Capitulo 13: "Viejos Amigos"

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Afortunadamente el pequeño imprevisto ocurrido con la entrevista pudo superarse sin muchos problemas en todos los casos, con una preocupación menos y su camino despejado los miembros de Shotsuko siguieron adelante como hasta ahora. Por su parte en la casa de los Aomine, Tsubaki bajaba rápido y emocionada las escaleras, debido a las toneladas de ropa nueva que tenia ahora cortesía de su padre.

– ¡¡Buenos días a todos!! – Gritó emocionada la peliazul saltando los escalones de dos en dos.

–Ten cuidado, si bajas las escaleras a lo tonta como siempre eres te caerás. – Le reprendió Aomine mientras leía el diario en la mesa de la cocina.

–Los insultos déjaselos a Tsubasacchi, yo sé que aunque digas cosas feas nos quieres.– Contestó su hija besándole la mejilla haciendo que el morocho se sonrojara un poco, luego abrazó al rubio por detrás mientras este hacia el desayuno. – Buenos días Papi ¿Qué cocinas? Párese delicioso.

– ¡¿Tú crees?! Bueno estoy mejorando un poco. – Comentó Kise emocionado. A pesar de sus pocas, o nulas, habilidades se esforzaba mucho por mejorar.

– Si, de totalmente negro a parcialmente quemado, es un gran paso para ti. – Comentó Aomine con una media sonrisa.

– Me alegro que estén tan contentos ¿Por qué no me hacen un favor y se van al diablo? Hacen mucho escándalo. – Protestó Tsubasa malhumorado al bajar las escaleras. Su ojo izquierdo estaba completamente morado y si bien la hinchazón había bajado no se veía exactamente mejor.

– Hmpt ¿Aún estas molesto por ese golpe? Deja de quejarte, se supone que eres hombre así que ya cállate. – Le reprendió su padre en lo que intentaba desaparecer en el diario al sentir la mirada molesta de su esposo sobre él.

Al ver que su esposo pretendía dejar el asunto por olvidado Kise se acercó dándole un buen golpe en la nuca para llamar su atención y reprenderlo. – Tú también te pasaste Daikicchi, mira que dejarle el ojo morado, te pasaste.

– Yo no le deje le ojo morado, le aventé mi pistola y el infeliz tiene tanta mala suerte que le cayó en la cara. – Se defendió el moreno buscando escapar de las acusaciones del rubio.

– Si claro, tienes tan buena puntería que cuesta creer que sea por accidente, me largo. – Finalizó molesto Tsubasa saliendo de la casa hecho una furia.

– Bueno ya se le pasara ¿Qué hay para desayunar Ryouta? – Siguió el moreno sin prestar atención.

–Para ti nada, come fuera si quieres por qué no te daré de comer hasta que te disculpes con Tsubasacchi. – Le reprendió Kise. Quitándole la tasa de café a medio tomar que el moreno se había servido antes de leer el diario.

– Por favor, no hablas en serio. – Se quejó el mayor con fastidio.

– ¿Ah no? Entonces te sugiero que te compres un perro para que te haga compañía por que esta noche duermes afuera. – Le gritó quitándole las llaves.

– Yo mejor no me meto, adiós Papi y ojala no haga frío esta noche Papá. –Se despidió la chica corriendo para alcanzar a su hermano. – ¡Espérame! No te ofendas así por una estupidez.

– No me importa, como sea todos me deben una muy grande por esto.– Se quejó Tsubasa.

– Es lo mismo, además no molesta, como tu piel es oscura no se notará en las fotos si le pones maquillaje... – Argumentó Tsubaki intentando verle el lado bueno. – A propósito ¿Te duele? – Preguntó comenzando a picarle con el dedo el ojo izquierdo que estaba morado.

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