la puerta. Y esa era la situación, su madre, el mismo infierno dentro de su casa, y Lexa, quien la liberaba de todo eso, fuera de su casa, fuera de su vida...

Tenía ganas de pasar un rato con Lexa, claro que sí. Pero no era el momento. Con su madre dentro y esa tensión palpable en el piso... no era nada conveniente la verdad.

90 escalones  (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora