Capítulo 5

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-¿Ya estás esperando a la niñera o niñero de los juguetitos de Finn? –Preguntó Raven al teléfono riendo.

-Raven, bastante tengo ya con aguantar durante dos días a alguien que no me apetece ver, además de estar todo el día en casa de Finn...cómo para que mi mejor amiga venga a reírse. –Dijo Clarke con tono enfadado mientras se preparaba un café.

-Ehh, relaja guapa. Yo no tengo la culpa. –Le respondió Raven inmediatamente.

-No. Tienes la culpa de llevarme a ese antro la otra noche. De eso sí. –Le recriminó Clarke.

-Oh venga ya. No me digas que no te lo pasaste bien. –Dijo con tono divertido.

-Pues no. Tú si te lo pasaste bien liándote con la tal Anya mientras yo estaba allí parada fingiendo que me interesaba la conversación de Jasper y Monty.

-Bueeeno. No será que tú diversión se marchó rápido. –Dijo su amiga.

-¿Qué dices? –Preguntó ella a la defensiva.

-Vi cómo te miraba Lexa. Por eso dejé de intentar nada con ella y me lancé a por Anya, entre bomberos no nos pisamos la manguera. –Decía Raven con algo de orgullo.

-No sé qué narices estás diciendo. –Dijo Clarke intentando parecer sorprendida, aunque sabía perfectamente de lo que hablaba su amiga. Lo había notado durante toda la noche. Su propio cuerpo había sido testigo de ello. Es más, durante la noche quizás incluso había tenido algún sueño en el que los ojos verdes de Lexa eran los protagonistas.

-Si bueno. Ni que fueras tonta, Clarke. A mí no me engañas. ¿Te piensas que soy tan tonta como Finn? Fijo que hasta te gustó ver que alguien por fin te mostrase interés a ti y no a los coches. –Dijo su amiga.

Posiblemente esa era la clave. Posiblemente Raven había dado en el punto exacto, por eso había notado cierto magnetismo con Lexa, porque por una vez salía y alguien que no era Raven mostraba interés en ella. No es que no notase de vez en cuando miradas hacia ella, pero sus salidas prácticamente eran al club, y allí todos sabían que era novia de Finn, así que no tenía mucho que hacer. Realmente tampoco es que fuese buscando algo, pero no estaba de más sentirse mirada y deseada de vez en cuando. Y más en ese mundo tan aburrido en el cual vivía.

-Oye Raven, te dejo. Está sonando el timbre de fuera, será el niñero. –Dijo riendo haciendo que Raven también lo hiciera.

-Anda ve y luego me informas que buenorro te ha tocado. –Contestó Raven antes de colgar.

Sí. Finn había contratado a uno de los trabajadores de TondC para que cuidara de sus coches dos veces en semana mientras él estaba de viaje durante un mes. El problema era que ella tenía que estar allí esos dos días para supervisar el trabajo del trabajador. Una completa locura. No es que le pareciese una idea absurda, es que era estúpida y poco coherente. A veces se preguntaba si es que todos a su alrededor estaban locos realmente o es que actuaban y trabajaban concienzudamente para ello.

-¿Tú? –Preguntó nada más abrir la puerta.

-Vaya que sorpresa. –Dijo Lexa al otro lado. –La vida es un pañuelo eh jefa. –Dijo con una sonrisita de medio lado.

-¿Qué haces aquí?

-No es por gusto, créeme. Esto es...bueno, mejor me callo. –Dijo Lexa. –Gustus me ha castigado, yo seré la que cuide de los coches de tú novio. A nadie le apetecía la verdad, a nosotros nos gusta mancharnos y esas cosas. –Dijo Lexa guiñándole un ojo. -¿Puedo pasar?

90 escalones  (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora