Ya con la Winter Cup casi a la vuelta de la esquina los entrenamientos ocupaban el top en prioridades para todo el mundo hasta que cierto evento llego: Los Exámenes Integradores. Todo un día dedicado a un enorme examen que constaba de seis materias diversas, quienes no aprobaran dicho examen deberían presentarse a clases extra los fines de semana y casi todas las tardes lo cual significaría un grave problema para cualquier miembro de un club. Los entrenamientos de los distintos equipos de basket tuvieron que cesar para darle lugar a algo sumamente serio y difícil, asegurarse de que los miembros regulares aprobarán los exámenes.
Seiji los había reunido a todos en el gimnasio para repasar las notas de los exámenes anteriores y poder organizar un plan de estudio que asegurara a los demás pasar sin problemas. El ambiente en el gimnasio era algo tenso sobre todo cuando Seiji y Kazuo cruzaban las miradas quedando en un lúgubre silencio que incomodaba al resto, habían pasado apenas dos o tres días desde la ruptura de ellos y aun las cosas estaban difíciles.
– Bueno acabemos con este ambiente de funeral, Seiji di lo que tengas que decir rápido y ahórranos el mal momento al resto. – Pidió con fastidio Tsubasa harto de aquello.
– ¡Hermano! No seas tan insensible ¿No sabes comportarte? – Le reprendió su hermana molesta con el desinterés del rubio sobre el asunto.
– Sinceramente es de lo peor pero ya déjalo Tsubaki, todo cae por su propio peso y si tengo suerte el karma se lo hará pasar mal muy pronto. – Comentó Aoi con cierta esperanza en sus palabras.
– Aoi no seas así, no le desees el mal a nadie. – Protestó Leon intentando regañar a su hermanita.
– No lo decía solo por Tsubasa, tenemos dos grandes idiotas aquí, y no les estoy deseando el mal, solo espero con ansias que su estupidez los coloque en una situación tan desesperante y dolorosa que les haga comprender el daño que causan en los demás y de paso les quite un poco lo imbécil, ¿Ves? Lo que deseo es por su bien. – Argumento manteniendo la calma con su natural voz neutra.
– Maldito conejo si me odias solo dilo... – Mascullo Tsubasa por lo bajo. – Aunque por otra parte en algo tienes razón, la Planta se lo merece, yo no daño a nadie con mi idiotez pero él ya es otra historia.
– Estoy aquí también, puedo oírte ¿Sabes? – Inquirió molesto el peliverde
– Si estas ¿Y qué? ¿Quieres que te felicite por seguir respirando? – Inquirió la peliceleste con cierto tono venenoso, usualmente no demostraba muchas emociones pero desde que se entero del rompimiento del peliverde con Seiji no paraba de dirigirle miradas y palabras ásperas al mayor.
Tsubasa intentó en vano ahogar una carcajada. – Sabes, cuando molestas a otro que no soy yo me caes bien conejo. Y yo en tu lugar Planta me quedaría callado e intentaría confundirme con la decoración como haces siempre porque estas en un lio de los buenos.
– Tsubasa ya déjalo. – Pidió Seiji pero al no recibir respuesta se resigno a esperar a que todos se calmaran un poco.
Ritsu observo la actitud de su capitán y decidido a ayudarle a poner orden se acerco suspirando pesadamente y parándose sobre las puntas de los pies tomo un gran y grueso mechón de la dorada cabellera de su amigo y la jalo con fuerza obligando al moreno a encorvarse a su altura.
– Compórtate de una vez, ya no eres un niño para andar jugando así. – Le regaño arrastrándolo al otro lado del circulo que habían formado al sentarse. – Es increíble que siendo el mayor aquí te tanga que separar de Kazu-kun para que no peleen como si aun estuvieran en kínder.
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Para Superarte
FanficYa han pasado varios años, pero en el mundo del basket aun hay una leyenda que sigue vigente: La Generación de los Milagros. Sus seis miembros originales y el séptimo hombre que alcanzo el mismo titulo formaron una leyenda que aun prevalece. Ahora...