Capítulo 29

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Seras Victoria despertó de su pesado sueño.

Sus ojos buscaban acostumbrarse a la poca luz de la habitación, pero eso no era un problema para sus ojos de vampiresa, a menos que...

Se levantó de golpe asustada, miró sus manos y logró enfocar hasta los pequeños surcos que las recorrían. Suspiro aliviada, no había vuelto a ser humana.

Recordó lo que había pasado, tocó su vientre que ya estaba plano, liso, sin ningún bulto que pudiera indicar que aquel endemoniado ser seguía dentro de ella. Miro a su alrededor; la habitación oscura y casi vacía se encontraba sola, solo su presencia parecía habitar aquellas cuatro paredes de piedra.

Caminó hasta la puerta, un chirrido salió de la misma al abrirla. Miro por el pasillo y no había nadie. Siguió por unos pocos metros hasta una pesada puerta de madera oscura que resguardaba el último dominio de su maestro.

Al entrar observó el ataúd que reposaba en la mitad de la habitación. Su tapa estaba cerrada. Seras dudó si debía abrirlo, tal vez su maestro estaba dentro descansando, o simplemente dentro encontraría los mas oscuros secretos de su amo. Desistió de hacerlo y se retiro escaleras arriba hacia la mansión aun en búsqueda de Alucard.

Siguió su búsqueda pero nada, ni su presencia parecía sentirse en aquel vacío lugar. Paso por la oficina de Integra. Miro allí y encontró a la ama Hellsing hablando con Walter, al parecer de que sería lo siguiente a hacer después de la derrota y eliminación de aquel asqueroso vampiro.

Sabia que escuchando no ganaría nada, así que desistió de hacerlo también. Continuo por todos los lugares hasta llegar a una pequeña sala cerca de la biblioteca, allí estaban sus amigos, Rip, Schro y Pip dormitaban cansados en los muebles. Se acercó a ellos y se dio cuenta de las orejas de Schro, tenía muchas preguntas, pero sabía que, así como ella, ellos también estaban cansados.

Decidió quedarse allí. Se acomodó en el último sofá que quedaba y empezó a cerrar los ojos, preguntándose donde estaría su maestro.

(Alucard)

Me encontraba en los reinados de Akuma, estábamos hablando de nuestro trato y de lo siguiente que pasaría.

-Admito que sigo sorprendida porque mataste a tu hijo, tu única oportunidad de tener un heredero de gran poder-me dice sentada en su trono.

-nunca me interesó, y lo sabes-digo sonriendo con malicia-la verdad no me arrepiento de lo que hice-admito.

-Entonces jamas le dirás a seras Victoria lo que paso verdaderamente?-me pregunta curiosa.

-naturalmente no, que pensabas? Que podría llegarle a un ser tan débil sentimentalmente y decirle "Oye, engendré un hijo en tu agonizante cuerpo para usarlo como carnada para vencer a un enemigo"-digo de manera sarcástica.

-no-me responde seria-pero bueno, ese ya no es nuestro asunto-dice sonriendo-me diste un alma muy valiosa a cambio de poderes de mago oscuro, ahora dime, Alucard, que harás con esos poderes ahora que tus enemigos están bajo tierra?

-Lo que siempre hago-le sonrío de manera sádica-buscar nuevos y seguirlos enterrando.

Podía sentir la presencia de Seras Victoria despierta, debía de estar buscándome.

-veo que tu pequeña te busca con desesperación en el mundo mortal-ronronea divertida-irás con ella?

-no-respondo rápidamente,

-vaya Alucard, que ocurre por esa retorcida mente tuya? Por qué no corres a los brazos del ser por el cual asesinaste a tu hijo?-me está provocando, como un ser igual que yo, ella sabe jugar.

-fui el error más grande que tuvo Seras Victoria, por mi culpa ya nada es como antes, ya no hay academia, nuestros alumnos luchan una batalla que no les pertenece-digo caminando por la sala-arriesgue su mente y cuerpo para matar a mi enemigo, debo arreglar esto.

-oh no me digas que...-dice acercándose a mi.

-si, voy a subir para arreglar las cosas-me volteo y acaricio el rostro de la vampiresa-espero que me ayudes.

-como mi viejo amante y mi actual amigo, y aliado, te ayudaré, yo me encargaré del resto de la academia, de volver todo a la normalidad-dice desapareciendo.

Suelto un pesado suspiro. Es lo mejor, lo mejor para Seras y para el resto, así ella tendrá una vida normal.

Aparezco en la sala donde están todos. Miro fijamente a Seras y cierro los ojos. Será la última vez que la vea ser mía, ser mi alumna, ser mi amante...

Pero debo hacerlo!

Con los nuevos poderes que obtuve de Akuma puedo revertir mi presencia de Victoria, y así quitarle sus poderes de vampiro.

Empiezo con el hechizo y veo cómo su piel agarra color, cómo sus mejillas se sonrojan, como sus labios se vuelven rosas. Su cabello recupera brillo así como su piel y sus uñas.

Veo entre su boca medio abierta como los colmillos desaparecen para siempre...

Termino lo que hago y vuelvo a observarla. Coloco mi mano en su mejilla y siento el calor que emana; volvió al mundo de los vivos, al mundo de donde nunca debió desaparecer.

-estás seguro de esto?-dice Sebastián en mi mente.

-si, es lo mejor-digo invocando mi siguiente maniobra.

Veo cómo de sus cabezas salen los recuerdos como cadenas. Los rompo todos e instauro el último recuerdo normal que tuvieron. Seras recordará sólo el día en el cual se fue a dormir sin saber que aquella noche sería atacada por ghouls, solo amanecerá lista para otro día en la escuela. Así mismo sus compañeros.

Cuando acabo verifico que todo esté de manera correcta. Siento un poco de vacío en mi pecho pero debo aceptarlo, soy un ser sin vida, y nunca debí condenar a un ser tan maravilloso a serlo también.

Estoy destinado a reinar solo...

En ese momento aparecen Integra y Walter. Sé que seras desistió de escuchar su conversación, menos mal, sino se habría enterado de nuestro plan.

-hiciste lo correcto Alucard-me dice seria desde la puerta-ahora, tenemos que ordenar todo a como estaba.

Eso significa llevarlos a todos a sus camas antes del amanecer.

-si, mi señora-digo cargando a Victoria en mis brazos.

Rápidamente aparezco en su casa. Todo había sido ordenado y puesto en su lugar por Akuma.

La deposito en su cama, le pongo la pijama que llevaba aquel día y la tapo con la manta. Acaricio su cabello por última vez y desaparezco por la oscuridad...

[...]

Toco la melodía que compuse para ella en el piano. La copa de vino reposa vacía sobre la tapa mientras la triste melodía resuena por mi casa.

-estoy impresionado de que el gran Alucard por fin dejara ir algo-Sebastián aparece de entre las sombras mirándome.

-es lo mejor, así no la privaré de nada-insisto.

-ya no es virgen, ya jamás será una vampiresa-me recuerda él.

-lo sé lo sé-gruño molesto-lo bueno es que si alguna vez me da un arranque por quererla de vuelta saber que solo será un ghoul me frenará.

-ya está amaneciendo-dice mirando por la ventana-Bueno, volvamos a nuestra vida, vístete para que vayas a la escuela.

-si mamá-digo sarcástico mientras me levanto del piano hacia mi habitación.

Escucho una risilla divertida de su parte mientras cierro la puerta de mi alcoba. Rápidamente me visto de traje y me arreglo.

Agarro las llaves de mi coche y conduzco, cómo hacía en un día normal, hasta aquella academia donde todo empezó.

[SERAS]

Los rayos del sol me despiertan con suavidad, me levanto lentamente mientras estiro mi cuerpo.

Miro el reloj y abro los ojos como platos, VOY A LLEGAR TARDE A LA ACADEMIA!!!

Mi maestro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora