Capitulo 21

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*Narrador Omn*

La noche llega y con ella el despertar de los vampiros.

Seras abrió los ojos con pesadez, estaba en la casa de su maestro, en su cama, desnuda y más feliz que nunca.

Lo miró con atención, su cuerpo, glorioso cuerpo. Pero algo más captó su atención, una cicatriz que se encontraba en su pectoral izquierdo, justo arriba del corazón.

-no debes martirizarte con eso Serás, esa cicatriz es muy vieja-le responde Alucard sin abrir sus ojos.

Victoria se sobresalta.

-ma...maestro-dice sorprendida-le molestaría contarme por qué tiene esa cicatriz?-pregunta temerosa.

-si me molestaría, tranquila-dice acariciando su cabeza-poco a poco te iré contando cosas, pero por ahora, deberás escucharme con atención-Alucard se levanta y mira su teléfono-vístete, debemos ir a Hellsing, al parecer hay nueva información.

Serás camino hasta su habitación, allí saco el uniforme de Hellsing que tenía. Se vistió con rapidez salió de la habitación.

Se dirigió a la sala donde estaba su maestro, lo vio abrir uno de los maletines que había recogido de la mansión antes. Dentro tenía una pistola negra que Seras jamás había visto. Era de cañón largo, corredera automática y tenía varias escrituras a los lados.

-preciosa Walter, que gran trabajo, ven Seras-el vampiro mayor la mira.

Ella se acerca. Alucard le hace un ademán con la mano para que abra el maletín más grande.

-es un regalo de Walter, pensó que necesitarías un arma-la vampiresa no ocultó sorpresa al ver el cañón gigante que había dentro-es un cañón anti tanques Harkonnen.

-vaya-dice sacándolo del maletín, era extrañamente liviano en sus brazos, pero seras sabía que se debía a sus nuevos poderes.

-sabes usarlo?-ella asiente.

-es precioso-dice acariciando el cañón.

-que bueno que te guste, ya le darás las gracias a Walter-ella asiente.

-que nueva información ha llegado maestro?-el niega con la cabeza.

-hablaremos de eso en la mansión, aquí no es seguro-el abraza a Seras-y no es necesario que me sigas llamando maestro, eres libre-ella niega con la cabeza.

-me gusta llamarle así-el asiente también.

-bien, vamos-Alucard agarra a seras y desaparece del piso.

En cuestión de segundo aparecieron en el salón principal de la mansión.

-yo..puedo hacer eso?-pregunta Serás sorprendida

-algún día lo harás-dice Alucard.

Unos tacones resuenan en el mármol del salón. Seras voltea sorprendida mientras que Alucard solo sonríe de manera amplia.

-vaya, mira quién es, mi viejo amigo Alucard-dice una voz femenina.

Una mujer alta, muy alta, sale de las penumbras. Es delgada, atlética, su piel es lechosa y sus cabellos negros como las sombras. Estaba vestida con pantalones de montar negros, botas de plataforma de cuero, gabardina negra y camisa blanca, llevaba varias correas marrones al rededor del torso y las caderas, además de dos vainas con katanas en su interior.

A seras le impresionaba la belleza de esa mujer. Su rostro era perfilado, de nariz respingada y labios carnosos, pero lo más impresionante eran sus ojos, gatunos, grandes y de un fuerte color vino tinto.

Mi maestro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora