Sagi

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Miro el reloj que está pegado arriba de la gran pizarra, doy una mirada a mi celular. Esperaba con ansias alguna señal de vida Leo o Libra. Sin embargo me emocionada más el segundo.

Pensar en él hacia que quisiera revolcarme en el suelo, sentía que algo bailaba dentro de mí y en mi ventana imaginaba una ventana abierta dejando entrar los rayos del sol en un día de campeonato. Y más que nada en el beso.

El timbre sonó dando final a la última clase. Había citado a Leo después del almuerzo, pero no tenía respuesta alguna, sin embargo la iría a visitar sea como sea. Tenía que hablar con ella sobre mi situación con su novio. No esperaba que aceptará mis sentimientos, tampoco que se haga un lado sino liberar mi culpa, y fallar una vez más a mi mejor amiga. Era hora o nunca.

Había discutido el tema con Libra varias veces, lo cuál su rostro siempre reflectada una señal de alarma, me pidió tiempo para actuar pero yo no quería ocultar nada, menos cuando podía decir que él sentía lo que yo. Moví mis pies rápidamente y deje mis cuadernos en el casillero. Tenía que irme en bus ya que Libra no había pasado por mí, al parecer no llego al colegio.

Llegué a su casa, y toqué el timbre una vez, ya que sabía que alguna empleada abriría inmediatamente. Luego que nada de espera, entré, subí a su habitación invitada por su sirvienta personal. La puerta se abrió y entre observando el lugar, Leo se encontraba sentaba en frente de su tocador, acariciando sus suaves cabellos rubios con el cepillo.

Verla era como si observará algún cuadro en famosos museos franceses, era dama con rasgos angelicales, y movimientos con fina gracia, una muñeca. Observarla me hacía sentir una puñalada de envidia. Yo no era como ella, ni podría compararme de lejos, en un tiempo lejano me tomaban como un niño y mi corto cabello y pecas no ayudaban. Resople y me hice presente.

- Leo.- Camino hacia ella.- Hola.

Ella se levanta de su lugar y se acercó tan rápido que no tengo tiempo de parpadear, y al segundo un estrueno golpea mi mejilla. Cuando abro los ojos del asombro, veo sus labios unidos con fuerza y sus rostro encolerico. Ella me había golpeado.

- ¡Eres de lo peor! ¿Por qué con mi novio? ¿No sabes que hay códigos? ¡Eres una maldita traicionera!.

Retrocedi por instinto y temiendo que con sus cuerdas vocales me tumben hacia algún lado. ¿Como ella sabia eso?.

- Espera Leo...puedo explicarlo.

- ¿Explicar qué? ¿Que mientras yo no estaba ustedes coqueteaban? ¡Te pregunte miles de veces si salias con alguien y me lo negaste! ¿Por que con Libra? ¿Sabes que estoy locamente enamorada de él? ¿Lo sabes? ¡Claro que sí! ¡Eres mi mejor amiga y me traicionaste!...

- Leo...yo quería decírtelo, vine por eso, yo quería aclararte lo que siento.- La interrumpí.

Se acercó a mí pero no me moví de mi lugar hasta que sentí un apretón en mi brazo, ella me empujada hacia adelante, fuera de la habitación.

- ¡Largate! ¡Fuera! ¡No te vuelvas a acercarte a mí! ¡Vete a la mierda si es necesario!

Escuche pisadas de las escaleras y las pisadas de su madre, resonando sus tacones finísimos. Mientras yo era empujada, ellas ya estaban a nuestro lado. El rostro de su madre era una mezcla de confusión y indignación.

- ¿Qué está pasando?.- Nos pregunta.

Las lágrimas de Leo empiezan a salir cuando el brazo de su madre la rodea protectoramente, pero ella no acepta el abrazo sino que se libera y entra a su habitación y la cierra de un puertazo, dejándome fría.

- Mira Sagi, será mejor que te retires y te doy una disculpa por el comportamiento de Leo, sabes que es algo desafiante y de carácter fuerte.

Su voz no suena como siempre, con educación y suavidad sino con irritación, hasta podría decir acusatoria. Baje las escaleras con la señorita que me abrió la puerta de la gran casa.

- Disculpe.- Dice mientras me da pañuelos y me da una media sonrisa antes de cerrar la puerta.

El viaje de bus resulto peor que la pelea, ya que escuchaba cada palabra de Leo en mi mente, cada una de ellas. Me sentía una mierda total y en el fondo de mi corazón albergaba la esperanza que la leona me dijera que no quería a Libra, y que no le importará lo que yo sentía, estaba totalmente equivocada. Y las canciones del bus no ayudaban con el ambiente en que me encontraba.

Necesitaba a alguien, pero me sentía completamente sola, Leo era mi todo y ahora mismo no me importaba Libra, no quería marcarle a contarle lo que paso y que me consolara. Moví mis pies lentamente hacia la habitación de mi hermano, toque la puerta, luego la abrí sin hacer algún forcejeo. Escuche un grito.

- ¡Mierda maldita pervertida!.- Grita mi hermano mientras camina hacia mí en bóxer.

Me caigo al ver a la chica quien trata de ocultarse con las sábanas y me sonríe, luego me saluda con la mano, la reconozco al instante, una de mi grupo de amigos.

- ¿Estabas llorando?.

Gateo hacia la salida y luego salgo disparada hacia mi habitación. Era una mala idea pensar que mi hermano entendía esta situación, él no era una persona seria y no tenia experiencia en el amor, todo lo veía juego, hasta las chicas.

La puerta suena varias veces y le grito que se vaya, mientras mis lágrimas me quedaban en las mejillas, me las limpio con torpeza con los pañuelos que apretaba con fuerza.

- ¡Ya se fue!

- ¡Ni siquiera sabes su nombre!.- Le grito en respuesta.

Puedo imaginar que rueda los ojos. Abro la puerta y me quedo mirando fijamente, sigue en bóxer y lleva el cabello despeinado.

- No me entenderias.

- Podría tratar...veamos de seguro tuviste un mala experiencia en la peluquería.

- ¡Jodete!.- Digo mientras le empujó con todas las fuerzas que me quedan pero no le muevo ni un pelo.

Resopla y me da una mirada.

- Deberías hacer ejercicio, no creo que seas capaz de mover tu mochila.

- ¿Alguna vez te importe? A mi siempre me importaste, aún cuando deje formar parte de tu grupo. ¿La primera vez que te arrestaron, recuerdas? ¡Gaste mi mesada para tu fianza! ¡Estaba ahorrando para...! No importa.- Me voltee hacia mi habitación.

- ¡No puedes sacarme en cara nada! ¡No te juegues con eso! ¡Siempre quieres hacerme sentir mal! ¿Quieres que te tenga en una nube por compartirme tus padres?.

Dí un giro de 360 grados hacia él.

- ¡No necesito la pena de nadie y menos de ti!

- Sagitario...¿De qué hablas?.

- No creas que no lo sé.- Sonríe burlonamente.- Sé que soy adoptado.

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¡Boom, perra!

¡Aquí D1Laurentis!

¡Hay un direct de Justin y yo escribiendo!

¿Me extrañaron?

¿Algún pedido?

¡D1laurentks fuera!

Teenagers ZodiacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora