Teenagers Zodiac

¿Que clase de monstruo eres?

Acuario's pov

Salí de la cafetería, realmente no entendía el odio de Géminis hacia su ex mejor amiga, es decir que tenga si quiera algo de respeto y consideración.

Salí con una naranja en la mano, camine hacia el baño de mujeres y me apoye contra la pared esperando a que Sagi salga del baño o llegue aquí. Todos los días deseo verla, siempre adore su sonrisa y su locura, ahora es diferente, extraño a su antiguo yo.

Negó con la cabeza, odio sentirme así pero no puedo evitarlo.

Reviso mi celular, para dejarle un mensaje, ya que no había señales de la pelirroja, veo una sombra y alzó la mirada para encontrarme con una chica alta y hermosa.

Leo.

Pero no parecía la misma, ella tenía un moño en el cabello, ojeras y tenía una venda en los nudillos.

— ¿Que clase de monstruo eres?

La rubia rueda los ojos.

— Digo...¿Que te paso?.— Sonrió falsamente.— No te vi las primeras horas.

Y digo, ya que su presencia jamás pasa desaparecida.

— Solo...— Se quedó callada.— Que recién llegó.

Entra al baño, dejandome confundido. Ni siquiera me trato de "inadaptado" como siempre nos llaman los Famous.

Veo la naranja que tengo en las manos, pienso en los ojos cafés de Leo que se quedaron mirando la fruta y tocó la puerta del baño.

La dejó en el suelo, junto con una nota.

"Descansa mejor"

Cuando estoy en mitad del pasillo, la puerta de abre, pero yo no volteo.

Aries pov

Veía a Cancer, la cual estaba mirando la pizarra fijamente, como si estuviera concentrada en el Teorema de Pitagoras, ella odia Trigonometria.

— ¿Estas bien?.— Digo tirando mi borrador.

Menea la cabeza cuando recibe el golpe de la goma y frunce el ceño.

— Sí.— Dice con una mueca.

Subo los hombros, restándole importancia y espero que suene la campana, lo cual no tengo que esperar mucho.

Can me acompaña a mi casa, hablamos sobre lo típico, a veces sentía que ya no me entendía con él, pero no podía pensar en dejarlo.

Simplemente, no puedo.

Llegamos a mi casa y nos despedimos, saco la llave de mi bolsillo, entrando con cuidado.

Mi hermana pequeña me recibe, Ariana.

— Hola, pequeña.— La saludo.

Ella se emociona al verme y hace ruidos raros, una pequeña ternura de 1 año, la cual con las justas puede caminar.

Escucho los ronquidos de mi padre, el cual debe estar en el sofá, como siempre, profundamente dormido por la noche de borrachera que siempre se da. El olor a alcohol invade mis fosas nasales.

Subo por las escaleras y escuchó la chillona voz de mi hermana mayor. Ariel.

— ¡Aries!.— Me llama.— Necesito que hoy te quedes en casa.

— Nop.

Escucho un farfullo de su parte y sale corriendo a mi encuentro, su cabello va en una larga cola ondulada. Sus ojos azules están eléctricos por el enojo.