A prueba de fallas

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- ¿Puedes imaginarte todos estos edificios en su máximo esplendor? Calles atestadas de gente que camina apresurada de un lado a otro sin siquiera notar a una sola de las personas que caminan a escasos centímetros de ellos mientras sus mentes se perdían en aparatos electrónicos portables que les abrían una ventana al mundo entero. – Asami suspiró manteniendo la mirada perdida en las ruinas que formaban pilares de hierro oxidado y escombro.

- Demasiada gente alrededor y nadie con quién charlar porque todos son completos extraños... - Korra comentó. – No sé si eso suena atrayente o desalentador. – Completó su pensamiento manteniendo sus ojos enfocados en la enorme luna que bañaba la tierra con su luz blanca de manera tal que era posible ver con claridad el camino entre las ruinas de Ba Sing Se.

- Si la población de la alianza y el pueblo crecen tanto como lo hicieron los antiguos ¿Crees que exista una manera de evitar que la gente vuelva a cometer el mismo error? – Asami miró a Korra de reojo con especial atención, las dos caminaban a un ritmo relajado sujetándose las manos y entrelazando sus dedos.

- No lo sé, debería de existir una fórmula para evitar que una sociedad numerosa comience a segregarse. – Exhalo lentamente. – Pero desafortunadamente nací en una época en la que la gente es escasa y no tengo ni la más mínima idea de cómo organizar grandes poblaciones para evitar el aislamiento. – Korra se encogió de hombros y Asami rió suavemente.

- Para eso existen los textos de la biblioteca de Wan Shi Tong, siempre podemos aprender del pasado. – La ojiverde propuso.

- Ah sí, el espíritu que detesta con toda su existencia a la raza humana ¿Por qué no lo pensé antes? – Korra bromeó a lo que Asami sonrió y negó con la cabeza.

- Nunca me ha negado nada, es duro con sus reglas y condiciones pero si se es responsable y se cumple con sus exigencias Wan Shi Tong puede llegar a ser un buen aliado. – Asami Defendió.

- Pero no creo que permita que demasiadas personas tengan acceso a su biblioteca. – Korra remarcó con una ceja arqueada dirigiéndole una mirada acusadora a la ojiverde quién de inmediato volvió a sonreír ampliamente.

- Bastará con que permita a uno o dos entrar y tomar los libros necesarios para elaborar una copia que luego podremos llevar al resto de la humanidad. – Asami solucionó con tono juguetón empujando a Korra suavemente con el codo pero sin liberar el agarre que mantenía sus manos unidas, las dos se miraron y sonrieron, Korra sacudió la cabeza ligeramente antes de liberar un profundo suspiro.

- ¿Qué pasa? – Asami Preguntó.

- No sabes cuánto me alegra que hayas podido escapar de la neblina. – La morena al fin se permitió liberar aquel pensamiento que hasta el momento había estado reprimiendo al no saber el grado de sensibilidad que Asami tendría ante dicho tema, era lógico pensar que la experiencia de Asami había sido desagradable y que tal vez preferiría no hablar al respecto así que Korra no quería presionarla para que lo hiciera.

- Lamento no haberte avisado Korra. – La seriedad en la voz de Asami llamó la atención de la ojiazul quién se apresuro a aclarar la situación.

- ¡Hey! Escucha, no tienes porque disculparte ¿Entiendes? Hiciste lo que tenías que hacer. – Korra detuvo sus pasos para asegurarse de que Asami entendiera y aceptara lo que le estaba diciendo porque lo que la morena menos quería en esos momentos era que su amada ojiverde cargara con culpas innecesarias, no después de haber vivido una infinidad de pesadillas dentro de la neblina.

- De alguna manera traicioné tu confianza Korra, eso es algo innegable. – Asami aclaró.

- Me conoces bien, si me hubieras dicho yo jamás te habría permitido entregarte a la neblina. – La morena objetó.

Futuro InciertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora