Hola!!
Para los que ya me conocen y para los que no también, he aquí otro cap de este fic. Lamento la tardanza me comprometo a ser mas regular con esto, lento pero seguro señores.
Gracias por leer y comentar, espero les guste.
Besos
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Capitulo 2: "Inicia el camino"
Ya era de mañana y el sol iluminaba fuertemente la enorme residencia de los Aomine, como era típico allí los primeros en levantarse eran Kise y Tsubaki. No era que Aomine y Tsubasa fueran perezosos pero ya sabían que pasaría si despertaban temprano, tanto el rubio como su hija tenían la maldita costumbre de pasar mínimo unas tres horas en el baño arreglándose y preparándose para empezar el día, y como la casa a pesar de ser espaciosas solo contaba con dos baños era en vano levantarse temprano o al mismo tiempo que ellos. Luego de terminar de arreglarse Kise despertó a su marido con unos besos y luego de escapar de los brazos de este que le pedían quedarse un rato mas con él en la cama se dirigió a preparar el desayuno. Si bien a pesar de sus numerosos intentos el rubio no parecía mejorar casi nada en la cocina no pensaba darse por vencido, luego de varios años practicando podía cocinar cosas deliciosas siempre y cuando estas fueran postres o no necesitaran demasiada cocción.
Kise puso a tostar el pan como todas las mañanas mientras preparaba un café fuerte para su esposo y un cortado para su hija, seguramente su hijo tomaría una bebida energética de la nevera y se compraría algo por el camino o de milagro tal vez tomaría una tostada. – A ver... espero que no se queme esta vez... ¡Tsubakicchi levanta a tu hermano por favor o van a llegar tarde! – Le gritó a su hija desde la escalera.
Tsubaki salió del baño terminado de acomodar sus cabellos bajo su típica diadema blanca respondiendo con una sonrisa. – Ok, ya voy papi – Contesto enérgicamente mientras se dirigía a la habitación de su hermano. El cuarto del rubio era una completa zona de desastre, había libros y ropa esparcidos por doquier, los video juegos seguían conectados a la televisión, los CD's de música o DVD's se apilaban por todas partes y en medio del piso reposaba una caja de pizza con al menos dos días. Tsubaki sabía que debía pasar pero en verdad tenía miedo de que al entrar algo le trepara por la pierna. Nerviosa intento ver si el terrario donde su hermano tenía a su desagradable mascota estaba cerrado y lejos, no pudo localizarlo pero aun así decidió armarse de valor y entrar. – Este hombre es un desastre incluso más grande que Papá. – Dijo frustrada al ver semejante desastre.
La peliazul se acerco despacio y encontró a su hermano tirado en la cama roncando plácidamente mientras abraza una almohada con forma de balón de basket. Aun no podía entender cómo podía ser posible que ambos fueran de la misma familia o si quiera de la misma especie, ella era delicada hasta para dormir, ordenaba todo, perfumaba las sabanas y se colocaba sus pijamas de seda; por su parte su hermano jamás hacia la cama y en serio dudaba si sabía que la cama había que tenderla al levantarse, dormía así sin más con alguna camiseta sin mangas y en bóxers. Estuvo a punto de levantarlo a golpes pero su reacción fue incluso más efectiva, sobre la despeinada cabellera rubia de su hermano se encontraba descansando la mascota de este, un enorme sapo verde que la mirada detenidamente. Tsubaki al verlo grito de tal forma que hubiera alertado a todo el barrio si los vecinos no estuviesen acostumbrados al escándalo cotidiano de los Aomine, aun así el grito fue suficiente para despertar al rubio que aun poseía al anfibio adherido a su cabeza asustado por el chillido de la chica.
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Para Superarte
FanficYa han pasado varios años, pero en el mundo del basket aun hay una leyenda que sigue vigente: La Generación de los Milagros. Sus seis miembros originales y el séptimo hombre que alcanzo el mismo titulo formaron una leyenda que aun prevalece. Ahora...