Zaheer. Una semana luego del inicio de la revolución.
Es interesante observar las reacciones que tiene la sociedad ante distintos estímulos. Durante años he representado la paz y durante años he trabajado por conseguir mejorías en el mundo, la atención que recibí entonces era mínima, la gente está acostumbrada a que el oficio del Avatar sea trabajar por el bien de todos así que de forma egoísta dan eso por hecho y ya no prestan interés a los quehaceres del maestro de los cuatro elementos.
Sin embargo mi presencia y mis acciones viajaron alrededor del mundo en cuestión de minutos en cuanto hice el primer ataque a la capital más poderosa, el mundo entero tenía sus ojos sobre mí mientras Ciudad República se desmoronaba entre mis manos, todos no tardaron en llamarme monstruo y en clasificarme como enemigo público. Todos gritaban insultos y maldiciones hacia mí, sus voces eran fuertes y claras y todos actuaban en conjunto con el fin de detenerme. Me preguntó si en algún momento se habrán detenido a pensar en que jamás le habían prestado atención a las palabras del Avatar hasta que fue demasiado tarde.
Ciudad República yace en ruinas, me encuentro agotado, jamás imaginé que demoler aquellos imponentes edificios resultaría ser una tarea tan pesada. Mi misión inició terminando con vidas inocentes, no iniciamos atacando a las fuerzas militares si no a las personas que habitan las ciudades, eventualmente las fuerzas armadas hicieron presencia pero no hubo mucho que pudiesen hacer para detenerme. No estoy seguro de cuantos años han pasado desde la última vez que el mundo presenció el "Estado Avatar" pero debió de haber sido hace más de un siglo así que nadie estaba preparado para las dimensiones que puede alcanzar mi poder.
Se utilizaron armas con municiones de platino en mi contra, las balas caían como lluvia a mis alrededores pero solo un par lograron impactarme, el defecto de los proyectiles aéreos es que se pueden desviar con ayuda de fuertes vientos y en estado Avatar permanezco en el viento con ayuda de un torbellino que crea fuertes corrientes de viento a mi alrededor. Las balas que me impactaron dieron una en el chaleco que usaba y otra rozó mi pierna. Mis heridas son superficiales, nada que no pueda curar con agua control, la gran ciudad opuso resistencia pero a final de cuentas cayó y el mundo la ha declarado como pérdida total.
El resto de las naciones temen por su seguridad y han mantenido la guardia dentro de sus propios territorios mientras mis ayudantes los sabotean desde adentro cortando los suministros de agua hacia las grandes ciudades y arruinando campos de cosecha, hundiendo los barcos con grandes cargas de mercancía y suministros. La gente ha comenzado a perder la calma y con ello la cordura, poco a poco comienzan a haber revueltas sin sentido en todas partes del mundo, el miedo los hace actuar como animales salvajes y esto apenas comienza.
Zaheer. Sexto mes luego de la revolución.
No hace falta mencionar que he estado llevando mis poderes al límite y mi cuerpo apenas es capaz de seguir tan enloquecido ritmo, aunque suelo curar mis heridas tras cada batalla las marcas en la piel quedan y el cuerpo recuerda y resiente si no se le da el descanso adecuado. De no ser por la meditación lo más seguro es que mi cuerpo se hubiese rendido tras el primer mes de intensa actividad pero afortunadamente la meditación es una de mis mejores habilidades. El cuerpo duele pero la mente es poderosa y no planeo detenerme hasta expulsar mi último aliento así que sé que estoy listo para conllevar todo el dolor, la presión y la culpa que mis acciones causen en este mundo.
Cientos de ciudades han volado en cenizas y al debilitar a las potencias mundiales mis seguidores pueden actuar con más libertad y sin miedo a ser atrapados por las autoridades que ahora se concentran en cuidar lugares "importantes" como los edificios de gobierno donde se resguardan los tan afamados líderes de cada país.
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Futuro Incierto
FanfictionEn un mundo en agonía no existen más los maestros de los elementos, corre la leyenda de que prevalece un solo maestro, el más grande de todos, el Avatar, pero pocos saben de él en tiempo real, en un mundo al borde de la extinción total no se pueden...