Capitulo 5

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No podía...

Ni por error me atrevía a aceptar la invitación de la señorita Victoria para pasar a su casa. Un pie allí y yo hubiese terminado perdiendo el control.

Sabía que si me quedaba en otro espacio cerrado con ella terminaría tomándola con o sin su voluntad. No me podía arriesgar.

Y es que en el coche había tanta tensión sexual entre ella y yo que literalmente estaba rezando para que no se notara la erección de piedra que cargaba. Mierda esa chica cada día causa un efecto más peligroso en mi.

Acelero el coche, quiero llegar, necesito llegar. Hoy no fue un Buen Día para mí.

Desde el minuto en que Victoria puso un pie en mi aula hoy sentí que no tenía control. No pude resistirme a mirarle esas grandes y largas piernas que culminaban en un bonito trasero debajo de esa condenada y muy corta falda que llevaba.

Y luego toda mojada por la lluvia esa sudadera se ajustaba mucho a los voluptuosos pechos de la rubia. Y sus ojos, esos ojos azules como el océano que deseo ver rojos como los míos....

Se acabó, esto no es hambre, es todo, es necesidad, la necesito, la deseo en todo el sentido de la palabra, sexualmente, la necesito para saciar mi sed, estoy famélico, pero la necesito sentimentalmente? Eso aún no lo sé.

Cuando se sonrojó hoy me pareció adorable pero nada más de allí. Demonios por qué me pasan estas cosas?

Meto el coche en el garaje subterráneo y subo a mi piso. Allí distingo la alargada silueta de Sebastián sentado en uno de mis sofás de cuero blanco.

-Sebastian-susurro dejando mi maletín y la americana café en el sofá de al lado.

-Alucard-dice-estas bien?

-no maldita sea no-espeto y me sirvo una copa de bourbon.

-que paso?-dice levantándose y poniéndose en frente de mi.

-demonios es increíble cómo Victoria me está provocando! Hoy casi pierdo el control-Sebastián sube una ceja intrigado.

-que te impide tomarla? Solo la violas y luego la matas-sugiere sirviéndose también una copa.

-no puedo, hay algo que me lo impide, es como una fantasía-digo confuso.

-que?-dice sorprendido.

-si, en mis sueños la veo con ojos rojos-digo sin mirarlo.

-eso significa..

-que mi deseo es convertirla-completo yo la frase-no puedo pensar en hacer eso, esa chica es demasiado sexy y demasiado linda, no creo que sea virgen-argumento-además, no necesito una draculina.

-arg hay que ser virgen para convertirse en vampiro? Y yo que quería serlo-chilla riéndose.

-siendo tú te convertirías en uno de los ghouls más podridos que haya visto-le espeto yo.

-ay si eres malo!-chilla con voz gay imitando a cierto Shinigami que conozco (lamentablemente)

-eres muy extraño para ser un Demonio de más de 5000 años-digo y el se ríe seriamente recuperando la compostura.

-lo sé-dice orgulloso-retomando el tema, que piensas hacer?

-sinceramente no lo sé-respondo tomando un sorbo de mi vaso-lo único que sé es que quiero coger, vamos?

Sebastian oscurece el gesto y sus ojos se encienden como los míos.

-vamos-dicho esto ambos salimos a la oscuridad de la noche por presas.

Mi maestro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora