Capitulo 14

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Siento que me pasó un tren por encima...

Abro los ojos y miro el techo, reconozco la lampara lujosa que cuelga del mismo, estoy en la habitación de mi maestro.

Respiro lentamente, no me siento bien, nada bien. Puedo sentir el paño frío en mi frente y mi piel pegajosa del sudor. Me duele todo el cuerpo, es como si me hubieran dado una paliza.

Muevo mi mano y siento que hay algo encima de ella, cuando volteo encuentro a mi maestro acostado encima de mi, está sentado en una silla con el torso encorvado encima de mi vientre.

Lo miro con detalle, tiene unos labios finos y marcados, una nariz recta y las pestañas largas y negras que hacen sombra sobre sus pálidas mejillas.

Su cabello largo negro que le llega más abajo de los omoplatos esta despeinado y suelto. Levanto la mano muy adolorida y acaricio su cabello, es suave y brillante aunque ahora está anudado.

El abre los ojos gatunos y cansados ante mis caricias, no se levanta de mi sino que entierra la nariz en mi vientre y suelta aire. Levanta nuevamente la cara y como todo un minino cierra lentamente los ojos y los vuelve a abrir, ese rojo escarlata que tanto amo (y que tanto terror me causa al mismo tiempo) está algo apagado.

-como te sientes Seras?-dice cerrando los ojos en gesto de placer cuando retomo las caricias en su cabello.

-mal-me sincero y el abre los ojos asustados y levanta la cabeza.

-oh Serás-dice estirándose-que sientes?

-frío, dolor-susurro cerrando mis ojos, el se levanta y yo asustada porque me abandone los abro alarmada.

-tranquila Serás, no te voy a abandonar, jamás, solo iré por un termómetro-dicho esto me acaricia el cabello y se va.

"No te abandonaré nunca" será eso verdad?

A los pocos segundos vuelve y me pone el termómetro, yo cierro los ojos esperando a que el mismo suene.

Pocos minutos después escucho el blip que indica que ya ha tomado mi temperatura, mi maestro lo agarra y hace una mueca.

-39.6, es muy alto considerando que normalmente estamos a 35 grados-dice y deja el termómetro en la mesa de noche-Quieres darte un baño? Así te bajaré la fiebre-yo asiento y trato de enderezarme pero mis músculos no responden.

-no me puedo mover-lloriqueo

-es un síntoma de la intoxicación por Belladonna, tendrás mucha debilidad muscular, al menos por unas horas más-yo asiento y miro hacia otro lado, que inútil soy.

El hace una mueca que me indica que leyó mi pensamiento pero no dice nada, sólo se me acerca y me carga en brazos como un bebe hasta el baño.

Yo me dejo hacer, no me siento para nada bien como para hacer alguna réplica.

Me sienta con cuidado en una silla que hay en el baño, se acerca a la bañera-Jacuzzi que hay. Deja correr el agua y mide la temperatura.

-Seras puedo desvestirte?-yo asiento aunque no puedo evitar sentirme extraña cuando pone sus manos encima de mi.

Me habían puesto una de las lujosas pijamas de seda que mi maestro compro para mí, de color rosa palo y de dos piezas.

-tranquila Seras, no te tocaré de esa forma-yo suelto aire-a menos que me pidas que lo haga.

Yo siento que me sonrojo.

El con cuidado me levanta los brazos y me retira la camisa. Puedo moverme un poco pero mis músculos se quejan con cada movimiento.

Mi maestro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora