Capítulo 4

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-No te lo vas a creer. Arréglate. Paso por ti en una hora. –Dijo rápidamente Raven tras coger el teléfono y colgar.

Se quedó mirando cómo una tonta el móvil sin entender nada. Ni tiempo le había dado a preguntarle absolutamente nada. Así era su amiga.

Marcó a Raven para intentar entender algo la situación.

-Raven. ¿Qué narices dices?

-Es que no te ha quedado claro. A veces eres muy rubia eh. Una hora y estoy allí. –Dijo Raven.

-Espera. –Dijo Clarke antes de que colgase. -¿Dónde vamos?

-Es sorpresa.

-¿Pero que me pongo? –Preguntó Clarke un poco nerviosa. Esos ataques repentinos de su amiga le ponían un poco nerviosa.

-Informal Clarke, nada de lujos, unos vaqueros, una camiseta, cómo cuando salíamos de fiesta en la universidad. Adiós bombón. –Dijo rápidamente antes de colgar de nuevo y dejándola sin entender nada.

Se dejó caer bufando sobre el sofá de su piso. Clarke vivía alejada del centro, en unos edificios nuevos que pegaban al mar, le gustaba salir por la mañana a una terracita, dónde solía tomarse su primer café de la mañana, y poder ver desde ahí la inmensidad del océano y perderse en sus pensamientos antes de que la devolvieran a la realidad.

Su piso era un ático, bastante mono y montado con todos los electrodomésticos de última generación. Regalo de sus padres, así que no podría ser de otra forma, todo bien montado y diseñado. Cómo si de una revista de decoración se tratase.

Tras darse una ducha rápida, hizo caso a las palabras de Raven. Algo informal. Sacó unos vaqueros oscuros pitillo, pero en lugar de una camiseta optó por una camisa de cuadros roja y negra, y unas botas de color negro. Tuvo el tiempo justo para acomodarse un poco el pelo con las manos cuando el móvil le aviso de que Raven ya estaba abajo.

No tardó en bajar, sabía que su amiga se desesperaba si la hacían esperar demasiado. Quizás ese sería el único defecto que podía sacarle.

-¿A dónde vamos? –Preguntó Clarke una vez ya dentro del coche de Raven.

-Desabróchate el botón mujer. –Dijo Raven señalando su camisa. –Déjales respirar. Las pobres se van a ahogar ahí metidas.

Se miró el escote riendo y le hizo caso a Raven. Es maldita siempre le hacía sonreír con sus comentarios.

-Está tarde estaba en el centro comercial. –Empezó Raven a explicar nada más arrancar el coche. –Y me he encontrado con la buenorra de ojos verdes.

-No me gusta por dónde va la cosa. –Dijo Clarke mirando a su amiga.

-Pues a mí me encanta. –Dijo Raven sonriente. -Total. –Hizo un gesto con su mano. -Que primero vamos a ir a cenar tú y yo, y después hemos quedado con las buenorras en un local.

-¿Y por qué me tengo que enterar de esto cuando ya vamos de camino? –Se quejó Clarke.

-Porque si te lo digo de primeras no vienes. Por cierto, ¿Te gusta mi camisa nueva? –Preguntó sonriente. –Alguna tiene que caer esta noche. Es un hecho.

Observó la camisa de su amiga sonriendo y negando con la cabeza, aunque más bien observó su sujetador negro, el cual se transparentaba por completo.

-Hay que darle vida al cuerpo, rubia mía. –Dijo Raven sonriendo mientras aparcaba frente a uno de sus restaurantes favoritos.

Era un pequeño local de comida china, le encantaba ese sitio y Raven lo sabía, así que había jugado bien sus cartas, sabía que con el estómago lleno podría hacer con ella lo que quisiera. A veces se arrepentía de que ambas se conocieran tan bien. Demasiado bien.

90 escalones  (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora