Los días pasaban rápido, cada vez quedaba menos tiempo, en casi una semana el Winter Camp terminaría y luego de un pequeño receso empezaría realmente la batalla: La Winter Cup. Cada equipo se había asegurado de duplicar o incluso triplicar su entrenamiento para exprimir hasta el último segundo allí; uno de los equipo que parecía más riguroso y sumamente estricto con esto era Fubuken, prácticamente sus integrantes paraban únicamente para dormir ya que hace rato que se mostraban ausentes en las mesas de la cafetería. Su ausencia era notada por todos y creaba cierta alarma, después de todo con un entrenamiento tan arduo definitivamente quedaba sentado que Fubuken sería un rival de temer en el Winter Cup. Ocupando el gimnasio 3 se encontraban sus cinco miembros terminando su rutina matutina de entrenamientos, la pelinaranja llamo su atención para extenderles un comunicado.
- Atención, lo han estado haciendo bien, como Capitana debo admitir que me hacen sentir orgullosa. Solo por estos días ya que son los últimos cortaremos a la media mañana y tendrán libre hasta el atardecer para descansar, pero no se preocupen el tiempo que desperdicien se los cobrare cuando volvamos a la escuela. – Anuncio con un tono frio y autoritario.
- ¡Waaa! Capitana eso es cruel, no es justo que tengamos que compensar el tiempo en la escuela, las practicas ya de por si son muy duras y largas ¿A qué hora quiere que regresemos a nuestras casas? – Protestó Rinichi casi en berrinche.
- Eso no me interesa, se quedarán a dormir en la escuela de aquí a la final de Winter cup si es necesario. - Le contestó Taeko con un tono cortante de voz.
Rinichi se froto los brazos simulando tener frio. - Ufff ¿Alguien más siente la tormenta de nieve o es simplemente el hecho de que tenemos un iceberg por capitana? – Comento con ironía a lo que Taeko le clavó la mirada y al castaño lo recorrió un escalofrió. - Cambie de idea... creo que en realidad es Medusa.
- Ya, ya Rinichi-kun, no digas esas cosas o la pondrás de mal humor. – Le indico Kaname con una sonrisa. - Vamos hay que celebrar que la capitana ha sido benevolente y nos ha concedido tiempo libre. - Dijo alegre acariciando la cabeza del menor.
- Ah... ¡Un ángel, Tsuchiura-senpai es un ángel! – Declaro Rinichi con dramatismo colgándose del rubio.
Rina le hizo señas a su hermano para que bajase, algo molesta al ser ignorada le escribió. - " ¡Tsuchiura-san no es un juguete ni un árbol, no te subas en él! Por favor perdónelo, no es su intención".
Kaname dejo escapar una risa ante el comportamiento de los gemelos. - No te preocupes Rina-san, lo que Rinichi-kun haga me tiene sin cuidado, es un chico muy simpático. Aunque esta vez deberé pedirte que te bajes, tengo algo importante que hacer hoy. – Le pidió amablemente.
- ¡¿EH?! ¿Algo importante? – Rinichi miró fijamente al mayor y en sus labios se formó una sonrisa llena de picardía. - Oh ya entiendo, tienes planes me imagino ¿De casualidad estos incluyen a la linda chica de gran pecho que juega para Naraame? - Preguntó sin ningún pudor logrando que la cara de su superior se tiñera de rojo. - ¡Aja, lo sabia! ¡¡Tsuchiura-senpai está enamorado!!
Kaname intento acallar al chico - ¡¡Rinichi-kun!! Creo que el resto del continente no te escucho. Mira... simplemente disfruto de la compañía de Kurenai-san, pero últimamente me evita y siempre menciona a sus compañeros de equipo como excusa, pensé que quizá si hablo con ellos podría ser mas allegado a ella. - Admitió con cierto rubor.
- Entiendo, ganas su confianza para tener más puntos con la chica, buena jugada Senpai. - Dijo guiñándole el ojo mientras se seguía riendo del rubio.
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Para Superarte
FanfictionYa han pasado varios años, pero en el mundo del basket aun hay una leyenda que sigue vigente: La Generación de los Milagros. Sus seis miembros originales y el séptimo hombre que alcanzo el mismo titulo formaron una leyenda que aun prevalece. Ahora...