Warning: En alguna parte de este texto hay Korrasami no apto para pudorosos juaz! Leer bajo su propio riesgo ;)
Todo estaba listo para su partida, en una mochila llevaba un par de cambios de ropa y bolsas con arroz, maíz y otros granos que resultaban fáciles de preparar con agua. Durante su ausencia Opal permanecería en el asentamiento al lado de Asami y los gemelos volverían a Ba Sing Se.
El viaje que ella realizaría sería a través del mundo de los espíritus. Wa Shi Tong había logrado obtener el apoyo de un espíritu con el cuerpo de un ave fénix. La complexión y el tamaño de aquel espíritu le permitía cargar el peso de la morena sin problema alguno, ya se habían hecho un par de pruebas de vuelo y todo había marchado de maravilla.
Luego de la caída de Kuvira había surgido un nuevo líder rebelde, Bumi. Había tomado un tiempo pero poco a poco los fieles seguidores de Kuvira se rindieron y se unieron a las filas del enloquecido rey del coliseo. Nadie cuestionaba su autoridad ahora que ambos, Kuvira y Aiwei habían sido derrotados. La humillación de Aiwei en las tierras de los Sato había bastado para que sus seguidores perdieran toda esperanza en él. No hubo manera de enfrentar a la joven líder del envidiado pueblo en las ruinas de Ciudad República. La derrota de Aiwei fue vergonzosa, su nombre se había degradado y la fama de Asami Sato había aumentado.
Nadie se atrevía a acercarse a las tierras de aquella temida líder, los rumores iban y venían y las historias comenzaban a transformarse a medida que cada quién añadía o quitaba detalles. Al final todos aquellos relatos exageraban los acontecimientos pero todos dejaban una cosa en claro, Asami Sato era una mujer peligrosa con la que nadie querría enfrentarse.
El poder de Bumi había crecido lo suficiente como para permitirse la libertad de partir del coliseo en busca de otras tierras por conquistar. Había un nuevo plan en la mesa, llevar a Korra a las tierras frías del Norte y él se encargaría de hacerla arribar de forma segura, la protegería bajo su sombra llevándola con el nombre de la guerrera del Sur. Un par de cientos de hombres y un puñado de ofrendas y objetos de valor serían el medio para instalarse en el nuevo territorio. La idea era apoderarse de un edificio y transformarlo en otro coliseo de peleas, con las apuestas establecidas y un público hambriento de violencia y sangre bastaría para comenzar a extender su reinado.
Korra permanecía en silencio esperando dentro de la jungla, se acercaba la hora de partir y su adorada pelinegra aún no aparecía. Habían pasado dos semanas luego de su regreso de Ba Sing Se, sus heridas se encontraban mucho mejor y había tenido el tiempo suficiente para planear distintas estrategias al lado de Asami y Opal.
Dos semanas no le habían bastado al lado de la ojiverde, siempre mantenía una extraña sensación en el pecho cuando debía apartarse de ella, el tiempo a su lado nunca le parecía suficiente y el hecho de que aquellos últimos días Asami se hubiese encontrado sumamente ocupada solo había empeorado su deseo de poder robar un preciado día de su chica para poder pasarlo juntas, ellas dos y nadie más disfrutando de su compañía y haciendo lo que fuera que se les viniera en gana. Sin embargo aquello no había pasado, Asami Trabajaba arduamente día y noche, si no estaba en su oficina o visitando a los pobladores volvía a casa a ocuparse en el taller.
- Korra. – Escuchó su dulce voz, aquel suave sonido bastaba para pintar una amplia sonrisa sobre sus labios. – Lamento la demora. – Se disculpó la mayor entre jadeos pues luchaba por recuperar el aliento luego de haber emprendido una larga y apresurada carrera desde el pueblo hasta la jungla.
- Pensé que no vendrías a despedirte. Me alegra verte. – Habló con sinceridad sin ser capaz de apartar su mirada de la hermosa figura de la mujer frente a ella, a pesar de haber empezado su relación hacía poco más de un mes aún le era difícil creer que Asami hubiese aceptado ser su novia, aquel simple pensamiento bastaba para llenarla de emoción y alegría.

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Futuro Incierto
FanfictionEn un mundo en agonía no existen más los maestros de los elementos, corre la leyenda de que prevalece un solo maestro, el más grande de todos, el Avatar, pero pocos saben de él en tiempo real, en un mundo al borde de la extinción total no se pueden...