Estrategias de Defensa.

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El día transcurrió como de costumbre, más allá de la inusual velocidad con la que realizaron su recorrido debido al retraso de la mañana, nada extraño había pasado, no había arresto, no había preguntas, Asami actuaba como de costumbre, como si nada hubiese pasado, sin embargo seguía ahí la incómoda sensación de que algo no andaba del todo bien, la falta de preguntas resultaba ser lo que volvía de todo aquello algo más sospechoso ¿Por qué no había preguntado nada? Asami era, se podía decir, la segunda al mando en el asentamiento, después de Hiroshi ella llevaba las riendas del lugar, estaba segura de que no pasaría por alto ningún comportamiento sospechoso. Al final del día ambas descansaban en la sala, como de costumbre la pelinegra se dedicaba a leer mientras ella meditaba, de pronto el silencio fue interrumpido cuando alguien llamo a la puerta, Wu se apresuró a abrir.

- Es la señorita Beifong. – Anunció con tono alegre, esto solo helo la sangre de la morena.

- Así es, vengo por Korra. – Esas palabras le cayeron como un balde de agua fría, así que después de todo si había sido descubierta, permaneció en silencio manteniendo la posición de meditación mientras escuchaba con atención como la oficial militar se acercaba a la sala donde ellas se encontraban.

- Adelante Lin... ¿Qué necesitas de Korra? Está meditando. – Saludó la chica de ojos verdes, tras escuchar estas palabras su mente entró en confusión ¿Asami no sabía a que se debía la visita de Beifong? – Vengo por parte de Tarlok, me dijo que necesitaba revisar las heridas de Korra para aprobar su regreso a la rutina normal, así que la escoltaré a la clínica antes de que cierren. – De nuevo sintió como su espalda se tensaba ¿Cómo le explicaría al médico acerca de su milagrosa cicatrización?

- No hace falta. – Interrumpió Asami. – Yo misma he supervisado su recuperación, retiré los puntos esta semana, dile a Tarlok que Korra estará lista para volver a la jornada de limpieza la semana que viene. – Lin alzó una ceja abriendo los ojos en un gesto de sorpresa, luego una pequeña sonrisa apareció en su rostro. – Ni hablar, confío en tus habilidades, gracias Asami, espero no haberte causado muchos problemas al encargarte a la chica.

- Al contrario, me ha resultado ser de mucha ayuda, gracias Lin. – Así la mujer se despidió y salió de la casa ¿Qué había pasado? Asami acababa de cubrirla, pero ¿Por qué? Abrió lentamente los ojos solo para toparse con la insistente mirada de su amiga que se clavaba en ella, su expresión era un tanto extraña, sonreía al tiempo que alzaba una ceja, parecía intrigada, era la misma mirada que tenía en el rostro cuando le entraban dudas respecto a algún artefacto que llegaban a encontrar entre los escombros de la ciudad ¿Cómo debía interpretar eso? Se sentía nerviosa, Asami sabía algo, estaba segura de ello.

- No soy idiota ¿Sabes? – La escuchó decir.

- ¿Disculpa? – Respondió nerviosa, sus maestros le habían dicho que lo mejor era no revelar su identidad, que se ocultara lo más que pudiera, lo intentaba y todo parecía ir en orden a excepción de aquella chica.

- Que no soy idiota, estoy segura de que estas más que preparada para volver al trabajo con Mako, pero he decidido regalarte cuatro días más, me debes una. – Respondió con un tono un tanto travieso antes de retomar su lectura, suspiró, no cabía duda alguna, Asami sabía algo, o si no lo sabía seguro lo sospechaba, claro, en aquel asentamiento todos apoyaban al Avatar y la señorita Sato parecía apoyar su causa más que nadie, tal vez era por eso que no la había delatado ya que si lo hacía debía descubrir su identidad ante todo el asentamiento, pero si ese era el motivo por el cual había decidido guardar su secreto significaba que Sato estaba segura de que ella era el Avatar, suspiró, no podía preguntar al respecto, en verdad le debía una, pensó con ironía.

- Gracias. – Murmuró antes de volver a concentrarse en la meditación.

El resto de la semana se pasó a prisa, era domingo por la mañana, el lunes debería volver con Mako para retomar su horario habitual, pero al parecer hoy tendría la oportunidad de presenciar un interrogatorio con el cabecilla de los hombres que los había intentado asaltar en las afueras del asentamiento, era una oportunidad que había estado buscando durante días, había sido afortunada pues Asami programo esa visita antes de que tuviese que volver a la casa de los hermanos, acompañadas por Lin entraron a la prisión que se encontraba custodiada por una docena de guardias, no era una prisión grande, no contaban con el tiempo ni los recursos necesarios para mantener una prisión, aquella era una instalación donde podían mantener a sus prisioneros por cierto tiempo antes de dictar un juicio, y ahora buscaban deshacerse de esos prisioneros cuanto antes, debían decidir adoptarlos o exiliarlos, muchos otros asentamientos decidían eliminar a este tipo de intrusos, Hiroshi sin embargo era más humanista, sus principios intentaban guiar a las personas por una ruta que les ayudara a estar en contacto con un lado más piadoso y solidario, en sus tiempos no era extraño que la gente cometiera asesinatos, de hecho eso era algo que ocurría con frecuencia alrededor del mundo, pero dentro de los territorios de Hiroshi era algo penado.

Futuro InciertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora