Sucrette está en su último año en el Sweet Amoris y no se ha logrado declarar con nadie, pero además empieza a pensar en algunas cosas... Pervertidas con los chicos. No entiende lo que le sucede, así que decide hablarlo con alguien y, el único en el...
Sucrette Llego a la casa directamente a llorar. No ceno. Sólo me quedo en mi cama, llorando, como una Forever Alone, una Friendzoneada. De todo.
A la mañana siguiente, me levanto de mala gana, me pesan los párpados, tengo los ojos hinchados y rojos de tanto llorar. Salgo de la casa y me dirijo al Instituto. No saludo a nadie, no observo a nadie. Nada. — ¡Su! — Hola, Rosa... — Digo sin darme la vuelta. — ¿Cómo supiste que era yo? — Me la imagino sonriendo. — Ey, ¿por qué no me ves? ¿Qué tienes? — Nada. — No me mientas. — Me toma del hombro y me da la vuelta. Me observa y se preocupa. — Sucrette, ¿qué pasa? — Pregunta quitando su sonrisa.
— Yo... — Siento mis ojos arder. Estoy a punto de llorar. Pero ya no quiero llorar. No voy a llorar. — Debo irme. — Logro zafarme de su agarre y corro lejos. Bueno, lo más lejos que puedo, que es al sótano. Donde me encierro y me acurruco en una esquina. Y entonces, la puerta se abre y escucho a dos voces riendo. Bajan y veo quienes son. Kentin y Alexy. Están riendo a más no poder. Salgo de mi escondite y Alexy me ve. — ¡Su! ¿Cómo estás? ¡Hace mucho que no te veo! Te extrañé, Su. Peeero... — Abraza a Kentin con un brazo y su sonrisa se agranda. — Kentinito me hizo compañía. Ven, quédate con nosotros. — Alex, no me digas Kentinito. — Se queja Kentin y Alexy se ríe. Mi pecho me duele haciéndome gemir. Está tan feliz. Me duele que se comporte como si no sucediera nada. Como si no le importaran mis sentimientos. — Su, ¿estás bien? Sin saberlo, ya estoy llorando. Lo miro con los ojos llenos de lágrimas, esperando algo.
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Él... No hace nada. Vuelvo a correr. Siempre corro. Siempre escapo. Sólo me alejo. Me alejo del dolor.
Alexy. Cuando me mira de esa manera, yo titubeo. No la puedo dejar así, pero luego recuerdo de que ella... Ya no... Me quiere o no sé. Pero ya no está conmigo. Ya no más. — Alexy, ve con ella. — ¿Qué? ¿Por qué? — Porque es tu mejor amiga. — Contesta Kentin. — P-pero... — Si no lo haces tú, lo haré yo. — Pues ve... — Lo animo. No quiero verla en ese momento. El suspira y luego asiente. Se va subiendo las escaleras y desaparece al llegar a la parte superior. ¿Por qué siempre escapo? ¿Por qué soy un cobarde?
